Momento incorrecto

El amor es una mierda

Roman

— Alethaia... —me agache a su altura y le levanté la cabeza—¿Que pasa?

—Déjame sola. —pidió con la voz rota—

—¿Te hizo algo? ¿Te lastimo?

—No. —respondió segura-

—¿Entonces a quien demonios debo matar? —pregunté cabreado— Cuéntame que pasa.

—Coge mi móvil. —dijo ella— Esta encima de la cama.

—lo cogí y vi una foto de un chico y una chica besandose—¿Quien son?

—Mi ex novio y mi mejor amiga de Bakersfield.

Oh. Ya lo entendía

—Alethaia... —no sabía porque mierda me preocupaba, pero me senté a su lado y la abracé— El amor es una mierda.

—Y lo peor es que no se porque me duele. No estaba enamorada, supongo que fue el hecho de la traición.

—¿Quieres que lo mate?

—ella sonrió y se despegó del abrazo— No.

—Si me lo pides yo no tendría problema...

—No importa. —se limpió las lágrimas— ¿Quien te saco del baño?

Era cierto.

— ES CIERTO. —dije levantandome— Me las vas a pagar tonta Alethaia. —la agarre como un saco de patatas y baje escaleras abajo—

—SUELTAME ROMAN. —gritó

—Puedes gritar lo que quieras que nadie me detendrá, estamos solos.

Llegue a la piscina.

—UNA —grité— DOS —volvi a gritar

—NO.

—Y TRES.

Entonces nos tire al agua. Si, nos tire. No pensaba dejar que se ahogase sola.

Llegamos a la superficie y la miré

—Eres completamente estupido. —se defendió— Te odio

—Y eso es lo único que me gusta de ti.

—Eres un capullo. —bufó— Ya suéltame y déjame salir

No me había dado cuenta de que estaba encima mía rodeándome con sus piernas, para que no se ahogase.

—Creo que estas mejor aquí. —le miré a la cara— Te ves mejor con los ojos hinchados.

— Me encanta lo romántico que eres.

— Es uno de mis grandes adjetivos.

— Ya.

— ¿Como fue con mister maravilloso? —porque mierda preguntaba eso—

— Bien. Aun que dudo volver a salir con el.

— ¿Muy virgen?

— Muy sano. —no la entendí— A veces hago cosas que me hacen hacer daño a las personas involuntariamente. Ya me pasó con Will hace unos años.

—¿Will es ese chico de la foto?

—Si.

—Bueno, quizá te entienda. A ver que entiendo que se enamoren porque mírame, cualquiera lo haría.

—Menos yo. —recordó ella—

—Eso me gusta de ti. —que coño estaba diciendo—

—Apestas a alcohol, Roman.