𝕷𝖆 𝕸𝖆𝖗𝖈𝖆 𝕯𝖊𝖑 𝕯𝖎𝖆𝖇𝖑𝖔

𝔢𝔪𝔟𝔯𝔦𝔞𝔤𝔞𝔫𝔡𝔬𝔪𝔢 𝔠𝔬𝔫 𝔱𝔲 𝔞𝔯𝔬𝔪𝔞

El mexicano buscaba al peruano por todos los lugares del edificio, necesitaba encontrarlo, quería saber cómo se encontraba. Pero ¿No lo acababa de arruinar? pudo haberle ofrecido acabar con ellos a cambio de su alma, algo en su interior lo había obligado, tal vez piedad o humanidad, pero bueno no le quedaba más remedio que buscar a su presa aunque ya no sabía exactamente la razón, pues solo podía imaginar el resto de males que esos malditos le habían provocado al menor.

Rendido, se fue al salón donde se había llevado a cabo la dicha reunión. Y si encontró algo peculiarmente interesante.

USA estaba sonrojado, miraba fijamente alguien con una emoción sorprendente y mantenía una linda sonrisa de éxito en su rostro; sin pensarlo dos veces corrió hacia él y le dio un fuerte codazo

—¿Qué pasó mi güero? Te la vas a comer con la mirada, no mames

—China no siente nada por mí, me odia.

— Sí claro, desde aquí veo como... te ignora completamente.

— quisiera... quisiera que se enamorara de mí pero... pero no puedo obligarla— soltó un suspiro y miró su reloj— tengo que irme Mex, otro día organizamos una salida ¿Ok?

— va ...  ¡hey! — el contrario que ya se estaba retirando lo volteó a ver— todo es posible, puedes hacer que se enamore de ti sin mucho esfuerzo, solo tienes que tomar la primera oportunidad que se te presente y sin pensarlo aceptar.

USA solo le limitó a asentir y se alejó, a veces México podía llegar a dar mucho miedo.
Comenzó a retirarse del lugar pero no sin antes darle una ligera miradita a su amor platónico... si la quería y estaba bastante tentado a alguna locura con tal de ser correspondido, pero luego pensaría en ese pequeño problemita, de momento tenía un pequeño country que complacer.

Llegó al lugar acordado con un mejor humor, Perú ya lo estaba esperando muy ansioso, el mal momento que había pasado se borró completamente de su memoria con tan solo pensar en los dulces besos y caricias que le esperaban. Cuando lo vio abrir la puerta se sonrojo por completo, gastó un poco de sus ahorros para comprar unas lindas prendas que esperaba le gustaran al mayor, no quería aceptarlo pero con tan pocos encuentros pero tan fuertes aprecios, cariños y mismos se estaba enamorando de ese norteamericano, sin duda era fantástico, no conocía nada de su historia pero a su parecer aquel hombre era único, especial romántico, guapo, perfecto, toda una fantasía, un sueño y más cuando comenzó a sentirse aprisionado por esos brazos del mayor, había algo en la rudeza del mayor que alteraba sus sentidos; se dejó hacer hasta que el mayor quedará rendido, luego solo se dedicaba a suspirar de alegría, miraba el rostro álgido de mayor luego su cuerpo robusto sin poder evitar pensar en todo lo que hicieron.

Cerró sus ojos para comenzar a soñar, particularmente un aroma dominada sus fosas nasales y un rostro se hacía presente en su imaginación.