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Los pasos de Sunoo desbordaban seguridad y un aire de grandeza mientras caminaba por el pasillo principal del instituto con despreocupación, una paleta sabor a cereza decoraba su boca junto a una de sus manos dentro del bolsillo de su pantalón, su uniforme estaría pulcro si no fuera por los botones de la camisa que estaban desabrochados y la corbata mal puesta.

Las miradas de lo que estaban en el pasillo en su descanso caían inevitablemente en Sunoo, algunos saludaban esperando a que Kim los viera y les diera un poco de su atención, otros le sonreían, si Sunoo se sentía de la realeza es porque lo trataban como tal.

Sin embargo, unos pocos lo miraban mal, claramente no era del agradado de todos ahí y eso era normal al tener popularidad.

Por ejemplo, no era para nada del agrado de Nishimura Riki que Sunoo tan si quiera pasará por su lado, así que sin poder evitarlo su rostro de desfiguró en una mueca de desagrado cuando lo tuvo cerca.

Sunoo vio al joven japonés y le dedicó una pequeña sonrisa de lado sacando la paleta de su boca un segundo, luego volvió a llevarla a su boca ignorando la mirada de muerte que le daba el japonés.

—¡Yah, Kim Sunoo! —ese grito hizo que todos se detuvieran por un momento, incluyendo a Liz que estaba dispuesta a hablar con Sunoo cuando lo vio.

Al escuchar su nombre y reconocer la voz que lo llamaba Sunoo volteó para ver venir de frente a una chica castaña, bonita y, claramente, muy llamativa e importante ante los ojos de todos.

La chica llevaba su uniforme en perfectas condiciones, nada estaba fuera de lugar y ni una arruga arruinaba su ropa, mientras caminaba hacia Sunoo guardó el celular que llevaba en su mano en el bolsillo de su falda, su mirada fija sobre ele pelinegro.

—¡Presidenta! —exclamó Sunoo con una alegría burlona y sarcástica, sus ojos brillaron al llamarla— Tanto tiempo sin verla ¿Necesita usted de mis humildes servicios, otra vez?

El tono de burla continuó en las palabras de Sunoo al igual que en su expresión. Por su parte, la chica se detuvo cuando llegó a estar a centímetros de Sunoo, rodó los ojos y sin responder llevó sus manos a la camisa del chico para abrochar los botones que estaban sueltos, todo bajo la atenta mirada de Sunoo.

—¡Oye! —se quejó el pelinegro cuando la chica le quitó la paleta de la boca y la sostuvo en alto frente a sus ojos.

—No está permitido esto —le dijo la castaña recordándole una de las reglas del instituto en donde no podían tener alimentos que no fueran los que ya estaban dentro del plantel, y efectivamente no había paletas ni en la cafetería ni en la tienda del instituto.

La chica caminó unos pasos a un lado hasta el bote de la basura donde tiró la paleta ignorando las quejas de Sunoo, cuando volvió hasta donde el chico este la miraba de mala gana.

—Eso fue muy grosero de su parte, presidenta —se quejó el chico alzando una ceja.

—Tómalo como quieras, Sunoo —la chica subió su mano de nuevo al uniforme del chico para quitar una pelusa que estaba en el hombro de Sunoo y aprovechando acomodó la corbata que el chico llevaba suelta, su forma de actuar era con toda confianza— Busco a Jake ¿Dónde está?

Sunoo soltó una pequeña risita burlona acercándose un paso a la chica.

—¿Y por qué yo debería saber dónde está Jake? —.

—Porque eres su mejor amigo —la castaña miró un momento a un lado captando la mirada de algunos estudiantes que veían la escena en silencio y que apartaron la mirada al tener la atención de la presidenta.

HEARTBREAKER → SUNSUN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora