Capítulo 4

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-No se olviden de entregar el informe pasado mañana chicos. -Dijo la señorita Young, nuestra profesora de física y mi cerebro volvió a la realidad.

Ni si quiera sabía de qué trataba el informe, pero ya le preguntaría a Emma luego. No podía parar de pensar en los golpes que tenía Adam en el rostro aquella mañana, que a pesar de que él se cansara de asegurarme que había sido una caída entrenando básquet, yo sabía que eran producto a una pelea. Y curiosamente Evan tenía el labio y una ceja partidos, por lo cual no podía evitar asociarlos y más aun teniendo en cuenta que la noche anterior luego del incidente del baño Evan había salido de casa en la moto que sus padres le obsequiaron en su último cumpleaños y no podría decir a qué hora regresó.

El siguiente turno de clases lo tendríamos libre pues no teníamos profesor de matemáticas y aproveché para colocarme mis auriculares y relajarme un poco escuchando música y coloqué mi cabeza sobre mis brazos encima de la mesa intentando no pensar demasiado.

-Buenos días -Sentí la voz de un hombre y al levantar la mirada me percaté de que se trataba de un joven de aproximadamente 25 años que se encontraba frente a nosotros. Luego de unos segundos guardando mis auriculares y celular en el bolso volví a observarlo para llevarme una inmensa sorpresa.

-¿Ese chico es? -Le pregunté asombrada a Emma y ella me interrumpió.

-Noah, el chico del bar. -Confirmó mis sospechas igual o más sorprendida que yo.

-Buenos días a todos, mi nombre es Noah Roberts y seré su nuevo profesor de matemáticas. -Él tampoco entendía como el mundo podría ser tan pequeño y lo percibí por la expresión de desconcierto de su rostro.

-Veamos si comprendo la situación, el chico con el que pasaste la noche el viernes será nuestro profesor de matemáticas. -Le dije a mi amiga y noté su semblante asustado.

-No lo puedo creer. -Dijo mi amiga poniendo la cabeza sobre la mesa resignada.

Los 45 minutos posteriores, que era el tiempo aproximado de una clase regular, no pude prestar atención alguna y mi amiga menos que yo, y era lógico. No podíamos explicarnos por qué el mundo tenía que ser tan pequeño.

Noah era un hombre ciertamente atractivo, de unos 24 o 25 años, castaño y de ojos profundamente llamativos, sus menudos labios se ocultaban tras una ligera barba que le aportaba una impresión de galán a su aspecto elegante, dado por un traje de color negro con corbata azul celeste que ocultaba un físico bastante definido.

En ese momento supe que no era un chico más para mi amiga, la noche que pasaron juntos había significado mucho para ella y la casualidad de que fuese nuestro profesor despertaba sentimientos en ella que iban más allá que una simple atracción física.

La clase terminó con el sonido del timbre anunciando la hora de recreo en el instituto y como de costumbre, yo fui la que más tardé en salir del salón, con excepción de Evan, quien por primera vez permaneció inmóvil en su lugar, supuse en ese momento, que no estaba dispuesto a exhibir los golpes que mostraba su rostro.

-¿Es verdad que tienes una relación con Adam? -Sentí su voz a mis espaldas cuando me acercaba a la puerta de salida y noté que sus intenciones no iban más allá de molestarme.

-¿A ti eso que te importa? -Me voltee y lo encaré un poco irritada por su tono de voz.

-Me importa más de lo que piensas. Si tienes novio no podré molestarte tanto como me gusta porque no estarás sola. Así que responde a mi pregunta -Ignoré su tono de voz en un intento frustrado de salir de ahí pero él tomó una de mis muñecas fuertemente haciéndome daño.

-Suéltame. -Reclamé forcejeando.

-Respóndeme. -Ordenó él apretando aún más fuerte mi muñeca.

-Suéltala te dijo. -Habló molesto Adam que llegaba al salón y él soltó mi mano. -Ah y si tenemos una relación. -Volvió a decir y Evan regresó a su lugar con un semblante neutro. -¿Estás bien hermosa? -Me preguntó acariciando mi rostro.

El Baile de las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora