Capítulo 1

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Albus,

No tengo las palabras adecuadas para expresarme con lo que he sentido, siento y sentiré por ti. Pero antes quiero pedirte perdón por ser tan estupido y miedoso cuando sucedió el accidente. Tenía miedo. Aun así es muy inapropiado por mi parte al decirlo en esta carta. Querría decírtelo en persona pero no he tenido agallas en estar en tu presencia por todo este tiempo. Lo sé, han pasado treinta años y soy el gran cobarde y de los grandes pero aun así quiero creer que estes bien, tranquilo y feliz. Has rehacido tu vida como lo dice las revistas y los periódicos, te has convertido en leyenda en cambio yo estoy detrás de la ley. Soy el punto negro de la historia pero debes creerme que de mi varita no ha salido hechizos para matar. Ni una vez. Aunque digan lo contrario en los periódicos. Si, por el bien común, pero el bien no asesina para alcanzar la felicidad. Eso lo tengo presente desde que busqué mi sueño. Y lo sabes porque te lo compartí.

Quiero creer que estés leyendo hasta este punto y no hayas votado la carta al fuego para que se convierta en cenizas y quede en olvido mi anhelo de tener una respuesta de tu parte. Quiero que sepas que no estoy bien y no te escribiría si no fuera vital y sumamente importante. Hoy es 5 de Agosto; y desde la fecha que te escribo en 9 días en adelante, se realizará un mitin con mis leales seguidores. Digo leales porque me he enterado por mí mismo que me van a matar antes de la reunión. Seguramente van a decir que fue un accidente pero desde ya te digo que sera un asesinato. No quiero morir. Aún no, sabiendo que la carga que llevo conmigo al no verte no disminuya por completo. Es verdad quiero verte antes que me muera. No lo veas como una solicitud de ayuda. Es sólo una solicitud de anhelo tanto por mí y quisiera saber que también por ti. Por eso y mucho más te esperaré en tres días en el viejo roble donde están escritos nuestros iniciales. G.y A. Estaré todas las atardeceres y entenderé si no quieres venir.

G.G.

Han pasado los días y Gellert lo sabía. Exactamente una semana desde que Albus, supuestamente, debió llegar al viejo roble. Con un hechizo simple de transfiguración se ha disfrazado para ocultar su identidad. Mirando a ambos lados para ver si se aparecía pero sólo veía a lo lejos la iluminación de las velas de aquellas viejas casas. Gellert está seguro de que podía dominar su realidad de quedarse completamente sólo. Pero la situación se había hecho más fuerte y lo arrastraba, lo adentraba al furioso y oscuro abismo. Para empeorar las cosas, él ha perdido todo sentido de la simetría y de la pauta, el viento junto con la lluvia rompía las ramas a su alrededor. Su mente le rogaba que se vaya y que intentara otro día pero el anhelo de esperar unos minutos más hacían su jugada. Se acurruco de vuelta al suelo y se aferró a su varita listo para ser usado para trasladarse o defenderse. Gellert no sabía qué esperar de Albus si se apareciera. Quizás podría planear una trampa para capturarlo, quizás lograr que sus amigos lo asesinen de inmediato o quizás sólo busque hablar.

Gellert cerró lo ojos cuando a lo lejos sintió los truenos. Desde muy niño siempre le había tenido miedo. Estaba seguro de que en esta situación podía dominar ese miedo y ser más valiente, pero esta se había hecho más fuerte. Las nubes bloquearon el sol. Completamente empapado, Gellert tiritaba mientras se quedaba sentado bajo la lluvia, con dificultad para mirar hacia ambos lados. Por fin sintió angustia. Una angustia que nacía de un lugar más profundo que las nubes. Angustia por saber que volvería a estar solo. Probablemente siempre. De por vida.

-¡Te odio Albus Dumbledore por hacerme esto! -Gritó Gellert.

-No sabía que me odiabas. -Dijo Albus. - Un hola me parece más apropiado.

Grindelwald se levantó como pudo y, a pesar del mal clima, comprobó que sólo estaba Albus y nadie más había venido. Con una mirada nerviosa observó sus rasgos. Su cuerpo había cambiado, ya no era el joven que recordaba. A pesar que tenia un recorte del periódico de su persona, aun quería recordar aquel joven en el que se había enamorado.

-Hola Albus ¿cómo estás? -Gellert desató el hechizo de transfiguración.

-Todo está perfecto, disfrutando del mal clima para ver a un viejo amigo. -Dijo Albus molesto al ver a Gellert con su verdadero rostro. Él había cambiado. Con el rostro ya no juvenil, si no de una persona madura. Tenía arrugas en su rostro y una pequeña barba que crecía descuidadamente. Su cabello rubio había sido cortado en comparación hace años atrás que lo llevaba largo.

Geller podía sentir la burla en su voz. No lo reprochaba, él lo había abandonado cuando más lo necesitaba.

-Quiero pedirte perdón y...

-Perdón ¿de?

-De lo que sucedió

-Por la pelea que sucedió hace tiempo, por la muerte de mi hermana o por lo que te fuistes sin decirme nada.

-Por todo soy un cobarde y...

-No quiero hablar de eso Grindelwald y pienso que fue una mala idea venir, al mirarte sólo me trae malos recuerdos. Adiós. - Albus no lo miró mientras lo decía.

-¡Espera!

-¿Qué quieres?

-Puedes irte pero antes que te vayas mirame a los ojos y dime ¿por qué vinistes? Aún sientes algo por..

-¡Ni lo digas! yo no vine porque siento algo por ti y...

-¡Mientes!

-¿Miento?

-¡Mientes, si estuvieras diciendo la verdad, el pacto de sangre ya se hubiera roto hace tiempo! -.Gritó Gellert mientras sujetaba fuertemente el amuleto. Albus se había fijado en el objeto que llevaba Gellert en su cuello. Seguía llevándolo desde que hicieron el pacto de sangre. ¿Cómo podría ser? "Somos uno y esto nos representa nuestro amor" le había dicho hace ya treinta años. -¿Lo recuerdas? o ¡¿el gran famoso Albus Dumbledore se le ha olvidado ese detalle?!

-Si lo recuerdo, -gruño Albus -aun así estaba a punto de olvidarte.

-Querría verte

-Ya me vistes ahora adiós.

-No tengo a donde ir

-Ese no es mi problema

-No lo es pero...

-Pero ¿qué? pensantes en que después que te vea ¿te echaría una mano? ¿que todo volvería ser como antes? -.Albus lo interrumpió bruscamente

-No tienes porque. -.Dijo Gellert -¿No has tenido un deja vu?

-¿El gran Gellert Grindelwald usando frases de muggle?

-Yo anhelaba este encuentro en vernos en este lugar. -Gellerr intentó sonar normal, pero notó un retortijón.

-¿Qué pasa? -.Preguntó Albus

-¿Qué quieres decir?

-No tienes buen aspecto

-No he comido hace dos días. Albus, -confesó Gellert -.No tengo dinero.

-Como te dije ese no es mi problema

-Hace años que lo lamento y lo lamentaré siempre. Todos los días pienso en ti. Me pasaré el resto de la vida lamentando haberte dejado -.Terminó de hablar y lo miró.

-¿Y qué quieres ahora, Gellert? -.Preguntó él al fin.

-Si tan solo pudieras perdonarme de algún modo -,dijo mientras contenía el aliento y esperaba. Dumbledore le miró. ¿Por qué debía ser quien carga con la responsabilidad del perdón? No dijo nada. -,realmente estoy muy arrepentido.

-Sólo te ayudaré por esta vez, luego te irás del pueblo y de mi vida. -dijo Albus tras apretar su varita con fuerza.

Incondicional (grindeldore)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora