Lágrimas de Dolor
Capítulo 1 "Recuerdos"
Estaba con mi madre en la cocina, cuando de repente tocaron la puerta de manera incesante, miré la cara de mi madre que reflejaba una preocupación tan grande que sus ojos se tornaron llorosos, no había sido la primera vez, ya la había visto de esa manera, sabía que era lo que le ocasionaba tanto dolor, ella me tomó de la mano y sentí como sudaba de los nervios, me llevó a mi cuarto, yo con mucho miedo a lo que pudiera pasar solo quería llorar, me miró a los ojos y me dijo
-Tranquila mi amor, nada va a pasar quédate aquí y no te muevas. - yo solo asentí.
Ella me dejo pero no tarde en percibir su voz y la de aquel hombre que hacía que mi madre sintiera esa impotencia. Un sonido en seco y el grito de mi madre implorando que la dejara, de repente se logró percibir en toda la casa gritos, llantos, suplicas, durante un tiempo solo hubo silencio pero algo mato ese silencio, el ruido de una explosión. Me asusté mucho, mis lágrimas salían sin miedo alguno ya no podía quedarme así pero antes de salir de mi cuarto escuche el crujir de las escaleras, la luz del pasillo se encendió una persona se paseaba por esta , me escondí debajo de mi cama y me quede observando la puerta unos zapatos se veían, luego de un instante se escuchó como el empezó a forzar la cerradura.
Ahí fue cuando me exalte y desperté, me había dado cuenta que solo había sido otra de mis pesadillas con del asesinato de mi madre.
No me había percatado que estaban tocando la puerta hasta que escucho mi nombre
-Helena, ¡abre la puerta! ya es hora de que te levantes para ir a la escuela - Me levante de la cama con el recuerdo de ese sueño que lleva atormentándome desde los 6 años.
Me vestí y salí para ir camino a la escuela, solo podía pensar en todos esos momentos que pude haber pasado junto con mi madre, ¿De qué sirve amar si todo tarde o temprano se va?
Me encontraba con la mirada perdida hacia la ventana del autobús, en busca de la respuesta de todas esas preguntas que no me dejaban vivir en paz, solo podía pensar que la vida era una lucha constante que no tiene otro camino y ese camino te llevaba a la perdición total.
Después de unos minutos llegué al salón,me dispuse a sentarme en la silla en la que siempre estoy, pero esta se encontraba ocupado por otra persona, asi que me senté en una silla que se encontraba a tres de la que solía ocupar.
-Buenos días alumnos-dijo la profesora de historia haciendo que la clase empezará.A mitad de la clase de historia me encontraba perdida escribiendo en una hoja todo lo que no me dejaba concentrarme, no me di cuenta del momento en el que la profesora furiosa me arrebató el papel dejando en evidencia todos mis sentimientos proyectados en esta.
-Estoy enredada entre algo real y algo ficticio, perdida en el mar de la razón no encontré respuesta alguna; ¿En qué mundo estoy viviendo? ¿Sera que algún día encontrare la respuesta? ¿O simplemente viviré para jamás poder responderla? ¿Pero qué razón tiene la vida si es una incógnita de algo a lo que no podre enfrentar yo sola? ¿O si podría enfrentarlo?, ¿Y qué tal si me encuentro en un mundo donde todo lo que está a mi alrededor solo es cosa de mi imaginación, o de todo lo que yo creía que era verdad ahora es una tremenda falacia, o a todo lo que yo me aferraba era en algo que confiaba ciegamente? -yo solo agache la mirada con la mezcla de emociones que en ese momento ; sentía vergüenza, enojo e impotencia del haber sido expuesta. Sentía las miradas juzgadoras de todos mis compañeros en ese momento. Me sentía desnuda ante todos, como si todos pudieran ver mi debilidad, como si esas palabras fueran desnudando mi ser y dejándome expuesta ante el mundo.
-¿Tu escribiste esto?- yo solo alcé mi vista y asentí deseando desaparecer pero era completamente imposible.
En ese mismo instante me sentí tan a salvó al escuchar el timbre que rompió el momento incomodo en el que yo era el centro de atención; para convertirme nuevamente en la chica invisible
Me levante decidida en tener devuelta esa hoja, fui rumbo a la sala de maestros; al llegar tome aire y me arme de valor para tocar la puerta, segundos después de haber tocado la puerta escuche la voz de la maestra.
-pase- moví sutilmente la perilla y asome un poco mi cabeza para que la maestra me viera
-profe disculpe no era mi intención enconrtarme distraída en su clase hoy no ha sido un buen día para mi .-la profesora observó detenidamente.
Me era algo incómodo porque yo no me consideraba agraciad era algo así como un bicho raro, ella dejó de observarme para ir en busca de esa dichosa hoja, la profe se voltio y tendió su mano con el papel y lo agarré. Estaba a punto de salir cuando la maestra me habla.
-helena espera- giré sobre mis talones para voltear a ver - sabes que puedes confiar en mi- creía que yo podría confiar en ella después de haberme puesto en evidencia con mis demás compañeros - gracias profesora- solo asentí con amabilidad y Salí de la sala de maestros para llegar al salón, me encontraba a la mitad de camino cuando me acorde que la siguiente clase era química con el profesor Roberto, apresuré mi paso preocupada de que el profesor ya se encontrará en el aula, pero había muchas personas en mi trayecto, y en un momento de descuido choque con alguien, alce mi mirada para disculparme con aquel chico al que me había atravesado en el camino.
-Disculpa yo- al momento de fijarme era un chico con un toque de elegancia y sofisticación-yo no me fijé- el me sonrió yo continúe mi camino pero él me detuvo y le explique que puede que este llagando tarde a una clase y el comprensivo me dijo.
- ¡oh lo siento!- soltandome de su aguerre.
-gracias y disculpa de nuevo -yo continúe mi camino en pasos rápidos , pero me tranquilice al ver a mis compañeros conversando plácidamente fuera del salón .
Entre al salón y me senté en mi lugar esperando la llegada del maestro, minutos después mis compañeros empezaron a entrar al salón dejando la pauta de que el profesor estaba por entrar y mis sospechas eran ciertas, el no tardó entra , cerrando la puerta y dejando a varios compañeros fuera
-buenos días clase.
Así se fue haciendo mi día, los maestros entraban,explicaban, dejaban tarea y se iban.
Yo solo esperaba el momento en el que ya me pueda ir de este infierno para pasar al otro, no podía despegar la mirada del reloj de pared que se encontraba en el salón, mis ganas por que acabara el día con la esperanza de algo mejor mañana, pero yo ya sabía que era completamente imposible, mi vida estaba hecha pedazos pero eso a quien le importa.
-muy bien no se olviden de estudiar para el parcial de mañana- la maestra se despedía recordándonos que debíamos de estudiar, mientras que agarrábamos nuestras cosas para salir.
Estaba caminando rumbo al orfanato para terminar este día de perros como todos los demás pero una voz no muy familiar gritaba que me detuviera, por un instante pensé que le hablaban a alguien más y continúe mi camino, pero la persona que gritaba incesantemente ya se encontraba alado mío.
-Hola - dijo entre respiros.
-hem.. Hola-dije sin obsérvalo
-hace cuadras atras te estaba habalndo pero no me hacías caso- dijo el mirándome; me sentía rara ya que no me gusta la sensación de que alguien me observe
-realmente si escuche que alguien estuviera gritando, pero no pensé que me estuvieran hablándome a mi.- dije alzando mi rostro y buscando algún punto perdido en donde pudiera fijar mi mirada.
- mi nombre es..