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Efímero
Capítulo 02



Sobrevivir al primer día, puede parecer medianamente fácil, pero el ambiente es tan tenso que siento que por cada cosa mínima que haga la puedo fallar y perder la vida.

Por que a pesar de tener el privilegio de tener tres en lugar de una, para mi no es motivo de relajarse, todo puede ocurrir cuando menos lo esperes.

¿Quién no tendria miedo en mi lugar? Estaba temblando, tenia miedo de que en cualquier momento mis piernas fallacen y callera al piso , golpeandome lo suficientemente fuerte como para morir.

¿Muy pesimista? Tal vez… sin embargo intente inútilmente alejar esos pensamientos, mire a mi alrededor notando como poco a poco las personas que se encontraban serca eran mas pocas.

No estaba muy seguro de que hacer haci que por primera vez tome mi mochila y comencé a indagar en ella intentado en contrario tal vez algo que me ayudara a seguir adelante.

Lo unico que encontré fue un pequeño manual donde explicaban con hacer las herramientas, harmaduras y tal vez otras cosas. Ademas un extraño mapa que dejaba ver muy poco.

Decidi comensar a caminar mientras pensaba que hacer con lo que me había encontrado.

Al rato me di cuenta que mientras caminaba mas sonas se comenzaban revelar en el mapa, estaba extrañado y asustado por el pedaso de papel que perecia encantado.

Tambien comense a entender las instrucciones, estas fueron mas dificiles pero pude lograr hacer algunas herramientas —las cuales a pesar de ser tan básicas—  me quedaron bastante bien.

Empieze a picar intentando encontrar una mina, en el mapa que tengo me aparecen túneles subterráneo que lo más seguro sea una Cueva. Y la encontré, no de linda manera pero la encontré.

Me tropecé, Caí de cara contra el sucio suelo de roca, me fuera tomado mi tiempo en levantarme si no hubiera escuchado como unos huesos chocando cada vez se acercaban más. No tenía muchas opciones de defensa, unas armas de piedra y sin escudo sería inevitable uno que otro flechazo.

Pues ya me había encontrado con algunos en mi caminata de reflexión .

Me levante rápidamente del piso, ignorando que gaste la mayoría del tiempo pensando, coloque unos cuantos bloques de piedra tapando el agujero por el cual estaba seguro que en algún momento saldría un "bicho" y me mataría.

Tome aire mientras sostenía mi espada fuertemente y rompí un bloque y comencé a golpear al esqueleto mientras me protegía con el resto de los bloques que anteriormente había colocado.

Una vez lo elimine quite los bloques y con un poco de carbón que había tomado mientras bajaba, me hice unas antorchas las cuales sostenía una en mi mano izquierda y en mi mano derecha la espada de piedra.

Mi respiración era irregular ¿Cómo no serlo? ¡Habia matado a alguien! Aunque dudaba de que estuviera vivo o fuera una buena persona.

Sin embargo ¡Había matado! Su cuerpo temblaba y en su mente no dejaba de repetirse que fue en defensa propia.

Intente seguir investigando, quisas podria dejar se pensar por un momento en que había matado a una persona ¡Oh Dioses!

Suspirando segui caminando, El túnel no era muy grande por lo cual fue cuestión de minutos toparme con su final, estaba por darme la vuelta y regresar cuando vi un resplandor por detrás de mí a mi derecha.

Mirando hacia aquella dirección pensé encontrar aquella piedra luminosa la cual me era inservible o quisas uno de esos moustros.

Pero para mi sorpresa era ¡Hierro! Me apresure a caminar hasta donde estaba, y sin perder tiempo abrí mi mochila sacando un pico de piedra y guarde mi espada, cerré la mochila y  comencé  picar el material.

Una vez ya lo había tomado todo, usando una mesa de trabajo creé un horno el cual apenas acomodarlo metí a fundir el mineral para hacer barras de hierro y con ellas, herramientas —según lo que lei— eso es lo que tenía que pasar.

Mientras esperaba, me tomé la libertad de picar un poco más para ver si tenía la suerte de encontrar más hierro, lamentablemente no fue así, suspire y comencé a subir por las "escaleras" que había hecho mientras bajaba.

Una vez arriba, me acerque al horno y con cuidado revise su interior, encontrándome con unas calientes y plateadas barras de hierro.

ૢ✧

Ya me encontraba afuera de la mina, con espada, escudo y herramientas nuevas que había hecho con el material de hierro, además de portar un arco el cual le había quitado —valientemente— a uno de eso esqueletos y para mi sorpresa, estaba en buenas condiciones, solo me faltaban las flechas.

Comencé a subir aquel risco que hace horas había descendido, deteniéndome a tomar un poco de aire ya por más de la mitad del camino, note que todavía era de día y que apenas estaba atardeciendo.

Me apresure a llegar arriba y una vez ya en la superficie, saqué mi espada y emprendí camino hacia una zonas más verde, pues donde me encontraba todavía podía sentir el frío del las montañas de nieve las cuales no se encontraban lejos.

Agradecí a los dioses pues mientras caminaba ya me había encontrado a varios animales dóciles los cuales tuve (tristemente) que matar para tener comida.

Me detuve para descansar un poco, tome agua y comí algunas chuletas asadas, era de noche pero al estar en campo abierto, era menos peligroso según yo.

Ya pasado unos cinco minutos volví a tomar mis cosas y seguí mi camino, todo era tan silencioso que se podía escuchar hasta lo mas minimo, lo que provocava en mi cierto temor.

Unas ramas cercanas a donde me encontraba crujieron al romperse, salte en mi lugar por el susto y descuidadamente saqué mi espada Colocándome en pose de pelea mientras daba pasos hacia atrás.

Mala idea. Por eso no vi un pequeño risco y tropezando caí, cerré mis ojos esperando el impacto, cosa que no llego, y para mi sorpresa tampoco sentía el viento por la velocidad de caída, sentí el calor en mi muñeca derecha.

Mi cabeza estaba hacia arriba, por lo cual, apenas abrí mis ojos, me encontré con unos iris completamente negros, un chico como de mi edad, cabello negro junto a un gorro, sostenía mi mano evitando que cayese.

—Ayúdenme a subirlo, esto no es un circo para que se queden viendo como si fuera un show— protestó mientras miraba tras el, fue cuando me di cuenta que lo acompañaban tres personas más.

Dos chico se acercaron y me ayudaron a subir, una vez en tierra firme pude soltar el aire que retenía.

—Gracias por ayudarme— agradecí mientras les daba una sonrisa.

Veo como el chico que me había atrapado estaba por hablar cuando un fuerte sonido me asusto nuevamente, mire el cielo el cual proyectaba unas palabras que me hicieron palidecer.

PvP activado

¡Genial! Había vivido para que mis rescatarte me matasen. Que suerte la mía (notase la ironía y sarcasmo)


Corregido 23/05/2023
Perdon si hay faltas ortográficas.

𝐄fímero  ⇝𝘔𝘪𝘴𝘴𝘢𝘴𝘪𝘯𝘧𝘰𝘯𝘪𝘢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora