Capitulo 2

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Adhara

Salí de aquella oficina con un hormigueo en las manos y pensando seriamente si había hecho lo correcto.

Pero no me podría ir tan mal.

Tampoco es como si nos fuésemos a enamorar, a casarnos, a tener seis  hijos y dos  perros.

Me dirigí al baño donde me eche agua en la cara y en la nuca intentado relajarme un poco.

Sali en busca de Roxana para irnos por fin a casa, me lo merecía, o al menos así lo sentía ya que presentía que se avecinaba una guerra.

-Ada, Ada, Adaaaaa.- justo a tiempo, pensé al escuchar cómo me llamaba e intentaba hacer una canción con mi nombre.- Al fin te encuentro mi adis, imagínate que conocí a mi medio melocotón.

Ayy no, ¿otro melocotón?
en definitiva había conocido un chico.

No tenía nada en contra del "amor" lo juro pero es que cuando ella hablaba de esa manera y sonreía así, era porque había conocido a alguien que estoy segura no era de mi agrado y en unas cuantas semanas o tal vez días tampoco lo sería del suyo.

Comenzó a contar como conoció a Gabriel alias "Gabis" en la biblioteca, suspiraba cuando hablaba de aquel chico y narraba la manera en la que comenzaron a hablar, salir y ahora a tener sexo.

Por qué si, mi Roxi, como me obligó a decirle, era de las chicas hermosas, populares, alta, rubia, ojos azules e inteligente que salía con quién ella quisiera y al igual que yo buscaba su medio melocotón, como ella solía llamarlo.

La diferencia entre ambas es que ella lo buscaba y yo simplemente estaba en la espera de que apareciera.

Aunque no la juzgaba, amaba la manera en la que se amaba ella misma y la manera en la que ignoraba los malos comentarios de aquellos que groseramente la llamaban "puta".

Lo que más me llamaba la atención era que la mayoría de malos comentarios los recibía de las mujeres.

Puso atención a lo que me decía silenciando mis pensamientos y sonreí por la manera en la que suspiraba dramáticamente.

-Pronto encontrarás a tu medio melocotón, no te desanimes.- solté una carcajada ruidosa que ella imitó y por la cual muchos nos comenzaron a mirar mal.- pero ahora dime, ¿Por qué te llamo el director a su oficina?
- deje de sonreír en cuanto mencionó aquello y suspiré pensando en como comenzar a contarle.

-Pues que te digo, desde mañana ayudaré a Ryan Stone con algunas materias, prácticamente seré su maestra en casa y le explicaré todo lo que no entienda sobre algún tema o materia, solo espero que capte rápido porque no suelo tener la paciencia infinita, esa solo la tienes tu y papá. Aunque también está el hecho de que sé que no le caigo muy bien que digamos y pues...

-Que te importe una mierda si le caes bien o no.- corta mi gran relato y cuando estaba por continuar hablando comenzó a hablar de nuevo.- acá lo importante es que está es una oportunidad para estar cerca del director y así note lo inteligente y capaz que eres y pues se te facilite conseguir una beca y así podamos irnos a estudiar a la universidad, piénsalo, tampoco es que te vayas enamorar de él, ambas sabemos que no es tu tipo y es un idiota ambas también sabemos eso y...

Se vio interrumpida por el empujón que le dió Ryan al pasar bruscamente por su lado sin dirigirnos la mirada,  no pude visualizar su cara, más que su cara, quería ver sus gestos ya que necesitaba saber si había escuchado lo que Roxana había dicho.

Sentí una presión en el pecho que nunca antes sentí y me asusto aquello.

Pero entendí que solo era la preocupación de haberlo herido y pues no quería  sentirme más  incomoda al estar en su presencia y menos si tenía que verlo tres veces por semana por más de dos horas seguidas.

Pero si había escuchado, estaba dispuesta a disculparme con él, aunque no estaba segura si tenía que hacerlo o el por qué tenía que hacerlo.

En fin, presentía que mis días calmados y  aburridos habían acabado.

O al menos eso parecía.

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