Capitulo 2 - Parte 3 (Edén)

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Mientras me dirigía hacia el Pueblo Alila en mi cabeza, se repetía la escena de Alex besando mi mano, le verdad si escape por el pánico que me dio, pero ¡¿Cómo debería reaccionar?!, no tenía experiencia con estas cosas, en las películas románticas todo se ve más fácil y de manera romántica, pero estábamos en el medio de la entrada del Pueblo Reloj, solos...a la luz del pueblo...mirándonos...ahhhhhhh, ¡esto es desesperante!, me detuve un segundo, si seguía volando con la cabeza en las nubes terminaría chocando con algún árbol. Toque mi cara que estaba caliente por la pena y vergüenza de la situación. Mire mi mano, el sitio donde me beso estaba tibia, apreté mis labios, tenía la necesidad de...acercarla a mi boca y...besarla...no, ¡nononono¡¡¡¡NO!!, llevábamos conociéndonos un mes, esto era demasiado para los dos, para mí en especial que no tenía experiencia con estas cosas. Tomé aire y seguí con mi camino.

Al llegar a la Mansión de Víctor me quede quieta, mirando la puerta con la mano a pocos centímetros de la perilla, los guardias Alilas tal vez estaban pensando el porque me quedaba viendo a una puerta y no entraba cuando literalmente yo vivía en este lugar. Mis pensamientos no estaban claros, el descubrimiento de los Talismanes, el hecho que tenía que irme, el regaño que probablemente me de Víctor, lo que ocurrió con...Alex, ¡¿Cómo le diría a mi Mentor sobre los Talismanes cuando ni yo sabía que sentir respecto a lo que ocurrió con ese chico de ojos grandes cafés?!, de por si yo sabía que estaría en contra de que fuera sola, tal como Adam, suspire queriendo liberar presión, estaba tan centrada en pensar en otras cosas que olvide por completo el objetivo de regresar temprano al Pueblo Alila, de las pocas que pensé una de ellas era hablar frente a frente, enfrentarlo, otra era no decirle, ignorarlo y la última era decírselo hasta mañana, pero eso sería malo para nosotros, nos retrasaríamos y era necesario que los buscáramos ya mismo para saber cómo usarlos, igual no estaría mal esa tercera opción, pensaríamos bien las cosas, ya que por mi pequeña discusión con Adam solo quedamos en salir en la mañana. Igual otra desventaja era Alex, aun no era capaz de controlar muy bien su Reliquia, cada uno de nosotros nos iríamos por separado, para el sería complicado y más peligroso, Adam y yo sabíamos manejarlo, pero Alex no. Rechine un poco mis dientes, le estaba dando demasiadas vueltas a este asunto, podíamos con esto, cada uno podía lograrlo, Alex sabría cómo conseguir su Talismán y yo sabría cómo manejar este asunto con Víctor con su mirada esmeralda amenazante.

Gire la perilla y entre. Para mi sorpresa no me estaba esperando, sentí un alivio de inmediato, no sería necesario mencionárselo hasta dentro de unas horas mientras aclaraba bien las palabras que necesitaba decirle. Un poco más confiada me acerque a las escaleras para subir a mi habitación, cuando algo llamo mi atención, un ruido sordo, pero aun que fuera camuflado por las paredes de mármol podía saber que la melodía era bella y que provenía de la oficina de Víctor, ¿alguien estaría tocando música para el?, sería extraño, con cautela me acerque a la puerta de su oficina, al querer tocar note que estaba medio abierta, la luz dorada que emitían las luces traspasaban por la abertura, la música que provenía de ahí me fue más fácil de identificar. Era un violín que sonaba en su oficina. Curiosa me agache un poco y mire por la abertura. Tape mi boca al soportar un suspiro de sorpresa al ver quien estaba tocando.

¡¡¡VICTOR ELINOR ESTABA TOCANDO UN VIOLIN!!!

Esto... ¡¿Cómo era posible?! Yo conocía perfectamente a los Alilas, sabia los estereotipos que tenían cada uno, las mujeres eran las únicas que podían tocar música, mientras que los hombres no podían, ellos tenían que ser los guerreros, los alfas de este pueblo que los protegieran y conocía muy bien a Víctor, pudiera ser que no lo necesario, pero sabía que es un hombre estricto con la perfección, leal a las leyes de los Alilas y que yo viera a este hombre tocando el violín de una forma hermosa y delicada...lo desconocía. Sus movimientos parecían una danza muy bien estudiada y practicada, y el sonido del violín en sus manos, suave y perfecto, de alguna forma podía ver colores en esa melodía que tocaba, eran...fríos, tristes, como si fueran palabras ahogadas de Víctor que salían por medio de las cuerdas. Tan doloroso y melancólico. Provocaba que mis bellos se erizaban y que mi corazón y cuerpo quisieran darle consuelo a mi Mentor. Apoyé mi mano en la puerta, olvidando que no estaba cerrada, caí al suelo, sorprendiendo a Víctor que paro de tocar para verme con un gesto de miedo, más bien terror, casi en pánico, me erguí rápido para verlo de frente, estaba demasiado en shock.

