𝙖𝙢𝙞𝙜𝙤𝙨 ;; enzo & julián

Parte 2

Luego de casi dos horas, ambos chicos se encontraban en tono. Ninguno verdaderamente en pedo, pero ambos mostrándose más relajados que de costumbre mientras cantaban a todo pulmón cualquier canción que se les ocurriese.

—ES FANÁTICA DE LO SENSUAL, ELLA TIENE UNA FOTO MÍA. —empezó Julián mientras usaba el control de la tele como micrófono.

—Y YA ME LA PUEDO IMAGINAR, LO QUE HACE CUANDO ESTÁ SOLITA.

—PERO NO LE VOY A PREGUNTAR, Y A ESCUCHAR SU VOZ CUANDO SE AGITA.

—No, no, amigo, hasta ahí. Después no me la sé. —dijo Enzo entre risas mientras le pegaba en el brazo a Julián para que frenara.

—NANANANANANANANANANA. —pero el mayor siguió tarareando con fuerza, mientras agarraba de los pelos al menor para zamarrearlo al ritmo de la melodía. Enzo simplemente le siguió la corriente mientras sonreía. Hasta que en un momento, como Julián se olvidó cómo seguía la canción, dejó de zamarrearlo para focalizar su atención en recordar la melodía. Pero como siguió mezclándose, sólo cantó lo que se le ocurrió—. NO ME ACUERDO CÓMO SIGUE PERO VIVA LA PATRIA CARAJO.

—Uia, me parece que te ganaste otros dos shots. —divertido, Enzo se soltó del agarre de Julián y le sirvió vodka en dos de los vasos que tenía cerca para que el contrario cumpliera con su castigo.

—AAAAGHHHHHH, NOOOOOOOO LA- —se cortó cuando se dió cuenta que estaba a punto de putear otra vez—. Enzo, dale. No seas tan inhumano como para hacerme tomar otra vez. —empezó a mover su cabeza de un lado al lado, negándose completamente mientras hacía un puchero de forma inconsciente—. No. Por favor.

Fernández, aguantándose la risa, trataba de sonar serio. —¿No era que podías seguir tomando toda la noche? Todavía nos quedan varias horas por delante, ¿Y vos ya querés dejar de tomar? Si dejas de tomar, eso significa que gané, ¿No? Si aceptas que gané, me lo tomo yo, no tengo problema.

—NO, AGGGHHHHH. —Álvarez, frustrado por el buen aguante de su amigo, agarró una almohada que utilizó para silenciar sus gritos, tapándose la cara con ella. Luego, miró a Enzo con enojo—. Sos un tramposo. No es justo. No quiero tomar.

El de San Martín no aguantó más y se estalló de la risa. Tener a Julián mirándolo con ese enojo infantil le causaba no sólo demasiada gracia, sino también ternura. —¿Por qué soy un tramposo, eh? Tomé siempre que tuve que tomar.

—PERO VOS TE CONTROLAS MÁS. No se vale. —se cruzó de brazos mientras le dió la espalda al menor; no quería ver esa sonrisa estúpida del contrario que lo único que lograba era aumentar su necesidad de putearlo.

Pero Enzo, teniendo esta imagen, solo dejó los vasos con vodka en el piso y se lanzó para abrazar a Julián por la espalda, con sus brazos alrededor del cuello del mayor. —¿Pero qué pasó, lindooo? No te me enojeeeees. No seas mal perdedor.

—Salí de acá, pesado. No quiero cerca a tramposos. —dijo el cordobés mientras trataba de liberarse de los brazos del menor.

—Daleee, un abrazo y lo dejamos acá. Acepta que perdiste y mañana te cobro la prenda como corresponde.

—Cerra el orto, amigo, no ganaste un carajo. Sos un tramposo de mierda vos, la puta que te parió. —Julián se había enojado en serio. Así que empujó a Enzo con fuerza para por fin liberarse de sus brazos. El centrocampista quedó sentado, luego de que su espalda haya chocado con su cama debido a toda la fuerza inesperada que el delantero utilizó para sacárselo de encima. Estaba muy sorprendido de que su enojo no haya sido joda. Así que solo se quedó admirando los movimientos del contrario por unos segundos, sin emitir ni un sonido.

Con el ceño fruncido, el número 9 se movió un poco hasta agarrar uno de los vasitos con vodka y se lo tomó de una con los ojos bien apretados. Apenas terminó de beberlo, no se dio ni tiempo de hacer alguna cara de asco; agarró el segundo vaso y lo bebió tan rápido como el primero.