CAPITULO 1

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No siempre se puede obtener lo que uno quiere, aveces se pierde aveces se gana incluso en el amor, pero que tan débil tienes que ser para perder de la forma más dolorosa posible y que tan perfecto tienes que ser para ganar. Incluso la más hermosa historia puede ser el cuento más horrible y más cuando eres tú al que traicionan.

Todo empezó en el verano cuando recibí respuestas de las universidades a las que me había postulado y tenía la esperanza de que me aceptarían en una de ellas, decidí esperar a mi madre para abrirlas con ella pero la curiosidad me terminó ganando así que abrí una de las diez cartas que me habían llegado, en cuanto la leí lágrimas cayeron sobre mis mejillas, estaba realmente alegré ya que había recibido una beca para estudiar en el extranjero en una de las mejores universidades, fue el mejor día de mi vida aunque después de un instante se me borró la sonrisa puesto que la beca era para estudiar fuera de mi país no estaba seguro de ir, se que dije que era algo que siempre quise pero no quería dejar a mi madre sola y mucho menos a mi novio con el cuál llevo dos años con él, era una gran oportunidad de cumplir mi sueño pero no quería dejarlos así que opte por descartar la idea de ir así que guarde todo donde mi madre no pueda encontrarlo ya que no quería que supiera al menos no por el momento, me dispuse a abrir las otras cartas faltantes, me alegre que al menos en dos de ellas igual me aceptaron, la mejor parte era que estaban cerca de donde vivo así no tendría que abandonar a mi madre y a mi novio Daiko.

A la semana siguiente quedé de verme con él en su casa así que me levanté temprano y me apresure para ir.

— Mamá ya me voy.

— Se puede saber a dónde.

— Quedé de verme con daiko, regresaré temprano lo prometo.

Suspiro rendida y después me contestó.

— Está bien ve con cuidado.

— Muchas gracias.— le di un beso en la mejilla y me despedí.— Nos vemos al rato igual te vas con cuidado.

— Si adiós.

Mi madre trabaja casi todo el día para poder mantener la casa y a mi, aunque pese a eso tengo que trabajar para ayudarle a pagar parte de los gastos y mis estudios, hablando de eso tengo una entrevista está semana para un empleo como vendedor de electrónicos solo espero quedarme.

Luego de un rato llegué a casa de Daiko así que toque la puerta y su padre me abrió.

— Hola señor buenas tardes.

— A eres tú, ¡Daiko te buscan!—luego de eso se fue, es claro que no le caigo bien.

— ¡Ya voy!—se escuchó el grito de Daiko que luego de un rato salió.

— Listo para irnos Amor.— sonreí pues estaba feliz de verlo ya que toda la semana estuvo ocupado.

— Oh es cierto se me olvidó avisarte, no podré salir contigo hoy tengo otras cosas que hacer.— me desanime luego de escucharlo decir eso ya que tenía todo el día planeado.

— Pero... Habías dicho que pasaríamos el día juntos.— mi día se había arruinado por completo.

— Ya lo sé, pero me surgió un proyecto de la escuela así que me quedaré en casa a hacerlo y no quiero que me interrumpas.

— Si... Esta bien lo lamento... Te parece si nos vemos después.— aún tenía la esperanza de vernos el día de mañana.

— No te prometo nada mejor te mando mensaje en la tarde.

— Ok esta bien.—di media vuelta y me fui.

Estaba triste de no poder verlo pero sabía que era por la escuela, estaba por regresar a mi casa cuando mi mejor amiga me llamó.

— Hola Dany que paso.

— Hola Yukio, quería saber si estabas libre para que salgamos.— se escuchaba contenta, creo que tenía algo que contarme.

— Claro, pensaba hacer otras cosas pero al final se cancelaron si quieres puedo ir a tu casa ahora.

— Me parece bien te espero aquí.

Después de eso me colgó contenta, por como hablaba me daba cuenta que tenía algo importante que decirme, me preguntó que será. Camine unos minutos y logré llegar a su casa, había olvidado lo grande que está era, toque el timbre y salió su mamá la cuál ya conocía.

— Hola señora buenas tardes.— la saludé con una sonrisa en el rostro.

— Hola Yukio que bueno volver a verte, pasa estás en tu casa.— me regreso el saludo y se hizo aún lado para que pudiera pasar.

— Muchas gracias, lamento la molestia.

— No es molestia, puedes subir Dany está en su cuarto.

— Gracias, con su permiso.

Subí al cuarto de Dany, toque la puerta indicando si podía pasar.

— Pasa esta abierto.— me contestó desde el otro lado de la puerta.

— Ya vine.— entre y cerré la puerta.

— Que bueno, siéntate en lo que me terminó de arreglar.

— Gracias, y bien que quieres decirme.— se lo dije en lo que me acercaba a la cama para sentarme.

— ¿De que hablas?

— Te conozco no me llamarías tan contenta por la mañana solo para salir.

— A ti no te puedo engañar.— suspiro rendida.

— Y bien que paso.

— Bueno resulta que... ¡Me aceptaron en la universidad!

— ¿¡Es enserio!? ¡Que bueno te felicito!— La abrace para felicitarla.

— ¡Muchas gracias no sabes lo feliz que estoy!— se separó del abrazo.

— Me alegro por ti.

— De verdad gracias, pero ahora tu dime qué es lo que te pasa.

— Bueno a mi también me aceptaron en la universidad que tanto quería.— a pesar de que era lo que siempre quise no estaba emocionado.

— ¡Eso es estupendo! pero ¿Por qué no estás contento?

— Lo estoy solo que la escuela está en otro país y tener que irme hasta allá.

— Entiendo, sabes que te apoyo en lo que sea.

— Ya lo sé, solo no quiero dejar sola a mi mamá.

— Sabes que te apoyará en la decisión que tomes.

Gracias por leer espero que les allá gustado

De Estudiante A CeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora