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Sunoo salió del baño de chicas con un paso despreocupado mientras acomodaba la camisa de su uniforme que se encontraba notoriamente desordenado y fuera de lugar.

Las miradas de los que estaban alrededor inevitablemente se posaron en él, esto siendo acompañado por los murmullos que siempre eran frecuentes.

Unos segundos después salió una rubia chica que todos conocían como Liz, su estado actual era un poco diferente al que se le veía a diario pues su uniforme no estaba impecable como era usal y sus mejillas estaban abruptamente coloreadas de un tono rojizo, además de sus labios que se podían notar hinchados y brillantes.

Era muy obvio lo que había sucedido entre esos dos en ese baño.

Los estudiantes que estaban alrededor los observaron con atención, más la sorpresa no era parte de sus expresiones. No era la primera vez que veían a Kim Sunoo salir del baño de chicas, o del de chicos, o de algún salón, la sala de profesores, la biblioteca...

En resumen, esto no sorprendía a nadie.

Lo que más podía llegar a llamar la atención en esta oportunidad era que la chica con la que había estado era la vicepresidente del consejo estudiantil y uno de los mejores promedios de su generación.

La rubia corrió hasta tomar el brazo del con el que antes había estado en el baño. Sunoo se detuvo para mirarla sobre su hombro con desinterés en espera de lo que tuviera que decirle.

—Oppa~ ¿Quisiera ir a tomar un café conmigo? Hay una cafetería nueva en... —la chica con ojos ilusionados fue interrumpida por el tirón que dió Sunoo a su brazo para soltarse del agarre.

—No porque nos hayamos besado voy a salir contigo, solo fue algo de una vez, chica —el tono de voz de sunoo fue en extremo de aburrimiento, no había ni un toque de interés en él, era claro que lo que había sucedido con la chica momentos antes no había sido tan importante para él.

Tal vez lo que realmente le dolió a Liz no fue la respuesta negativa de Sunoo, sino que este ni siquiera sabía su nombre cuando ella había estado enamorada de él por meses. Al fin había logrado tener su atención por un momento, seguro no era la mejor forma pero había logrado más de lo que había avanzado en meses con respecto a Sunoo.

—Sunoo... —comenzó a decir la chica dando un paso más adelante cuando Sunoo estuvo por seguir con su camino, su tono de voz siendo suplicante, solo quería una oportunidad.

Algunas voces entrometidas recorrían el pasillo ante la escena, risita por la humillación de la rubia se oían en el lugar.

"Oh no, la vicepresidenta también cayó por Kim Sunoo..."

"¿Quién no caería por Sunoo? no la culpo, pero me da lástima"

"Patética..."

La sonrisa en el rostro de Liz flaqueó, la vergüenza empezaba a invadir su cuerpo con cada cosa que lograba escuchar. Sin embargo, ella tenía un objetivo y se iba a mantener firme en eso, no importaba cuanto los demás se burlaran.

Dió otro paso más acercándose más al pelinegro.

—Sunoo oppa, deme una oportunidad, le juro que no se va a arrepentir —la chica lo miró detenidamente con la esperanza de poder conseguir lo que quería; un poco de atención del chico que le gustaba, aunque fuera algo mínimo.

Sunoo suspiró de forma cansada, su mirada se desvío hacia un lado del pasillo mientras pedía paciencia.

No podía creer que por más que fuera siempre así siguieran atrás de él, como si no supieran la forma en que aquello iba a terminar.

—¿Quieres una oportunidad conmigo? —preguntó el chico con una media sonrisa deslizándose en su rostro al tener una idea en mente, la chica asintió ilusionada— Claro ¿Por qué no? Háblame luego.

"Háblame luego..."

¿Acaso eso se podía considerar como una propuesta real?

Seguro para muchos no lo era, pero Liz lo tomó como una de verdad, por lo cual mientras Sunoo se alejaba hacia el jardín trasero del instituto ella permanecía con una expresión de felicidad en su rostro.

A pesar de las dudas que Gaeul, la amiga de Liz, había tenido y manifestado a la rubia, la chica terminó buscando a Sunoo al finalizar las clases ese día.

Iba a proponer el lugar para tener su tan anhelada cita.

La chica estaba emocionada, desbordaba felicidad por todo su cuerpo. Ahora que había logrado tener una oportunidad no quería desaprovecharla, iba a lograr que sunoo se interesara aunque sea un poco en ella y así poder completar su romance tan esperado.

Claro que la rubia no esperó que al entrar al salón vacío del chico no estuviera tan vacío como creía.

Sunoo y otra chica rubia, Yuna, la reconoció, estaban en una esquina del salón besándose de forma muy apasionada para ser verdad, y tal vez Kim Sunoo tenía sus manos debajo de la camisa del uniforme de la rubia.

Liz se espantó con esa visión, pues ella tan solo horas atrás estaba en el lugar de Yuna.

Sus ojos se llenaron de lágrimas casi en el instante, sentía como su corazón se empezaba a romper en miles de pedacitos; su primer enamoramiento, su primer corazón roto, todo gracias a Sunoo.

Salió corriendo del aula sin poder soportar ver más aquella espantosa escena ante sus ojos.

Sunoo se separó de yuna un momento para mirar hacia la puerta del aula, pudo ver como la chica de cabellera rubia se iba corriendo del lugar hecha un desastre.

Sonrió, estaba satisfecho.

Después de todo, Liz no era la primera ni iba a ser la última persona que terminaría con el corazón roto por culpa de Kim Sunoo.

HEARTBREAKER → SUNSUN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora