Kidnapper ♡ᴍɪɴʟɪx

━✧♡✧CAPÍTULO 1✧♡✧━

Felix

Miré sobre el rebosante carrito de compras que tenía frente a mí. ¡Diablos! Solo había ido a la tienda por algo de leche. Sabía quién era el responsable de esto.

¡Lee Soobin trae tu trasero para acá! - Una pequeña anciana jadeo por mi aspereza- Lo siento.

Un pequeño enano con cabello negro vino corriendo por el pasillo con tantas cajas de cereales como sus pequeños brazos podían cargar. Ese era mi rompecorazones de siete años. Él de alguna manera encontró espacio en el carrito para todas las cajas y me sonrió.

-Tengo todo lo de mi lista, nos podemos ir ahora.

-Déjame ver la lista- Repliqué, sosteniendo una mano en el aire mientras ponía la otra en mí cadera.

-Papá - Golpeó su sien con su dedo índice- Todo está aquí.

-Maldito sabelotodo- Gruñí.

Él alzó la mano, sacudiendo sus dedos. Resoplé y saqué un dólar de mi bolsillo y lo solté. Teníamos una regla de no maldecir, regla que le estaba haciendo a mi hijo una fortuna.

-¡Gracias papá! -Dijo mi pequeño mocoso contento.

-Si, si- Repliqué. De repente el agudo sonido de un niño se coló en el aire- Hora de irse- Le anuncié, empujando el carrito hacia la fila para pagar. Estábamos llegando al final del pasillo, cuando alguien chocó su carrito con el mío.

-¿Podrías fijarte por dónde vas? - La desgraciada soltó lo suficientemente alto como para escucharla por encima de los gritos de la pequeña niña que se encontraba en su carrito.

-¿Qué miré por dón... - Puse cara de sorpresa- ¡Oh por Dios! Esa es una brillante idea ¡Gracias! - Sin necesidad de maldecir, el sarcasmo no se me daba nada mal- Vámonos Soobin.

-¡¡¿Disculpa?!! - Exclamó la mujer, claramente ofendida. Empezó a despotricar en un tono tan alto que dudo que los perros aún puedan oír.

Rodé mis ojos y comencé a alejarme, pero al parecer mi pequeño tenía otros planes. Caminó hacia el carrito de esa mujer y le ofreció una paleta a la pequeña que lloraba. Él siempre cargaba consigo una o dos.

-Por favor, ya no llores- Le dijo a la bebita, ella se detuvo un poco mientras tomaba el dulce. Sin duda alguna mi niño tenía superpoderes.

-Vamos, Bunny- Dije suavemente. Esta vez gracias a Dios sí me siguió- Eres un chico bastante genial ¿lo sabías? - Desordene su cabello juguetonamente- Ahora, ayúdame a descargar toda esa chatarra que vamos a comprar.

Hicimos un trabajo rápido descargando el carrito, y con tan solo deslizar mi tarjeta de crédito ya teníamos todo pagado y en camino al estacionamiento. Levanté la puerta de la parte posterior de mi camioneta y Soobin me ayudó a poner todas las golosinas y las cosas innecesarias que compramos en la parte de atrás. Regresando el carrito a su lugar correspondiente estaba, cuando observé que se encontraban cerca una mujer y dos niños.

-¡¡Por el amor de Dios!! ¡¡¿Te puedes callar?!! - ¡Oh genial! La loca y la pobre niña que nos encontramos dentro del supermercado estaban ahora aquí.

-¡No le hables de esa manera! - Gritó el niño, él se veía más o menos del tamaño y edad de mi Soobin.

La perra miro al pequeño niño con furia en los ojos. Entonces ella enterró sus garras postizas en el su pequeño bracito- ¡Tú a mí no me gritas maldito mocoso!

- ¡Déjame! - Gimió de dolor el niño- ¡Me estas lastimando!

Mi bebé se paró junto a mí, en su mirada había preocupación mientras veía la escena.