D

0 0 0
                                    

De mala gana, el padre de Camila acepto que saliera de casa ese viernes por la noche, su madre por su parte estaba muy feliz porque saliera y conociera personas.

Camila observo a los jóvenes de su edad riendo y círculo con vasos rojos en sus manos, tal y como Alonso le había dicho, el había pasado por ella y el se ofreció a regresarla a su casa.

—Ven Cami, por acá esta lo divertido— la jalo Sergio hacia la mesa de bebidas.

Camila observo varias botellas de alcohol regadas en la mesa, ella no tomaba y si lo hacía era en presencia de sus padres, miro de reojo de Sergio quien se servía un trago de alcohol.

—Así estoy bien, gracias— hablo optando por sonreír para convencerlo.

—Bien, pero si quieres algo solo sírvete ¡Ricardo!— exclamó el chico alejándose de ella hacia un joven con uniforme deportivo.

Camila se dio media vuelta y observo, no conocía a nadie, se sentó en uno de los sillones y miro por la ventana, se sintió tan pequeña y sola a pesar de estar acompañada, la música sonaba y la risa de los jóvenes se escucho.

—Hola

Camila se giro hacia un chico de cabello rubio quien le sonrio, este portaba el m uniforme deportivo de color rojo y negro, su chaqueta tenía la letra M.

—Hola— le sonrió un poco Camila.

—No te recuerdo en la facultad de Ciencias— señalo.

—Soy nueva.

—Oh, entonces bienvenida a Lion— le sonrió diciendo el nombre de la universidad, estiro— Soy Marcos.

—Camila, un placer.

Marcos estiro un vaso rojo hacia ella.

—Vamos, tomalo.

Camila negó y le sonrio.

—No gracias, solo tomo refresco— alzó su vaso.

Marcos le sonrio.

—No está tan cargado, pruebalo.

"No" exclamó su mente pero sus labios no se movieran.

"Si sientes presión ante algo y tu instinto te dice que no, hazle caso" recordó las palabras de su psicóloga.

—Ya te ha dicho que no, ¿Por qué insistes tanto?

Camila apartó la vista de Marcos para pasarla en Alonso quien tomó lugar frente a Marcos.

—Nuestro jefe de grupo— soltó Marcos y le sonrio— Solo le estaba invitando, no te enojes conmigo— se señalo— Y por favor, no le comentes a los profes— se burlo y se levantó de la silla, sus ojos se posaron en Camila— Un placer Camila.

Marcos le dio tres palmadas en el hombro a Alonso y se alejo perdiéndose entre las personas, Camila soltó el aire que tanto había contenido y agradecio la llegada de Alonso.

—Nunca aceptes nada bajo presión— hablo Alonso mirandola— No te ves muy divertida— señalo la fiesta.

Camila se encogió de hombros.

—No me gustan mucho las fiestas, además, no conozco a nadie.

—Me conoces a mi— se señalo Alonso y le dio una sonrisa— Así que ya no estas sola.

Camila sonrio un poco.

—¿Conoces a todos?— se atrevió a iniciar la conversación Camila.

Alonso miro a los estudiantes y negó con la cabeza.

—Solo algunos. Hay estudiantes de Administración y contabilidad, con ellos casi no me relaciono— bajo la voz y se acercó a ella— No les comentes que yo lo dije, pero se creen mucho por crear empresas fantasmas cada semestre.

Camila río ante su comentario y Alonso engancho su sonrisa al hacerla reír.

—Cuéntame de ti, casi no te conozco— señalo Alonso— ¿Tienes hermanos? ¿Algun pasatiempo?

—Tengo una media hermana que casi no conozco, me gusta mucho toca el piano.

Alonso abrió sus ojos.

—¿Tocas el piano?— Camila asintió con la cabeza— Te diría que yo también para quedar bien contigo pero tal vez hablemos de notas y no se di Do, Re, Mi, Fa y Sol también entran en el piano.

Camila soltó una risa.

—¿Tu tienes algún pasatiempo?

—Me gusta leer. Mi hermana menor tiene una colección de libros y gracias a ella he leído libros gratis, algunos han sido muy buenos como la saga de Harry Potter o Maze Runner pero tiene algunos otros que contienen más 18—, negó con la cabeza— ¿Desde cuando el porno ahora se escribe?

Camila le sonrio. Agradecio que dentro de toda la conversación el no tocara el tema de cuando le hablo en la noche.

—¿Algún interés amoroso?— pregunto Alonso alzando una ceja, Camila imito su gesto— No me veas asi, como amigo de Marcos le pasare esa información.

Una pequeña desilusión atravesó a Camila al pensar que el interés no venía de Alonso, pero le sonrio.

—Tengo novio.

Alonso asintió con la cabeza.

—Le diré a Marcos que ni lo piense.

Tal y como Alonso lo había prometido, regreso a Camila a su casa antes de media noche.

—Nos vemos el lunes, muchas gracias.

Alonso le sonrio.

—No es nada, es un placer.

Esa noche Camila se sintió feliz, al fin hablo sin trabarse y había asistido a un fiesta.

Mente HumanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora