OBSESSION || Ran Haitani

Capítulo 31

Mamá fué enterada un día después.

Ante los ojos de todos los que asistieron al velorio, siendo gran parte vecinos cercanos que solo se acercaron por pena.

Mi padre no lloró, no tenía muchas fuerzas para hacerlo realmente. Yo me mantuve en silencio mientras recibía las condolencias de persona con las que no había hablado en mi vida.

Todos son unos hipócritas, nunca están para ayudar pero son los primeros en llorar cuando te vas.

Esa noche las puertas de mi casa se cerraron y las luces se mantuvieron apagas, incluso mi padre descansaba. No me dirigió la palabra en ningún momento.

Suspiré antes de levantarme de la cama. No podía dormir.

Me fuí a darme una ducha y al salir noté en el espejo que había cambiado bastante estos años en prisión...

Mi rostro estaba demacrado, tenía la piel pálida y las cicatrices que me hice en un arranque de ansiedad habían cicatrizado dejando una marca permanente.

«Soy un desastre» me cubrí el rostro con mis manos.

¿Realmente quería ir a su casa luciendo así?

— Esto es una estupidez, olvídalo sumi — Murmuré — Mitsuya nunca fué a verte en prisión, nunca me buscó...

Hasta ahora seguramente ya debe tener otra novia. Una novia bonita...

Cuánto me gustaría retroceder el tiempo atrás y correr hacía el avión. Cuánto me gustaría haber conocido a Mitsuya antes que a Ran.

Ya no puedo cambiar nada...

El día siguiente Johan llegó a verme como me había avisado.

— Te vez terrible — Johan sonrió ligeramente antes de negar — no me malinterpretes, no me refiero a tu apariencia. Estás con los ánimos por los suelos.

— No eh podido dormir.

— Lo noté — se aclaró la garganta y se sentó en el sofá — bueno, dejando eso de lado tenemos temas pendientes.

Sonreí ligeramente.

— ¿Que es lo que te tiene tan impaciente?

— Acabar con Bonten ¿Que más? — se ríe ligeramente — necesito que me digas todo lo que sabes sobre ellos.

— ¿Y si no tengo mucha información?

— Bueno, trabajaremos con lo que sepas.

Con lo que sé...

Me puse a pensar en todo lo que había visto en el tiempo que estuve con Ran. Recuerdos que llegaron a mi mente en fragmentos.

—Bien, te diré los puntos de embarque de las armas y drogas que son enviados al extranjero. También sé de algunos contactos que tienen entre los políticos y policías.

— Eos es de utilidad.

— Pero con una condición — lo interrumpí.

— ¿Cuál?

— Dame a algunos de tus hombres, los necesito — me observa con curiosidad y diversión.

— ¿Y se puede saber para que?

Sonreí al igual que él.

— Algo que te beneficia, ya lo verás.

Johan aceptó sin muchas objeciones lo cual me alegró mucho ya que tenía algo en mente

Es por eso que ese mismo día puse mis planes en acción.

El resonar de mis tacones se escucha claramente mientras avanzo por los alrededores de ese bar nocturno. Observé a la gente divirtiéndose gratamente.