001| Después de mucho

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Me llamo Eyzi, soy un chico de 20 años, moreno, cabello largo de color negro chocolate, delgado, de una estatura promedio, lentes redondos y un muy buen estilo. La verdad no me quejo de mi vida, por ahora estoy de vacaciones, pero vaya vacaciones, abrí un negocio con mi enamorada y es el escenario de mis aventuras.
Hoy como todos los días tengo que levantarme temprano para hacer el desayuno a mis hermanos, que aburrido.

—¡Te toca hacer el desayuno!!— dice mi hermano gritando con un tono como si yo no supiera que me toca hacerlo.

Me tengo que levantar con sueño y hacer el bendito desayuno mientras ordeno parte de la casa, rutina de todos los días.
Cuando voy al trabajo, voy hablando con Txmin, así se llama mi novia, y coordinamos el punto de encuentro para llegar juntos.
Ya dentro de la barbería me da mucha pereza abrir, prefiero la verdad estar un rato dándome de besos con ella, pero ella es firme y dominante.

—Abre de una vez!— me lo dice con un tono tierno y enojado a la vez, lo noto por la cejas fruncidas y la tímida seriedad que tiene.

—No quierooo— le respondo de una forma que sepa que estoy sin ganas de nada mientras estoy sentado y con los ojos cerrados.

—¡Amor!, Por favor, abre de una vez ¿Si?— con voz dominante mientras se sienta encima mío y me empieza a besar.

Cuando hace eso no se que hacer, es como una trampa, cómo una jaula de la que no puedo escapar, mientras me besa y me toca el cabello es inevitable que me exite, pero tengo que detenerla, porque si eso continúa terminaríamos cogiendo antes de empezar a trabajar.

—¡Ya! Vamos a abrir, bájate— se lo digo en tono dominante para que me haga caso.

—¿Por qué te pones nervioso?— me responde en un tono burlón, con una mirada casi riéndose y moviéndose encima mío como queriendo excitarme más.

—¡Amor! No estés jugando que ahora no podemos coger— se lo digo de manera seria mientras con mis manos trato de bajarla de mis piernas.

—Cierto, jajaja, ya, abre de una vez— como si no le quedara opción a otra respuesta se baja de mis piernas mirándome, esperando que yo me levante porque sabe que para mí será difícil hacerlo.

No es fácil levantarme, no después de unos buenos besos con ella encima mío, moviéndose de tal manera que pareciera que lo hacíamos con ropa, tengo que enfriarme para recién poder levantarme, ella disfruta de eso.

—jajaja, ¿Qué pasa?, Abre pues!— otra vez con su tono burlón y riéndose, esperando que le diga la razón por la que no me puedo levantar.

—Espera, que pase el efecto y abro— lo digo con un tono bajito, casi susurrando y con una voz cansada.

Una vez pasado el efecto abro el local, con mucha energía pero con un desazón de haberme quedado con las ganas, no importa, de todas formas, podíamos hacerlo en la noche.
Durante el día lo mucho que hacemos es estar sentados esperando que lleguen clientes, entran algunos, pero no son muchos, así que mientras esperamos, hablamos, vemos películas, nos hacemos miraditas y bromas con segunda intensión, una que otra tocadita por ahí, un par de besos, la verdad nos sobra el tiempo y el ambiente en ocasiones se torna muy sexual.
Está lloviendo y ya son las 6:30, no hay gente en las calles, así que decidimos cerrar para por fin apagar las ganas que nos teníamos en el día, o bueno, a lo largo de los días, llevábamos casi dos semanas sin coger y ambos andábamos muy calientes.

—Alista tus cosas y vámonos que se hace tarde — me lo dice de una manera muy seria y decidida que me hace creer que no tiene tantas ganas de hacerlo como yo.

La verdad yo ya andaba esperando muchos días para que volvamos a coger y no quería dejar pasar un solo día más, pero soy muy tímido en éstas cosas, tenía que esperar el momento perfecto para si quiera pedírselo.
Alisté mis cosas y ella apagó la luz como para irnos. Era mi momento, aproveché la oscuridad y la besé, me dí cuenta que le gusta que le toque el cuerpo mientras lo hago, que le agarre el cuello y el cabello,  que lentamente lleve mis manos dentro de su pantalón y cuándo abre un poco las piernas se que es cuando quiere que le meta los dedos, me gusta hacerlo, es una sensación que me prende, se siente lo caliente que está ahí, y la humedad, está muy mojada por lo que mis dedos entran con facilidad. Escuchar como gime en voz baja me exita, como busca besarme para tratar de disimular en lo posible los gemidos, sin querer me rosa y hace que me exite aún más.

Mi Piel La SienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora