OBSESSION || Ran Haitani

capitulo 6

— ¿Hasta que hora piensas quedarte?

— Hasta que se acabe mi tiempo libre.

— No lo dices encerio...

Ran revisaba cada rincón de mi casa cómo si de un critico de decoración se tratara, lo sabía porque por momentos fruncía el ceño ante una decoración que no era de su agrado.

Yo lo miraba de brazos cruzados desde la entrada.

— ¿Porque revisas tanto mi hogar?

— Porque me asombra que la decoración sea tan... Simple, y no hablo del buen modo — dijo mientras revisaba las cortinas — ¿Porque tu departamento se ve tan anticuado?

Sentí un cuchillo enterarse en mi espalda, esas palabras dolieron porque yo había escogido todos los muebles y cortinas de la casa.

— Retirarte de mi departamento si vas a empezar a cuestionar mis gustos.

Se empezó a reír.

— ¿Tu departamento? ¿Adivina qué? Este es mi edificio — vuelve a recalcar mientras toma un florero de lugar y juega tirándolo al aire.

— Oye, ese florero me costó, déjalo ahí.

— ¿Este? — lo soltó, el florero se hizo pedazos en el suelo — Ups.

Tuve que contener un grito de impotencia.

— Lo hiciste adrede.

— Es cierto — respondió sonriendo sin descaro.

No tuve más fuerzas para pelear, solo me senté en el sofá cubriendo mi cabeza con mis manos.

— Ya no importa, has lo que quieras.

Parecía que él era alguien que hacía las cosas contrario a lo que decías porque cuando le dejé de tomar importancia se detuvo y se sentó al sofá frente a mí.

— ¿Tienes algún problema? No es divertido si no obtengo alguna reacción tuya — dijo ladeando la cabeza.

— Deudas.

— ¿Consumes drogas?

— No esa clase de deudas, se trata de mis padres y...

—Ya entiendo, tus padres tienen deudas y tú tiene que solucionarlos ¿Verdad? —  asegura revisando algo en su teléfono.

— Si... Justamente eso.

— Tú eres... Sumi Futaba, 25 años de edad, ambos padres vivos, aspirante a actriz con varios papeles sin valor excepto el último y un compromiso fallido... bueno, creo que me sirve.

— Oye, ¿Te sirvo para que? ¿De dónde sacaste esa información? — pregunté entre ofendida y asustada, este hombre había conseguido mi información muy rápido. Mi teléfono empezó a vibrar.

—Quiero que hagas algo por mí, Señorita Meretriz — dijo mientras yo sacaba mi teléfono para revisarlo — Te eh enviado una foto, revísalo.

Un escalofrío recorrió mi espalda cuando realmente ví su mensaje en mi teléfono. No entiendo cómo consiguió mi número.

— ¿Ya lo revisó?

— Esa... Es una foto del director de la película en la que estoy trabajando — Murmuré sin creerlo.

— Exactamente, ese bastardo se llevó algo que me pertenece y necesito saber dónde lo escondió — dijo poniéndose serio por nos segundos.

— ¿Que es? — pregunté con curiosidad.

— Un documento, solo eso te puedo decir.

Esto es muy extraño ¿Porque ese documento era tan importante?