capitulo 1

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Hola mis amores, he decidido empezar a actualizar esta historia, intentaré que sea un mínimo semanal los amodoro.

Emmett se despertó con un gruñido, era su día libre en el bar, no se suponía que lo despertarían antes de que el sol volviera a ponerse. Gruñó, sus colmillos haciendo acto de aparición.

Joder. La luna llena estaba cerca, se recordó, esta noche, por eso le habían dado un día libre. Obligó a su cambio a retroceder.

Él era un lobo solitario, la luna lo llamaba con más fuerza a buscar a su manada. Su lobo quería cambiar, quería correr entre los árboles hasta encontrar a los suyos. Gruñó.

-Emmet! Oye! Chucho! Levantate-Emmet volvió a gruñir está vez sonando más animal que humano cuando se dirigió hasta la puerta del cuarto que rentaba sobre el Bar.

-¿Qué quieres? -rugió a la vez que abría la puerta de un tirón. El desagradable olor a muerte golpeó sus fosas nasales.

Emily arrugó su bonita nariz de duende casi a la vez que él se obligaba a contener la respiración. La propietaria, Emily , era una vampira de cabello rojizo y ojos inyectados en sangre, era bonita. Si te iban los chupa sangre y por lo general no lo molestaba, casi podía decirse que eran algo así como amigos. Lo había llevado a su casa luego de que el escapara de su manada a los 12 años y lo había criado por más 15 años. Había dicho que estaban destinados a ser amigos. Emily y Emmett, Había sido su hermana mayor a ojos humanos por un par de años, hasta convertirse en su molesta hermanita menor. Emily tenía 369 años pero lucía en esa edad indefinida entre el final de la adolescencia y el inicio de la veintena.

-apesta a perro mojado aquí.

-tu no eres un campo de rosas exactamente -gruñó y sus palabras sonaron extrañas a sus propios oídos.

-No me muestres los dientes a mí, mocoso-gruñó enseñando sus propios colmillos con un bufido similar a le dos gatos. Eso explicaba el tono extraño, hoy su lobo parecía particularmente en la superficie.

El instinto de Emmett gruñó en respuesta a su enemiga natural y Emily lo calló dándole un bofetón en los dientes que los hizo restroceder de nuevo a sus encías.

-cierra la boca.

Emily lo empujó dentro del cuarto, antes de entrar con él, podía parecer inocente, pero era un depredador de más de 300 años contra un simple cachorro en comparación. Emmett sabía en qué batallas era mejor no pelear.

-¿qué haces aquí?

La diversión y el falso enfado que había mostrado hace un momento se evaporó de los ojos naranja de su compañera. Emily se movió inquieta antes de volver a clavar su vista en Emmett.

-Huelo un lobo.

Emmett quiso sonreír, si, era cierto que los chupasangre tenían un olfato mil veces más desarrollado que un lobo, podían seguir un rastro a través de kilómetros, pero con la luna tan cerca Emmett no pudo entenderlo.

-otro lobo, Emmentt, no te estoy oliendo a ti, imbécil. Concéntrate.-se quejó Emily con impaciencia.-Pero huele como a ti. Es como...-Emilly se levantó y se fue hasta la ventana de Emmett para abrirla y tomar una bocanada de aire. Emmett intentó oler lo que ella olía, pero era imposible, lo que era bueno. Significaba que estaba lo suficientemente lejos para que el otro lobo tampoco detectara su presencia.-Huele familiar. No puedo distinguirlo, es sutil... ¿Crees que sea...?

-no. -Emmett negó.

Era imposible, habían pasado 15 años desde que su tío había desafiado a su padre por el liderazgo. Emmett era un niño entonces, pero no había manera de que uno olvidara el momento en el que su padre era asesinado frente a toda la manada a manos del hombre que había sido su mejor amigo.

Emmett había quedado devastado, el tío Fenrir había sido cómo un verdadero hermano para su padre. Hermanos de batalla, su padre Elmer siempre le había contado historias de conquistas sobre su territorio a manos de su feroz compañero. Toda la adoración al héroe que Emmett había desarrollado en su inocente niñez había muerto con su padre.

La noche en que se presentó como alfa un par de años después, su madre le rogó que huyera. Emmett era el heredero legítimo de la manada, y más de un miembro de la manada lo consideraba así a pesar del nuevo patriarca, por lo que era un riesgo para el nuevo alfa. En el momento en el que se supiera su designación lo verían como una amenaza para el nuevo alfa. Incluso como niño, sabía que Fenrir no lo dejaría vivir lo suficiente como para que eso ocurriera.

Había sido un lobo solitario desde entonces. Que lobo, un cachorro solitario, había tenido suerte de que el primer depredador con el que se encontró resultó ser Emily. La vampira vio al niño y lo adoptó como adoptarías un cachorro perdido que recoges en la calle en vez de drenarlo hasta la muerte. Sabía, muy en el fondo, que no hubiera tenido la misma suerte si el vampiro que lo encontraba hubiera sido otro.

Pese a su naturaleza,ellos eran familia. Emily era lo más parecido a manada.

-correré contigo esta noche.-dijo después de tomar una profunda respiración. Sus ojos pasaron del naranja al rojo sangre antes de volver a aclararse con un brillo de preocupación.

-no, es peligroso.

-¿Para quién?

-seré más lobo que humano y si él viene por mi...-no quiero que te enfrentes a él pensó, en cambio dijo la segunda cosa que lo preocupaba- podría no reconocerte.

-si el viene por ti, le patearé el culo peludo de chucho y si tu intentas morderme te pondré un bozal, lo peor que podría pasarme es que se me peguen las pulgas.

-Emily...-dijo Emmett en tono severo no sucumbiendo a la provocación.

-Entonces, excursión nocturna, aprovecharé para cazar algo ¡Que emoción!- dijo con falsa alegría despidiendo el tema y las preocupaciones de Emmett para el caso.

-no es seguro.-intentó insistir pero la vampiresa ya se estaba yendo, un segundo sus fríos labios inmortales estaban sobre su mejilla y al siguiente se había ido. Solo le tomó un parpadeo

Malditos vampiros. Lo único que pudo captar fue hedor a muerte que dejó su rastro.

Bueno, esa ha sido la presentación de mi alfa, se que no es mucho pero espero les haya gustado, apenas he comenzado y ya amo su amiga Emily que opinan?

Dakota Donde viven las historias. Descúbrelo ahora