-pe... ¡perdóname, Víctor!, no era mi intención espiarte- dije muy nerviosa

Parpadeo varias veces hasta volver en sí.

-E...Señorita Edén, no...no te disculpes- guardo el violín en un estuche- más bien debería yo en pedirte perdón

-por... ¿Por qué?

-entre los Alilas no es muy bien visto que un hombre como yo toque frete a una dama, se puede sentir incomoda hasta un poco grosero, es como si me estuviera burlando de ella por tocar música- dijo algo apenado

¿Qué es lo que está pasando?

-una disculpa- se inclinó un poco al frente- no volverá a pasar, se lo prometo

Comenzó a cerrar el cierre del estuche de su violín. Esto me sabia mal, la forma en la que se disculpó, su gesto triste y avergonzado. Antes de que cerrara del todo el cierre del estuche lo detuve, tomando su muñeca.

-no hagas esto- dije

- ¿Qué cosa?

-esto, la disculpa, no hiciste nada malo

-pero...esto para mi si lo es- quito mi mano- la ley dice que solo las mujeres Alilas pueden tocar música, es lo que las hace ver bellas, si un hombre lo hace lo hace ver mal, débil, a...afeminado...

Ridículos, tontos, idiotas. Y yo pensaba que en esa ciudad gris de donde éramos estaba mal, aquí era lo mismo, pero no se lo diría de frente, eso lo ofendería. Gire mis ojos a otro lado.

-sabes, si recuerdas yo no soy una Alila del todo- apoye mi espalda en la mesa- esto no me afecta para nada- suspire- sabes, de donde soy la música es para todos, hombres, mujeres, niño, niñas asta personas que no son ni la una ni la otra, desde un principio notaste que soy buena con el piano, no te lo dije, pero...detestaba tocarlo, esas notas no eran para mí, llego a un punto que quería dejarlo, hasta que comencé a tocar para mí misma, cada vez que me sentía abrumada, enojada o triste me ayudaba a desahogarme- lo mire, mi Mentor me miraba con gesto serio- conmigo no tienes que avergonzarte, no necesitas disculparte por tocar a escondidas o frente mío, que toques no es molesto, para nada

-Edén...yo...- giro su cara a otro lado

-detente, Víctor Elinor- mis manos tomaron su cara y la gire hacia mí, necesitaba que viera que hablaba en serio- sé que eres muy leal a las leyes de tu pueblo, pero a veces romper una no le hace ningún mal a nadie

Sus ojos esmeraldas se agrandaron a lo que dije, dejo salir una respiración pesada, relajándose, mire hacia el estuche, este Víctor que se mostraba hacia mí me era desconocido, quería...conocerlo, saber su paso del porque es como es, que lo llevo a tocar de manera tan dolorosa.

-crees...que puedas contarme por qué tocas- dije

-no creo que sea buena idea

-no te obligare- lo solté- pero ten en cuenta que no le contare a nadie si llegas a contármelo

Se puso algo nervioso, suspiro y asintió muy levemente. Le sonreí. Tome una silla y me prepare para la historia, no esperaba que mi Mentor sacara su violín, pude verlo mejor. Tenía la forma de un violín ordinario, pero este instrumento llego a deslumbrarme por cómo estaba decorado de forma bellísima, la madera café brillaba y tenía diferentes engranajes de oro que le decoraban en la parte de arriba como en una esquina de la parte de abajo, lo hacía ver único. Ya esperaba que comenzara a tocar mientras hablaba, lo conocería mejor, sabría parte de su pasado, de un Víctor pequeño, me miro y le sonreí, eso lo puso nervioso, pero aun así siguió, afino las cuerdas y lo coloco en su hombro izquierdo.

-esta melodía la hice yo mismo-dijo- cuanta una parte de mi pasado, al igual que la emoción de un viejo amigo que me dio este instrumento

Comenzó a tocar y quede clavada con la melodía. Colores fríos rodeaban a Víctor, pero igual cálidos...¿Quién era la persona de esta canción? 

Everoth y Los Tres Dragones - Parte 1 ( Alex) (Trilogía los tres dragones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora