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Después de duros meses de ahorro y... Trabajos extra, Kazuha finalmente pudo juntar la cantidad de de dinero que necesitaba para comprar un piso cerca de su universidad. Este consistía en un bloque con unas 280 habitaciones pequeñas pero acogedoras, perfecto para un universitario como lo era el albino. Una de las razones por las que había ahorrado tanto por un piso ahí era simplemente por encajar en la sociedad, aunque eso no le importara mucho... Debía admitir que se sentía apenado de decir que aún vivía junto a sus madres. Una vez más, la sociedad le había jugado una muy mala jugada.

—¡Cuídate! No olvides llamarnos cada noche y todos los findes ven a visitarnos.— Exclamaba fuertemente una castaña emparchada. Una sonrisa orgullosa acompañaba sus lágrimas de emoción mientras abrazaba a su esposa.
Kazuha hizo como que no conocía a su madre y aceleró el paso, entendía que Beidou estuviera feliz por él pero aún así le resultaba vergonzoso, mucho.

En el momento que pisó el bus, comenzó su añorada independiencia.

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El joven había llegado a su nueva vivienda, vio el gran edificio y posteriormente revisó su llavero:
"144"
No es que le importara el número, solo quería saber qué tan alta estaba localizada su habitación. Entró al edificio y no había nadie en la planta baja, esto no le sorprendió, era un jueves por la tarde y todos se encontraban en semana de exámenes: probablemente estaban estudiando.
«Yo también debería estar estudiando...» Fue lo que pensó mientras llevaba su maleta consigo hacia el ascensor. Según su lógica, había 50 habitaciones por piso, entonces, la suya estaría en el tercer piso. Presionó el botón ya indicado y observó en silencio cómo las puertas del ascensor se cerraban. «...¿Vivirá él cerca de mi habitación?» Pensó esta vez, el recordar que también estaba allí para coincidir con su amor platónico más a menudo le avergonzaba, giró su cabeza hacia un lado para dedicarle una mirada de asco a su yo del reflejo. El ascensor cesó con una casi innotable sacudida interrumpiendo la guerra de miradas que el Kaedehara había fabricado.
Se adentró al pasillo considerablemente largo, el lado izquierdo empezaba por la habitación número 101 y en el derecho se encontraban los números pares empezando por el cuarto número 102. Debajo de cada número había una placa con el nombre asignado. «A lo mejor está en este piso... Debería leer las placas sólo para asegurarme.» Y eso hizo. Empezando por la primera.

101
"Kamisato Ayaka"

«Si mal no recuerdo, esta era la amiga de Yoimiya. No entiendo cómo una rata de calle puede llevarse bien con una pija como esta...» No pudo evitar reír un poco por su propio comentario sin gracia. Siguió leyendo y leyendo, pero cuando llegó a su habitación sólo había podido retener unos cuantos nombres porque los demás no le eran de relevancia:
((Con por qué incluido))

102
"Koch Thoma"
Amigo de Ayaka

109
"Sangonomiya Kokomi"
Líder del consejo estudiantil

113
"Watatsumi Gorou"
Compañero de clase y co-líder del consejo estudiantil

134
"Shinobu Kuki"
Amiga de un amigo.
135
"Aratakki Itto"
Otro amigo de un amigo...
140
"Mona Megistus"
Supuesta "amiga"
141
"Shikanoin Heizou"
Su buen y genial amigo desde la ESO

No hubo ninguno más que le llamara la atención y tampoco encontró el nombre que buscaba, eso le decepcionó un poco pero no era nada grave. Se adentró a su habitación y analizó; era como Heizou se lo había descrito: una sala principal que podía ser decorada a gusto, una cocina abierta, es decir, conectaba con aquella sala vacía y contenía esa típica mesa con tres sillas, después había los elementos básicos de una cocina: un horno, un microondas, lavaplatos, encimeras, cavinetas, etc.

₊⿻゚𝗨𝗻 𝘃𝗲𝗰𝗶𝗻𝗼 𝗿𝘂𝗶𝗱𝗼𝘀𝗼 ↳𝗫𝗶𝗮𝗼𝘇𝘂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora