Como era de esperar mis lágrimas salían una por una, desquitando mi mal, cierto es que nunca estuvo muy distante la opción de suicidarme, pero como siempre soy tan vil cobarde.
Me seque aquellas lágrimas que salían golpe tras golpe de mis pensares.
No obstante mire aquella luna que me hacía compañía en cada noche de tristeza.
-dime tu, dios, o lo que sea que haya creado al mundo porque a mí -exclame con la necesidad de sacar esto que traía en el alma que me sopesa tantos día con día- ¡por que! ¡Dime!, ¿Por qué tanta miseria y dolor en mí?, ¿Por qué tanto odio y rencor?¿ que no vez que ya no puedo?¿ que ya no lo soporto? ¿ que ya me canse de vivir con esta desdicha ?- baje mi mirada, me dolía más de lo que cualquier humano podía imaginarse, volví alzar la vista.
- ¡Gracias sabes ¿por qué?, porque has hecho de mí una miseria, porque me has dejado sola cuando más necesito de alguien, me has llenado de ese miedo que mata a uno cada segundo de los días!-fue en ese momento que perdí la cordura entre aquellas lagrimas a las que podía controlar.
Ahora no tenía control alguno tire todo lo que a mi alrededor había, pero me detuve al momento de darme cuenta que no sabía ya de qué manera desahogarme , fue justo en ese instante en el que vi aquellos vidrios tirados justo enfrente de mí, sin más tome uno y sin pensarlo pase aquel pedazo por mis muñecas, el dolor era nada comparado con lo que en mi había, pero no podía desahogarme ya de otro modo, el expresar me hace sentir tanto miedo del hablar de más y lastimar sin piedad con cada frase que salga de mi boca ya se ¿Cómo puede ser que algo que no vemos como son las palabras nos lastima de una forma más profunda que cualquier golpe?, mis lágrimas salían con la marca de cada recuerdo, mi sangre de igual forma salía como regadera sin llave.
Así se fue haciendo mis noches lágrima tras lágrima, recuerdo tras recuerdo, hasta llegar aquel recuerdo que más peso tenía.
Me dolía ya tanto el pensarlo que juro que ya me era tan agotador, mi vista se opacó y sentí como aun sin ganas de dormir mis ojos se cerraron dejándome tirada en aquel rincón obscuro.