Mi día estaba siendo un maldito asco. Tenía sueño y hambre y cuando tengo hambre puedo llegar a comportarme de manera muy estúpida, más si se mezclaba con que tenía sueño.
Por suerte, ya faltaba poco para que pueda irme a casa y acostarme en mi cama.
Camino por los pasillos de la escuela con expresión irritada, es asqueroso porqué se acumulan muchas personas y me agobia, cosa que odio. Odio la escuela. Odio la gente. Odio convivir con gente que se hacen llamar mis compañeros todos los días. Odio el olor a sudor de verano en el aula. Odio el verano. Y lo que más odio es tener que levantarme todos los malditos días a las 6AM para venir a la escuela a hacer absolutamente nada.
Odio los lunes, los miércoles y los domingos. Odio el ruido, los lugares repletos de personas, los días calurosos, la gente alegre.. debería hacer un top tres cosas que más odio.
Top 1: Los domingos. No hay nada más deprimente que un domingo a las cinco de la tarde.
Top 2: La gente falsa. ¿Necesidad de ser falsos?
Y por ultimo el top tres pero no menos importante..
—...Y deberíamos jugar... ¿Jade, me estas escuchando?— Me quito un auricular de la oreja y niego lentamente la cabeza a Cristina. Me había olvidado por completo que la tenia al lado mío. Pobre, la he estado ignorando. Ella suspira, pero sigue parloteando como siempre. —Te decía que deberías salir de tu casa, podríamos ir con Sol y Eddie a jugar vóley, tomar un helado, comer papas fritas y todo eso.
—No, gracias.
—Vamos, te comprare gomitas, chocolates... ehh ¡Algodón de azúcar! Te puedo comprar eso y...—Alguien la choca con el hombro y ella pone una mueca, frotándose donde la chocaron. —¡Ten más cuidado hijo de puta!
—Cristina estas caminando de espaldas, era obvio que te iban a chocar en cualquier momento. — Le digo, ocultando una sonrisa en mis labios y ella rueda los ojos.
Me detengo en mi casillero para sacar mi libro de biología, la única materia que me alegra los días. Ella se detiene al lado mío esperando a que termine de buscar mis cosas.
—Lo sé, lo sé. Pero amo caminar de espaldas porque no sabes a quien tienes detrás, aunque algunas veces te choques con personas es divertido y puedes insultar con razón y... bueno lo que te decía— Hace una pausa y se aclara la garganta. — Por favor salgamos, solo una vez no pido nada nada, porfa, porfa, porfa...
Cierro mi casillero de mala gana y bufo. La verdad es que tiene razón, no salgo de mi casa hace tiempo, solo lo hago para venir a la escuela y no me vendría mal tomar un poco de aire y relajarme un poco. Salir con los chicos era relajante, generalmente íbamos a alguna plaza a sentarnos, hablar, escuchar música y de vez en cuando me pedían que lleve mi guitarra y toque algo, Eddie también sabia tocar, pero él estaba aprendiendo todavía. Igualmente, no me va a dejar en paz hasta que diga que sí, no me quedaba de otra que aceptar.
—Bueno, salgamos—Dije encogiéndome de hombros.
—¡SII¡ ¡Por fin vas a salir de ese cuarto feo!—Chilla dando saltitos y llamando la atención de algunos que la miraban como si fuera una loca.— Podemos ir a la plaza que donde tienen columpios, o podemos ir a la costa a tomar helado ¡Les tengo que avisar a Sol y Eddie! Tenemos que planear todo a la perfección.—Tenia una sonrisa radiante en su rostro mientras hablaba.
—Me da igual, avísame cuando planees todo—Estábamos caminando hacia su casillero y la tuve que agarrar de los hombros y hacerla a un costado para que no la choquen otra vez, —y camina mirando hacia delante.
—Si yo te aviso, seguro Sol no querrá ir a la plaza como siempre, y a Eddie le va a dar igual todo, pero...—Para de hablar de golpe a causa de que se chocó con alguien, se oye un bufido acompañado de una maldición y ella se da vuelta.

ESTÁS LEYENDO
Por ti, siempre
Lãng mạnElla odiaba casi todo. Le caían mal casi todos. Pocas personas formaban parte de ese "casi" y él llegaría de la nada, intentando formar parte de ese "casi" Tal vez lo logre... le deseo suerte