Jaque Mate

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—Cuando veo hacia atrás y todo lo sucedido no puedo evitar sentir la nostalgia de no haber podido ayudarlos más. De haber hecho que el peso que llevaban encima se aliviara.
Es un gran pesar para mi como para mis compañeros presentes y toda nuestra división la perdida del oficial Yoo YoungJae y del detective Jung DaeHyun en su labor. -musitó JongUp observando sus manos temblar- deseo que la voluntad de ellos y su gran desempeño sea una guia para todos y cada uno de los presentes y de las futuras generaciones de policias que protegerán nuestro país tanto a como ellos dos lo hicieron.
Yo, el oficial Moon JongUp ofrezco mi más sincero respecto y admiración hacia dos personas que, además de ser colegas, eran buenos amigos -al hacerse a un costado se giró viendo las fotos de ambos amigos adornadas con múltiples arreglos florares- ellos son los que me guiaron a ser el oficial que soy en este momento.

En silencio hizo una reverencia y tras unos momentos se enderezó.
Al dirigir su mirada al superior Lee solo sonrió antes de agradecer y retirarse para seguir escuchando hasta que concluyó y los días siguieron con una tranquila normalidad.

El ambiente en la división desde la muerte de ambos había sido notorio.

Las risas de ambos ya no se escuchaban y mucho menos las amenazas vacías.
En su momento se aclaró lo de la falsa muerte de DaeHyun y por qué de esta.

Estando afuera de la oficina de DaeHyun respiró profundo abriendo cuidadoso. Esta estaba tal cual la dejaron, pero a diferencia de la de YoungJae la cual ya había visitado, en el escritorio de DaeHyun había algo que antes no.
Frente a él se encontraban las piezas de ajedrez de todos los de la división, y un poco más adelante, la pieza dama y la peón juntas.
Las piezas de DaeHyun y YoungJae lado a lado.
Lo más probable es que haya sido cosa de ellos antes de la batalla final.

Al tomarlas sonrió antes de guardarlas en sus bolsillos.

Habian pasado varios días desde la perdida de ambos amigos, por ende, pronto alguien más utilizaría las oficinas ahora sin dueño.
Y aunque le pesara que fuera así, sabia que no habia opciones.

—JongUp -llamó el jefe superior quien estaba en compañía del superior Lee- acompañanos por favor.

Al escucharlo simplemente obedeció acercándose para luego seguirlas en silencio.

~♔︎•♔︎~

Poco a poco el tiempo empezó a transcurrir para el joven y para todo.
Las oficinas ahora eran utilizadas por otras personas y luego por otras conforme el tiempo pasaba.

La tumba doble siempre permaneció limpia y con ofrendas de parte del peliazul al igual que la de JunHong y su antiguo jefe Bang.

Dentro de aquella oficina, JongUp observaba en silencio aquel recuerdo hasta que la puerta fue abierta luego de ser tocada, tras esta ingresó su asistente quien saludó con respeto.

—Jefe Moon, los nuevos oficiales ya están aquí ¿Desea otorgarles usted mismo sus puestos o prefiere que yo me encargue?

—Yo lo haré, hazlos pasar -solicitó sentandose en su asiento- ¿cuantos son?

—Son dos señor.

—Bien.

Cuando su asistente se retiró observó la puerta y como a través de esta entraban dos chicos de alrededor de 20 años.

Al verlos abrió ligeramente la boca con sorpresa.
Los chicos frente a él eran la viva imagen de sus amigos pero claramente más jóvenes.
Estos hicieron una reverencia con respeto.

Sorprendido observó la foto en su escritorio donde salio él con sus cuatro amigos.

¿Existian esas casualidades?

Los chicos frente a él lo observaron en espera de alguna orden. Pronto se miraron entre ellos hablando por lo bajo.

Al tranquilizarse tomó los expedientes de ambos para leerlos viendo las fechas en que nacieron.
Tal solo unos días después de la muerte de sus amigos.

Observarlos lo hizo sonreír antes de acomodarse y dirigirse verbalmente a estos para poder instruirlos.

En su escritorio reposaba aquel recuadro y en la pared a un lado de sus reconocimientos, las piezas de ajedrez de todos sus colegas muertos y de sus amigos.

Sabia que nadie más notaria esa clara casualidad por que de sus antiguos colegas, él era el único que quedaba en esa división.

—Señor Moon -llamó el castaño ganando así su atencion- ¿se encuentra bien?

—¿Ah?

Al ver como este hacia una seña de que dejaba lagrimas solo asintió.

—Estoy bien -asintió viendo a ambos luego de limpiar a que rastro de lagrimas- ¿Qué les hizo querer ser policías?

Ambos permanecieron en silencio por un instante antes de observarse y luego a él.

—Ninguno sabe con exactitud -aclaró el de cabello castaño- fue un deseo que de alguna manera nos ha perseguido.

—Somos amigos desde la academia así que compartimos esa curiosidad -agregó el pelinegro-

—Ya veo -respondió sonriendo- chicos, antes de que inicien su vida policíal en esta división bajo mi cargo, ¿quieren escuchar una historia.

Estos asintieron tras unos momentos y tras un gesto suyo se sentaron para más comodidad.

—Esta historia se remonta alrededor de 20 años atrás sobre dos policías que se convirtieron en los héroes de este lugar -musitó recordando- todo empezó con una llamada inesperada...

Los chicos solo escucharon atentos mientras les contaba la historia de sus amigos y de aquel juego de muerte.

Por que al final ellos lograron hacer jaque mate, y este era el fin del juego.

No siempre el vencedor
es quién gana el juego
Y no siempre el
perdedor es quien pierde.


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