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Era un 6 de junio de 2006, el día estaba agradable, soleado y despejado, perfecto para salir a caminar o con amigos a divertirse a la orilla de aquel mar cercano al pueblo, realmente era un lugar lindo, pero Soobin no pensaba lo mismo

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Era un 6 de junio de 2006, el día estaba agradable, soleado y despejado, perfecto para salir a caminar o con amigos a divertirse a la orilla de aquel mar cercano al pueblo, realmente era un lugar lindo, pero Soobin no pensaba lo mismo. Recientemente se habia mudado a ese pueblito algo alejado de la sociedad, no le gustaba el excesivo movimiento de allá ni gente tan liberada y pecadora como sus padres solían llamarles, pero tampoco le gustaba la tranquilidad del pueblo, lo pequeño que era y sobre todo que todos se conocieran, no habia persona que no conociera a otra en ese lugar tan pequeño, pero bien dicen "Pueblo chico, Infierno grande".

Después de organizar su pequeña habitación con sus pocas cosas, el chico de cabello rubio decidió salir a conocer lo poco que habia. Nada nuevo o diferente; una panadería, un pequeño consultorio médico, dos tiendas no muy grandes, casas, más casas, gente, algunos autos, animales, todo tan cotidiano y aburrido que Soobin ya se habia cansado de vivir ahí y era el primer día, antes al menos tenía más cosas que ver. Cansado del viaje y un poco de todo, decidió ir a lo único que le parecía hermoso de ese lugar: el cristalino mar que estaba a unos cuantos kilómetros. Al llegar así sin más, se sentó sobre la blanca arena a contemplar en silencio el mar; el nunca fue de muchas palabras, disfrutaba el silencio, su soledad y la tranquilidad, sin embargo su comodo silencio y tranquilidad fue interrumpida a los pocos minutos por una voz detrás de el.
—Hola, ¿Quién eres? Nunca antes te ví. — El chico desconcertado volteo a ver detrás de el, viendo a un joven de cabello negro, delgado y alto parado detrás de el.

— Soy Choi Soobin, recién me mudé. — murmuro un poco incómodo, pues le incomodaba hablar con extraños, además que el chico se le acercó de forma un poco extraña a su parecer.

—  Un gusto Choi Soobin, soy Choi Yeonjun — El contrario se sentó alado del rubio, sonriendole levemente mientras se acomodaba bien entre la arena. — Este pueblo es muy pequeño, ¿Verdad? ¿Por qué te mudaste? — Dijo con algo de curiosidad volteando a ver al chico nuevamente.

— Mis abuelos viven aquí y mis padres decidieron que era mejor volver porque la ciudad no es para nosotros... Pero sinceramente no recuerdo mucho de aquí, me fuí cuando tenía cinco años. — Miró al chico también, encontrándose con sus ojos cafés y su mirada tan profunda e hipnotizante. — Además dijeron que en las escuelas de allá y sus pensamientos tan liberales y fuera de lugar terminarían por aurrinarme.

—¿"Pensamientos liberales y fuera de lugar"? ¿A qué se refieren con eso? — Yeonjun soltó una risita, sus padres sonaban como la cosa más conservadora del mundo.

— Ya sabés, los gays y esas cosas. — Respondió un tanto desinteresado, realmente a Soobin no le importaban mucho esas cosas, el era un chico heterosexual de bien y que seguía el camino de Dios como sus padres y las monjas de su anterior escuela siempre le dijeron. — Pero a mi me da igual, yo no soy gay, no soy uno de esos desviados. — Yeonjun le miro con cierta molestia al escuchar eso último ¿"Uno de esos desviados"?

𝐼'𝑚 𝑙𝑜𝑠𝑖𝑛𝑔 𝑚𝑦 𝑚𝑖𝑛𝑑 • 𝑆𝑜𝑜𝑗𝑢𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora