One shot, newly moved couple ── ser inseguro no es una de las características de Will desde hace años. Sin embargo, desde que Mike comenzó a actuar extraño, Will no se saca de la cabeza el porqué y no puede evitar desconfiar de él. ¿Qué está pasando...
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Will no recuerda cuándo empezó a tener inseguridades, esto lo confunde porque, según él, las cosas con Mike siempre fueron tranquilas, la confianza entre ambos abundaba en el vínculo por años. Ahora mismo traía puesto un delantal blanco que le cubría hasta los muslos, y cortaba carne en la cocina.
Ya eran las siete de la tarde, casi las ocho, y Mike aún no llegaba al departamento. El pelinegro comenzó a recurrir a este hábito hace unas semanas; se iba del hogar a quién sabe dónde, volvía a la tarde noche, y esto al ojiavellana no le gustaba para nada.
Usualmente, Mike llegaba por lo menos una hora y pico antes. Preocupado, Will fue hasta la sala principal y tomó el teléfono dispuesto a llamarlo; sin embargo, cuando marcaba los números correspondientes a su novio, la puerta repentinamente se abrió a vista de éste, sacándole un buen susto.
Mike llega con una típica alegría en su cara. ──¡Ya estoy en casa! ──avisó en un tono de voz semejante al de alguien gritando, percatándose de que su novio se encontraba en la misma sala.
──¡Shh! ──lo calla Will con su dedo índice a mitad de sus labios, y su ceño está ligeramente molesto, a todo esto el pecoso se detiene cuando cierra la puerta, con sus cejas alzadas ante tal recibimiento──. Te he dicho que no alces tanto la voz, ya sabes qué dijo la señora Rachel ayer sobre los ruidos fuertes ──regañó, dejando el teléfono descuidadamente en su lugar. Esa señora tiene la costumbre de quejarse ante lo más mínimo, incluso si sus propios hijos pequeños son los que hacen más escándalo cuando juegan. ──Estaba a punto de llamarte... estaba preocupado por ti.
El pelinegro se siente como un niño pequeño regañado por su madre. ──"Hola, " ¿no? ──reclamó con una mueca de gracia, haciendo que el castaño rodara los ojos, para después sonreír aliviado. Mike lo agarró desde la cadera y plantó un beso en los labios de Will. Pronto, sus fosas nasales detectan ese aroma proveniente de la cocina, y sabe que Will está cocinando como siempre hace a estas horas cuando vuelve a casa. El fuego en llamas arde dorando las cebollas en una olla inoxidable. ──¿Qué estás cocinando, lindo?
"Lindo, " es el apodo con el que Mike suele llamarlo, pero esta vez la intranquilidad interna de Will perturba las típicas mariposas en el estómago que suelen aparecer cuando escucha ese apodo.
──Sopa ──contesta en un suspiro, sale más frío de lo que pretende por el momento, sus ojos de repente se desvían de la dulce mirada de Mike, que cree, guarda secretos──. ¿Vas a comer?
──¿Bromeas?, muero de hambre ──bromeó dramáticamente, Will rodó los ojos, nuevamente; ligeramente desinteresado. Mike decide no prestarle demasiada atención a eso.
──Pregunto, por si acaso ──jadea, presentía que su pecho dolería. ─Ya que ayer no tenías apetito. ─entrecierra los ojos, necesita que el aire entre en ellos, o se aguarán. ─¿Por qué tardaste tanto en llegar, eh? ─volvió a la cocina, y toma aire para seguir hablando.
