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Ya es de noche y todos estan descansando. Creo que estoy preparada para huir de aquí lo más rápido posible. Solo me da pena irme por Anna, mi mejor amiga del Orfanato. Ella me ha ayudado en muchas ocasiones y hay veces que hasta me he sentido feliz gracias a ella. Pero me temo que, por mucha pena que me dé, tendré que irme. Es ahora o nunca.
Me acerqué hasta Anna, que estaba en su cama completamente dormida. Besé su frente y salí por la puerta de la habitación sigilosamente para que nadie me pudiese escuchar. Llegué a la primera planta y me dirigí a una sala donde había una gran ventana.
Entonces, salí por la ventana y trepé por los ladrillos hasta llegar a bajo. Todo va perfecto. Solo me queda salir por el portón, pero en el portón hay alarmas que, simplemente acercándote, te detectan y suenan.
Cogí un macuto que realmente no necesitaba para nada y lo coloqué justo donde podría saltar la alarma.
Las alarmas, justo lo planeado, saltaron. Pude observar que justamente cuando sonó la alarma todas las ventanas de las habitaciones se iluminaron automáticamente. Me dirigí corriendo hacia la parte trasera del Orfanato y trepé la gran verja.
Justo cuando me habían visto yo ya estaba fuera del recinto. Así que, corrí todo lo que pude hasta alejarme cada vez más del Orfanato.
Por fín había logrado salir de ahí, me sentía tan libre... Después de todo es como si volviese a nacer.

ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora