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-¿Camila?- pregunto de nuevo la voz masculina.

La joven de ojos negros tenía la mirada en la pantalla, poco a poco coloco el celular en su oreja.

-¿Eres tu?- volvió a preguntar- Soy Alonso Duque, tu compañero de la universidad ¿Estas bien?

Camila parpadeo y una lágrima cayó por su mejilla, ¿Que había hecho? En su desesperación llamó a uno de los compañeros de su facultad.

-Yo...-tartamudeo.

"Pensara que eres una loca" "¿Como te atreviste a llamarlo" las preguntas de su mente comenzaron a asociarla y su respiración se agitó a un más.

-No puedo respirar- murmuró.

-Tranquila, intenta jalar aire, repite conmigo tu respitaracion, respira y exhala con lentitud, puedes hacerlo.

Camila asintió con la cabeza haciendo lo que Alonso le pedía por el teléfono, tras varios minutos logró mantener su respiración y dejó de apretar tanto el celular

-¿Ya te sientes mejor? Puedo quedarme en la línea si gustas, no tengo problema-hablo Alonso.

-Gracias- murmuró.

-No tienes que agradecerme, para eso estamos. ¿Como te sientes?- pregunto

-Mucho mejor, gracias. Yo, tengo que irme- hablo con nerviosismo Camila.

-De acuerdo, cualquier cosa no dude en llamarme. No olvides, soy Alonso Duque, para que me agregues a tus contactos.

Camila sonrio.

-No vemos mañana Camila, buenas noches.

-Buenas noches Alonso- agradecio Camila antes de terminar la llamada.

Camila se quedó observando la pantalla de su celular por algunos minutos.

"Ahora pensara que estas loca" hablo la parte cruel de su mente. Camila fruncio el ceño y se hizo un ovillo en su cama.

¿Y si Alonso le decía a alguien de los sucedido?

¿Y si se reían de ella?

Camilla se abrazo las piernas y las lágrimas cayeron por su mejilla, sollozo en silencio pensando múltiples escenarios en donde ella era humillada, entre sollozos se quedó dormida.

***

-Una vez que terminen la actividad, me la entregan y podrán salir del aula-hablo la profesora Silvia de Adiccionologia detrás de su escritorio.

Camila apartó la mirada de su escrito sobre el problema de las audiciones a la mente humana y miro de reojo a Alonso quien estaba concentrado en su trabajo, sus ojos negros se posaron en cada estudiantes del salón.

¿Le había contado a alguien? Luego miro a Sergio y a Erick, este último le sonrio un poco. Leyó su ensayo y se levantó de la silla, la silla rechino y varias miradas de poso en ella.

"Por favor, no me vean" pidió Camila en su mente caminando hacia el escritorio, la maestra Silvia tomó el ensayo con una sonrisa y sus ojos se movían de un lado a otro detrás de su gafas de media luna.

¿Por qué tardaba tanto el leerlo? ¿Estaba mal? ¿Se había equivocado?

Camila movió la pierna con cierta impaciencia ante mirada de la profesora en su ensayo. La maestra Silvia alzó la vista y le sonrio.

-Muy bien Camila, me agrada tu punto de vista en la parte donde señalas que los padres tienen su parte de culpa al no estar al pendiente de sus hijos, puedes regresar a tu lugar.

Camila le agradecio con una sonrisa y regreso a su lugar con las piernas temblando. La sonrisa se engancho aún más al ver lo que había logrado sola.

***

-¿Si asistiras a mi fiesta verdad?- pregunto Hannah en la hora libre entregando una invitación a Alonso, el joven la tomó y sonrió agradecido hacia su compañera- Sera hoy después de clases.

Camila escucho al lado de los chicos sin apartar la vista de su libro.

-¿La invitación nos invita a nosotros también?- pregunto Sergio señalando.

Hannah asintió con la cabeza.

-Si porque no- soltó y poso su vista en Camila- También puedes ir Camila, si quieres claro.

Camila le sonrio

-Gracias Hannah.

Hannah le regreso la sonrisa de forma forzada, luego se alejo moviendo su cabellera rubia mientras se alejaba hacia otra mesa.

-Es tan hermosa que da miedo- soltó Sergio.

-Es un demonio andante- negó Erick apartando la mirada, el joven miro a Alonso- ¿Asistiras?

Alonso le sonrio.

-Asistiremos. No iré solo.

Erick asintió con la cabeza.

-¿Vas a acompañarnos verdad?- pregunto Alonso mirando a Camila.

Camila alzó la vista del libro y lo miro.

-No lo se, no creo que mi padre acepte.

Alonso le sonrio.

-Dile que te pasaremos a dejar antes de las doce, yo me hago responsable.

Erick y Sergio intercambiaron una mirada mientras sonreían. Camila lo pensó, podía decir que no y regresar a su casa, pero la soledad no era su mejor amiga o eso le decía Nadia, su psicóloga.

"Sal de tu burbuja Cam, es complicado hacerlo y a veces doloroso, pero es lo sano"

-De acuerdo- acepto Camila.

Mente HumanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora