CAPÍTULO UNO『Parte 2』

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La casa resplandecía de luz cuando regresó, y el temor hizo que se le revolviera el estómago. Se tragó las náuseas antes de estacionar su auto y dirigirse hacia la puerta principal, la cual se abrió antes de que tuviera la oportunidad de sacar las llaves.

HoSeok tragó saliva ante la forma intimidante de su esposo que se cernía en la puerta y ahogó un grito cuando TaeHyung lo agarró del brazo y tiró de él hacia adentro. Cerró la puerta de golpe, agarrando ambos hombros con sus grandes manos y lo hizo retroceder hasta que HoSeok estuvo apoyado contra la puerta. Le tomó unos segundos superar su desorientación y comprender que él no lo estaba lastimando. Sus ojos recorrieron febrilmente su cuerpo tembloroso, hasta que aparentemente estuvo satisfecho de que todo estaba en relativamente buenas condiciones, y luego TaeHyung alzó los ojos para encontrarse con los de HoSeok.

Los ojos, que HoSeok había tenido tan pocas oportunidades de mirar en los últimos meses, eran desgarradoramente hermosos. Eran de color marrón chocolate y estaban entre unas pestañas increíblemente gruesas de un negro azulado y debajo de unas cejas amplias, ahora mismo esos ojos ardían con algo que, en cualquier otro hombre menos controlado, podría haber sido descrito como furia. Sus manos soltaron sus hombros y se arrastraron hasta su rostro. HoSeok se estremeció levemente ante el contacto, pero las manos permanecieron gentiles, moviéndose para ahuecar su mandíbula, sus grandes pulgares rozando sus mejillas. Su respiración se volvió irregular cuando TaeHyung se inclinó hacia él, acercando su cabeza a la de él estaba tan cerca que podía sentir su aliento limpio y cálido en su rostro.

TaeHyung inclinó su mandíbula levemente y HoSeok gimió, anhelando sus labios sobre los de él, deseándolo tan desesperadamente que sus piernas se habían convertido en gelatina, lo único que evitó que cayera al suelo a sus pies, fue su cuerpo sólidamente musculoso apoyado contra el de él. HoSeok podía sentir la erección de TaeHyung y su erección palpitando contra sus estómagos y sabía que lo deseaba tan desesperadamente como HoSeok lo deseaba a él. Su exuberante boca estaba a centímetros de la de él, y cuando habló, sus labios rozaron su boca.

— ¡Haces un truco como este otra vez, tesoro mío, y te juro por Dios que te arrepentirás!

HoSeok se estremeció y lo apartó de él, cuando la realidad lo trajo de vuelta a la tierra con un golpe. TaeHyung lo soltó y HoSeok se deslizó por la puerta para aterrizar a sus pies. TaeHyung lo miró con desprecio, el hielo había regresado y el fuego se había ido...

— ¿Dónde has estado? — preguntó con calma está vez. HoSeok se puso de pie tambaleándose, humillado por haber permitido que lo afectara hasta el punto de caer a sus pies. Inclinó la cabeza hacia atrás desafiante y se negó a responderle. — HoSeok, te lo advierto…

— Adviertes. — se burló temblorosamente. — ¿Quieres seguir casado? Bien. Pero me niego a dejar que camines sobre mí, nunca más. ¡Es hora de que empieces a mostrarme algo de respeto!

— ¿Cómo diablos se supone que debo respetar a alguien que se vendió al mejor postor? — gruñó con estricto control, y HoSeok jadeó indignado. — No te respeto, HoSeok, ni siquiera como el otro padre potencial de mi hijo, porque, francamente, ni siquiera puedes hacer eso bien.

Le afectó por completo, por primera vez en sus veintiséis años, HoSeok recurrió a la violencia. Se lanzó hacia TaeHyung, siseando, escupiendo y dándole golpes. En ese momento lo odió tanto que sintió como un ser vivo estaba tratando de salir de él para llegar a TaeHyung. Cuando HoSeok volvió en sí, se dio cuenta de que TaeHyung lo tenía en sus brazos, de espaldas a él, sus muñecas en sus manos y sus brazos cruzados sobre su pecho.

Ambos estaban sin aliento, HoSeok se dió cuenta de los terribles jadeos y sollozos provenientes de la parte posterior de su garganta, las palabras de odio que le había lanzado repetidamente se habían desvanecido en sollozos incoherentes hace mucho tiempo. Los labios de TaeHyung estaban en su cabello, justo encima de su oreja izquierda, y estaba haciendo sonidos tranquilizadores, sin lastimarlo, solo reteniéndolo con su fuerza superior. HoSeok se quedó inerte, derrotado en sus brazos.

𝑬𝑳 𝑬𝑺𝑷𝑶𝑺𝑶 𝑵𝑶 𝑫𝑬𝑺𝑬𝑨𝑫𝑶 (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora