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La noche cayó, Quackity se encontraba caminando por las oscuras calles de la noche, no sentía miedo, tenía todo lo posible para defenderse si algún alfa horrible se atrevía a morderlo o lastimarlo. Suspiro pesadamente sintiendo la frías gotas de agua caer por su piel, comenzaba a sentir frío.

– Son pinches mentiras, tenía razón vegetta, no existe ningún vampiro por acá, soy bien pendejo como para pensar eso – Dijo Quackity y suspiro pesadamente.

Los truenos y relámpagos aparecían, el omega se abrazo a si mismo tratando de darse calor pero era imposible. El frío calaba hasta los huesos, sentía sus orejas y su nariz congeladas.
Otro relámpago cayó iluminando casi toda la vecindad, las campanadas de la iglesia empezaron a escucharse, estar solo a las 11pm, oír las campanadas y los truenos comenzaba a ser aterrador.

– Su pinche madre, peligro peligro ese pinche relámpago me da. – Hablo el azabache, sentía su ropa pesada de tanta humedad.

Sintió como si alguien lo siguiera, aún faltaba mucho para llegar a su casa y ya comenzaba a preocuparse.
Se paro en un roble, uno grande en donde las leyendas habían nacido, supuestamente en este habían sacrificado brujos, vampiros y demonios. ¿Quien demonios quisiera vivir en un lugar así? Pues ese omega, bueno, había nacido en ese lugar, no era de mucho.
El sentimiento de ser perseguido siguió aún así, miró hacia atrás y no había nada, absolutamente nada, giro de vuelta hacia enfrente y un relámpago volvió a aparecer, una silueta de un hombre se apareció.

Un grito del omega salió de su boca, se había asustado al ver aquello. La sombra desapareció, quackity sentía su corazón salirse, debía huir rápido de ahí.

– Ya sabía yo que este pinche roble traía mala suerte, aquí hubieron un buen de ahorcados.

Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo cuando una mano fría tocó su mejilla, no quería girarse, sabía que encontraría algo aterrador.
Con mucho miedo se dio la vuelta pero quedó perplejo al ver de quien se trataba.

– ¿¡Luzu!?

— ¿Quacks?

La había cagado y muy feo.

– ¿¡Qué haces aquí!? ¡Y por que demonios me tocas así! Deberías estar en tu castillo, eres un príncipe.

Luzu no sabia que decir, sabía que si hablaba o contaba su secreto el se iría. No sabía que ese omega era quackity, el ya estaba a nada de acecharlo y beberle la sangre pero fallo, no bebería sangre de alguien como él.

— Salí a dar un paseo. — Aclaro su garganta. — No deberías hablarme en ese tono de voz, sabes que soy alguien superior a ti.

– Sí tienes razón pero si eres alguien tan superior ¿por qué estás acá en la lluvia? – Dijo reclamándole.

— Salí a dar un paseo, es aburrido estar solo en casa. — Observo al omega y pudo notar lo empapado que estaba, su gorro estaba escurriendo agua y su cabello ya estaba sumamente mojado, ni que decir sobre su ropa. — ¿Qué haces tú aquí?

– Se supone que no debería mantener conversaciones largas con mi superior, esto no esta bien. – Recalco el omega cruzándose de brazos. – Iba rumbo a mi casa pero la lluvia y la noche me cayo.

— Puedo llevarte a la mía, mis padres jamas están y si te ven podría decir que eres mi consejero nuevo, ¿que dices?

Quackity no podía creerse aquella propuesta ¿acompañar al príncipe a su casa? ¿Estaba bien eso?

– No lo sé... no es correcto aquello.

— Insisto en que lo hagas, no está bien que te quedes acá solo, hay cuanta persona ¡y mucho menos en este roble! Este roble me da tanta mala espina y miedo, anda vamonos y no espero un no como respuesta.

King of darkness - Luckity Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora