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Estaba teniendo el mejor maldito sueño de toda mi vida, pero me desperté cuando intenté mover mis piernas para acomodarme y no pude, quise girarme para un costado y en el intento casi caigo de culo al piso. Abrí los ojos perezosamente, para encontrarme con Rinki durmiendo plácidamente al lado mío, y en mis piernas tenia a Kapi.

La luz natural ya alumbraba mi cuarto, por lo que me estire para alcanzar mi celular y mirar la hora. Era muy temprano para la hora a la que acostumbraba a despertarme. Cerré los ojos e intenté volver a dormir.

Me estiré levantando los brazos y me incorporé hasta quedar sentada, restregándome los ojos con las manos y bostezando de manera ruidosa.

Lo miré a Kapi y sonreí, tirándome al lado de él para poder acariciarlo, en cuanto lo hice, comenzó a ronronear muy fuerte.  Era un bollito chiquitito, peludo y con los ojos gigantes, tanto que parecía un murciélago.

Como todavía era temprano, me tome mi tiempo para poder ducharme y cambiarme.  comencé a bajar las escaleras, ya con el uniforme puesto y me dirigí a la cocina. Bufé para mí misma cuando llegué y vi una notita junto a una bandeja con un desayuno echo.

Amorcito, tuvimos que salir temprano al trabajo. Pero te preparamos el desayuno.

 te amamos: mami y papi

Sonreí con la boca cerrada y agarré la bandeja con el desayuno. Ya me estaba sonando la panza del hambre. Me senté en una de las 4 sillas que tiene la barra de desayuno, acariciando a Kiara, que dormía en una de estas.

Comí rápido, saludé a mis gatos y a Rinki y salí prácticamente corriendo de casa. Me había despertado más temprano de lo habitual y ya estaba por llegar tarde.

Qué raro.

Otra estúpida mañana monótona.

Hice lo de siempre: saludé a mis amigos, me metí a clase y copiaba todo lo que anotaban en el pizarrón los profesores, hasta que, llego la hora de biología y yo estaba un poco tensa por saber cuál era el proyecto que nos iba a dar a Tanner y a mí, más que nada porque no lo había visto entrar al aula antes de que el profesor lo haga.

Escucho mi nombre a lo lejos y le bajo disimuladamente la música a mis audífonos. El profesor Walker me estaba llamando desde su lugar, haciéndome señas raras para que vaya con él. 

Hora de prepararme para la batalla.

Me levanté de mi lugar y fui hasta su escritorio, fingiendo una sonrisa amable.

—Bueno... veo que Tanner no se ha presentado a clases, así que lo que estás sola por hoy— me dijo, y me entrego unas hojas.

—¿Qué es esto? — agarre las hojas y las mire con algo de curiosidad. Eran bastantes.

—El trabajo en pareja— me respondió con una sonrisa de angelito.

yo levanté las cejas y abrí los ojos, sorprendida. 

—¿Que...? Pero es larguísimo.

—Ajam... lo que toca, toca— creo que estaba disfrutando verme así de perpleja. Me dio dos palmaditas en el hombro. — Bueno, creo que...

Justo en ese momento alguien entra al aula. Tanner. Volteo los ojos al verlo todo despeinado y con los ojos un poco hinchados, como si se acabara de despertar ¿en serio? ¿a las 12 del mediodía?

Ya quisiera yo.

 Él lo primero que hace es mirar al profesor y le sonríe inocentemente mientras se acerca. 

Por ti, siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora