Cena intensa

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Roman...

Me sorprendió bastante.

Era rubio igual que Jessica. Tenía cara de rico guapo. Porque era guapo. Era bastante alto. Demasiado quizá

Su padre ya era alto pero el le superaba.

Iba con una camisa blanca y un pantalón de traje negro con un cinturón del mismo color y el símbolo de "LV" en plateado. El rolex en su muñeca también era plateado.

-Estáis preciosas. —dijo Alaric mirándonos a Jessi y a mi—

-Asi es —dijo mi madre dándonos un beso en la frente a las dos— Ya podemos irnos.

-Yo voy en mi coche. —fue lo único que dijo Roman antes de salir por la puerta—

-Ni siquiera se ha presentado. —me quejé—

-El es así, perdonalo Ale. —se disculpó Alaric— ¿Vais en tu coche, Jessica?

-Si, sin problema. —dijo sonriendo—

Nos montamos en el porche panamera blanco de Jessica

Y la conversación estuvo entretenida como de normal eran.

Llegamos al restaurante y era precioso.

Techos altos, amplio, olía a limpio...a sitio de pijos.

Llegamos a la mesa y Roman estaba hablando con la camarera.

Nos sentamos; Roman, yo, Jessica. Y enfrente Alaric y mi madre.

Empezaron a hablar todos y yo me quedé pensando en mis cosas hasta que cuándo noté que la camarera que vino a tomarnos nota de que cenaríamos. Cuándo llegó a Roman se puso roja y nerviosa, incluso tartamudeó.

-¿La conoces? —le pregunté en voz bajita a Roman—

-Si. —respondió sin más—

-Se nota.

-¿Porque?

-¿Porque que?

-Que porque se nota que la conozco.

-Se ha puesto roja e incluso a tartamudeado. Estoy segura de que no es una simple conocida.

-Es una de las miles de chicas que me desaburren cuando estoy cachondo.

—me quedé perpleja— Que educado.

-Que inocente. Como se nota la edad que tienes, Alethaia.

-¿Como sabes mi nombre?

-Mi padre me obligó a aprenderme el tuyo y el de tu querida madre. —parecía no estar contento con eso—

-Ah. Bueno si te sirve de consuelo tampoco me caes bien.

-¿Puedo saber porque? Aun que no me interese.

-Porque si. Porque llevo hablando contigo dos minutos y eres un creído que no se presenta a la boda de su padre.

-¿Tu irías a la boda de tu padre con otra mujer? —preguntó—

-Esta muerto.

-Lo sé.

Esa fue la gota que me calmó.

Cogí el vaso de refresco que había en la mesa y se lo tiré a la cara.

Mi madre me regañó pero yo excusé que fue sin querer

Jessica me cambió el sitio y lo agradecí.

Mi madre y Alaric me miraron a la vez..

Momento incorrecto Where stories live. Discover now