𝐁𝐀𝐁𝐘 ➹ 𝒉𝒂𝒊𝒌𝒂𝒗𝒆𝒉.

01: Nervios

Diez minutos era mucho tiempo para Kaveh, se le estaba haciendo eterno, a pesar de ya haber estado esperando cinco. Podía sentir como los nervios le recorrían entero y las náuseas matutinas que estaba teniendo hace un par de semanas parecían volver porque apenas sintió el olor a incienso en la casa de Tignari quiso vomitar.

Ahora ambos amigos están esperando nada más ni nada menos, el resultado del test de embarazo que casualmente Tignari tenía en su casa de repuesto. Por un lado, Kaveh ansiaba que apareciera sólo una línea en el aparatito, porque aún no estaba listo para tener un bebé, menos si el bebé era de Alhaitham.

—¿Podrías calmarte? —Tignari le pregunta mientras se dirige a la cocina a hacer un poco de té de hierbas para calmar a su amigo— Aún no sabemos si estás esperando un bebé o no, puede ser una falsa alarma.

Según la Academia de Sumeru, era poco probable que los omega masculinos se embarazaran después de cumplir la mayoría de edad, por lo tanto, existía poca chance de que fuera el caso de Kaveh ya que estaba por cumplir los treinta. Sin embargo, había un 1% de probabilidad si el omega, en este caso, Kaveh, estaba cerca de su celo, o si el alfa estaba cerca de su rutina.

Confiándose de ese mito, Kaveh le planteó a Alhaitham que dejaría de tomar sus supresores y métodos anticonceptivos porque le producían muchos desórdenes hormonales y eso estaba haciendo que engordara. Alhaitham le advirtió que no era buena idea, pero Kaveh dejó las pastillas de igual manera. Ellos lo hicieron como de costumbre y los primeros meses no hubo complicaciones. El rubio estaba muy feliz porque su cuerpo no parecía tener reacciones negativas y volvía a ser esbelto como antes.

Eso hasta que comenzaron los problemitas.

Cuando Kaveh notó que estaba sintiéndose más cansado de lo normal, sus pezones dolían, tenía náuseas por las mañanas y estaba mucho mas sensible que de costumbre, comenzó a alarmarse. No quiso ir al médico porque sabía que podía ser sólo un virus momentáneo, tampoco iba a decírselo a su alfa, porque claramente Alhaitham lo regañaría por dejar de tomar sus pastillas.

—¿Cuánto tiempo ha pasado? —el rubio pregunta casi mordiéndose las uñas de los nervios, ni siquiera quiere mirar la prueba de embarazo.

—Apenas 11 minutos —Tignari le responde entregándole un té de hierbas recién hecho. Kaveh lo acepta y comienza a beberlo.

—Han sido los 11 minutos más largos de mi vida —El rubio dice y Tignari se ríe.

—¿Que pasará si el resultado es positivo? —pregunta el de cabello oscuro.

Kaveh ni siquiera quiere cuestionarse eso. Que pasara si el resultado llega a ser positivo, lo más probable es que se largue a llorar ahí mismo desconsoladamente, primero porque eso demostraría que Alhaitham tenía razón, dos porque su cuerpo cambiaría drásticamente y tres porque un bebé es una responsabilidad muy grande para alguien como él.

—Yo...no lo sé —Kaveh dice y deja la taza de té sobre la mesita que está en el centro, justo al lado de la prueba de embarazo—. Alhaitham probablemente me regañará.

Tignari ríe y Kaveh quiere hacerse bolita.

—¿Por que el haría algo así? —pregunta.

Kaveh no quiere responder esa pregunta.

—Porque dejé los supresores y los anticonceptivos, él me dijo que no lo hiciera porque podría ocurrir este tipo de incidentes y que él no estaba listo para ser padre tan joven, menos con el puesto que tiene ahora en la Academia.

Tignari asiente lentamente y cambia su sonrisa por una expresión de comprensión porque entiende que las cosas podrían dificultarse un poco para Alhaitham ahora que es el Gran Sabio de la Academia de Sumeru, y si su omega esta embarazado tendrá que pasar más tiempo en casa cuidándolo y encargándose de establecer una conexión con el bebé. Ahora entiende un poco la preocupación de Kaveh, pero admite también que en parte ha sido irresponsabilidad suya. Todas las señales apuntan a que el resultado será positivo pero Tignari no quiere alarmar al rubio todavía.

Si bien existen casos de falsas alarmas, sobretodo en omegas varones, Tignari duda que este sea el caso si Kaveh dejó de tomar sus pastillas.

—Bueno, dicen que un bebé siempre es una bendición —dice para calmar a su amigo lo cual no funciona porque Kaveh parece querer llorar— Cyno y yo estamos pensando en tener uno.

Dice y esta vez Kaveh cambia su expresión.

—¿En serio? —pregunta con asombro.

No, es mentira, Tignari no quiere embarazarse aún, apenas está empezando los veinte y no piensa tener un bebé hasta que cumpla los cuarenta a lo mucho, además Cyno pasa muy ocupado en su trabajo como para encargarse de cuidar al bebé en caso de que eso llegara a ocurrir.

—Claro —miente para que Kaveh no se sienta tan mal— estamos esperando a que se acerque mi celo para intentarlo.

Él dice y a Kaveh se le iluminan los ojitos.

—Eso sería maravilloso, nuestros hijos tendrían casi la misma edad y podrían ser mejores amigos para toda la vida —automáticamente Kaveh cambia su expresión a una más emocionada y más alegre, cómo es él en realidad— Imagínate, tú y yo con yendo a dejar a nuestros bebés a la escuela como todas unas madres responsables.

Kaveh dice expresando toda su emoción.

—Pensé que no querías quedarte al bebé —dice Tignari.

Esta vez Kaveh se encoge en su lugar y su expresión cambia.

—Bueno yo... aún no se si realmente estoy esperando uno o no, aunque no te negaré que en el fondo si me agrada la idea.

—¿Entonces cuál es el problema?

—Bueno... no se como reaccionará Alhaitham.

Kaveh ya ha perdido toda la alegría que mostraba en su cara y ahora pareciera como si fuera a llorar otra vez. Tignari sólo lo observa sin saber qué decir.

—Creo que ya han pasado los quince minutos —dice observando el reloj que está colgando en la pared.

Kaveh respira con nervios y se acerca a la mesita para observar el resultado.

Dos líneas rojas.

Efectivamente está esperando un bebé.

Lo cual le alegra un poquito... pero ¿Como se lo dirá a Alhaitham?

¿Se lo tomará bien o le pedirá que aborte?

Kaveh no quiere saber la respuesta.