Había descansado lo suficiente, una noche especial me esperaría y con el amor de mi vida… ¿Qué he dicho? Me lleve las manos al rostro sonriendo como tonta, Si, Bastian el amor de mi vida, lo era todo para mi, el hombre perfecto que todas desearían tener, que como todos tenemos nuestras diferencias sé que siempre lo hace por mi bien.
Me había tomado la ducha, eso si depilando todo mi cuerpo, sabiendo que él disfrutaría mucho mas que nadie, verme como Dios me trajo al mundo. Estaba como toda una boba, pero me emocionaba saber que en un momento también lo miraría a los ojos y le podría decir lo mucho que lo amo como siempre.
Empecé a prepararme para poder estar lista y llegar a la hora acordada entre él y yo.
Entré al armario mirando la ropa interior de la cual me llamó la atención una tanga negra de encaje, perfecta para la ocasión, sin dudarlo me la puse, sujetador no ya que no lo ameritaba. Me senté en la silla para empezar a preparar mi cabello, estaba trabajándolo.
Me levanté una vez terminado de preparar mi cabello y de maquillarme lo mas natural que podía, me puse en medio del vestido empezando a subirlo, sin duda alguna Bastian conocía mi talla y mi gusto, me quedó perfecto, pasé mi mano suavemente sintiendo la suavidad de la tela que rosaba mi piel. Me senté en la cama poniendo las zapatillas.
Ya estaba lista, me cepille por ultima vez mi cabello tomando la perilla de la puerta. Abrí.
(Escuchen- Ed sheeran, Photograph)
Toda la mansión estaba a oscuras, no veía absolutamente nada, cerré la puerta y unas luces en el piso empezaban hacerse presentes, el momento tan romántico, sonreí empezando a escuchar un violín debajo de las escaleras, bajé lentamente admirando con la luz tenue cada arreglo florar, la mansión estaba repleta de rosas blancas y rosadas, por todas partes habia uno en cada lado, llegué al último escalón empezando a seguir el camino de las luces, admirando cada detalle hasta en las paredes, fotos mias que nunca me dí cuenta que me las habían tomado. Conforme avanzaba avanzaba el espectáculo era mejor, habían pétalos de rosas en el piso y como pequeños brillos aparte de las luces, salí de la mansión encontrándome el jardín de la parte de atrás lleno de luces que hacían igual que el todo se vea perfecto. Pasé la piscina que estaba decorada con los pétalos de rosas dentro de ella, me incliné rozando el agua con mis dedos que estaba tibia el agua. Me levanté siguiendo las luces y el camino de pétalos ya que no sabía el lugar exacto donde vería a Bastian.
De lejos empecé a ver donde había mas violinistas y una mesa redonda con velas, desde donde estaba se podía ver que esto sería una cena super romántica, llegue hasta donde estaba todo.
Mordí mi labio inferior, el camino era de madera con pétalos y abajo del camino había como un tipo de piscina a la cual las luces azules debajo del agua hacían lucir mucho mejor, miraba a mi alrededor pero por ningún lado veía a Bastian. Di un paso hacia adelante, sintiendo como me tomaban de la mano entrelazando nuestros dedos, rápido me dí la media vuelta mirando ese rostro tan hermoso y encantador con una sonrisa angelical.
Bastian: ¿Me permite?
Asentí con la cabeza cuando él se puso enfrente de mi sacando de su bolsillo una cajita negra con un lazo dorado.
Levanté mi mirada, no entendía absolutamente que podría ser.
Lo abrió. Me quedé helada y completamente sorprendida mis manos hacia mi boca tratando de mantenerme firme sin poder decir nada. Era una sortija preciosa.
Bastian: No te puedo proponer matrimonio ya que aun no me han dado la anulación del matrimonio, pero si te puedo entregar esa sortija de promesa que me hará desear todo los dias de mi vida estar a tu lado hasta que la muerte nos separe.