Capítulo 25. Unión.

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Obito sacó las prendas y las colocó sobre la camilla para después comenzar a desvestirse, miró las marcas que ahora pintaban su cuerpo; las quemaduras habían dejado áreas de una tonalidad más blanca en el lado derecho de su cuerpo. No le parecían desagradables ni le hacían sentir mal, todo lo contrario, recientemente pensaba divertido que se había convertido en la "vaquita de Kakashi" e invertía mucho tiempo imaginando cosas pervertidas con ese concepto.

- Espero que a él no le causen incomodidad - Se dijo con un poco de nervios. Al terminar de vestirse, salió al baño para tratar de acomodar su cabello.

Lo cepilló para alisarlo un poco pues parecía su tío con esas puntas despeinadas. Se lavó los dientes y lavó su cara y antes de colocarse la mascarilla miró las cicatrices en su rostro. Gracias a la gran habilidad de Tsunade no había una deformidad "notable", sólo marcas en la mitad de su cara con una peculiar forma arremolinada.

"No se me ven mal" Pensó seguro de sí mismo "Pudieron estar mucho peor después de todo".

Colocó su mascarilla y una gorra antes de dejar el baño, caminó por los pasillos hasta llegar a la recepción.

- ¿Estás listo Obito? - Preguntó Shizune con una sonrisa - Recuerda no interactuar con nadie hasta que te encuentres con lady Tsunade.

- Lo sé, lo sé ¿Qué hay de ti? - Preguntó el pelinegro - ¿No vas a venir con nosotros?

- Tengo que arreglar tu papeleo aquí, en cuanto termine también regresaré.

- Entonces me voy, gracias por todo.

- Por nada, disfruta tu nueva vida.

Obito cruzó la puerta principal y se quedó ahí de pie por unos segundos. Era la primera vez en poco más de cuatro meses que sentía el calor del sol sobre su piel, era muy agradable.

"Algo tan común como el sol, el viento y el ruido de la gente... aprendí a apreciarlos cuando me privaron de ellos por tanto tiempo" Pensó mientras inhalaba profundamente, sintiendo nuevos olores, no literalmente nuevos, pero si diferentes a los habituales olores de alcohol, medicamento y cloro del hospital.

- ¿Qué esperas? - Le preguntó Madara desde el interior del auto - Nos esperan dos horas de camino al aeropuerto, apúrate.

Obito rodeó el auto y tomó asiento en la parte de atrás, se sorprendió de ver a un perro dentro de una canastilla de metal.

- ¡¿Pakkun?! - Obito se apresuró a sacar al cachorro ya más grande que cuando lo dejó por última vez - Creí que lo habrías regalado o algo.

- Izuna lo estuvo cuidando, pero yo no quiero perros en mi casa - Dijo Madara - Lo traje para que te lo lleves.

- Oye... - Obito recordó su residencia, imaginó que seguramente se habría remodelado y limpiado, que todo rastro de su presencia y la de Kakashi fue borrada - Mi sirvienta Lucy...

- Murió, ¿Tenías algún pendiente con ella? - Preguntó Madara sin tacto.

- Bueno, ella tenía un hijo y quería saber si se le ha brindado alguna clase de apoyo.

- Kagami se encargó de remunerar económicamente a los familiares de los fallecidos - Continuó Madara - Además los sirvientes con hijos menores de edad tienen un contrato diferente.

- ¿Diferente?

- Los Uchiha brindan un seguro de vida precisamente por estos casos. Si mueren en el trabajo, tienen la garantía de que sus hijos serán apoyados hasta que sean capaces de valerse por ellos mismos.

- Me cuesta creer que esos contratos fueron hechos por ti - Se burló Obito.

- No los hice yo, fue Naori la que comenzó con esas cláusulas.

𝑈𝑛 𝑛𝑜𝑣𝑖𝑜 𝑑𝑒 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎 - ObiKaka (Concluida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora