Entrenando a papá

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Una pequeña niña de ocho años, de cabellos castaños y ojos del mismo color entro al departamento seguido de su famoso pero tonto padre, según la pequeña. 

— A dormir ahora —Le dijo el rubio. 

— Pero no estoy cansada —Respondio con sus manos en sus bolsillos. 

— Pero yo si, a dormir — 

— Pensar que dejaste a papi Hae para estar con basura como ella —Murmuro con enfado, 

HyukJae la miro con el ceño fruncido. 

— ¿Qué dijiste? — 

— Pensar que...—

— Yo no deje a DongHae —Interrumpio a la niña —...él me dejo a mi — 

— ¿Ah en serio? —Pregunto con sarcasmo —...porque dijo que eras un egocentrico y egoista, que todo debe de girar alrededor de ti...que tu cabeza esta tan hinchada que le sorprende que hayan sombreros y gorras bastantes grandes — 

— ¿Te dijo eso? —

— Y más —Se cruzo de brazos. 

HyukJae se quedo en silencio, solo mirandola. Recuerdos de DongHae llegaron a su mente. 

— Oye...todo vuelve a mi memoria, claro...todo eso —Le dijo — las grandes discusiones y las conversaciones y las miles de quejas —Añadio — y ¿sabes qué? tú eres igual que él — 

— ¿Ah si? —

— Si, crees que tienes la razon de todo igual que él — 

— Continua —Respondio la menor arrugando la nariz 

— Arrugas la nariz cuando te enfadas igual que lo hacia él —Señalo el rubio, 

— Dime ¿que más? — 

— Tus ojos cafés siempre están tratando de manipularme, y es cierto —Dijo, y sonrio un poco antes de añadir — y en realidad es encantador, me gusta —La niña rodo los ojos — pero no importa, eso es lo que hacia él — 

— ¿Hay algo más? —

— Luego entras en la mente de la gente, y la quieres volver loca...igual que lo hacia DongHae — 

— Pues al menos yo si tengo cerebro —Hablo la niña con enfado — porque si no lo tuviera yo seria igual que tú — Grito 

— Pues yo tengo mucha suerte porque en lo que a mi concierne no tienes nada de mi —Le dijo. 

— Bien ¡porque ya me canse de estar aqui! —

— ¿¡Pero que es lo que esperas de mi!? —Pregunto exasperado el rubio. 

— ¡AHHH! —Grito la castaña dándose la vuelta caminando a la puerta de su habitación. 

— ¡No me des la espalda, señorita! —HyukJae le dijo enfadado — ¿¡dime que es lo que quieres!? — 

— ¡A papi Hae! —Dijo con la voz quebrada, para encerrarse en su habitación. 

HyuKJae se quedo de pie, el sentimiento de culpabilidad llego a su ser. 

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