Familia poco usual (TeamVacioLegal) AU

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Todos peleaban entre si para sobrevivir, pedían a los dioses que bendijeran sus cultivos y que no les cayeran rayos de la nada, era la vida rural de donde venían todos, algo simple. Entre esa gente que se dedicaba solamente a la vida tranquila destacaban los guerreros, aquellos ermitaños que solo sabían pelear, eran muy pocos los habilidosos y como eran pocos eran difíciles de ver. 

Entre ellos se destacaban dos Shaudoune y Spreen, uno que parecía un ente negro con cuatro caras, la principal y las demás flotando a su alrededor como si fueran ojos que lo mantenían alerta, el otro era un oso, así de simple. 

Ambos peleaban, los habilidosos bendecidos por Dios eran competitivos siempre queriendo destacar, asi que cuando estos dos atletas se encontraban siempre se derramaba sangre, pero una vez en una de sus tantas peleas decidieron ir por la paz.

La gente rumoreaba que su "paz" fue una pelea a muerte y que ambos murieron en medio de los bosques, por que jamás los volvieron a ver, la gente chismosa se sentía un poco mas tranquila, Spreen siempre fue alguien de temer por esa forma tan brusca y ruda al hablar, Shadoune era amable pero era de esos que te apuñalan cuando menos lo esperas, o eso decían los rumores.

Lo que en realidad paso es que ambos elegidos por Dios se unieron, tiraron sus espadas y se tomaron de las manos para irse, no sabían explicar pero un sentimiento tan cálido como el amor floreció en ellos, no en el instante, quizá comenzó como admiración y después escalo a lo que era el amor mutuo. 

Lejos de la gente arriba de una colina donde los rodeaba la nieve se escondieron, querían experimentar quizá esa vida que no tenían por estar buscando ser los mejores, hicieron una casa, hicieron cosechas y una granja pero faltaba algo, en el silencio de esa casa nueva ambos se miraron.

-Sabes que no va a funcionar ¿No?.- Spreen miraba la oveja que su pareja trajo, le puso un lindo listón rosado y acaricio su cabeza.-

-Somos hombres.- 

-Y por eso no podemos tener eso que tienen los demás aldeanos.- Suspiro el oso antes de irse a la puerta.- Iré por leña, el invierno se acerca.-

-¿Quieres que te acompañe?.-

-Nah, no me pasa nada.- Se encogió de hombros y tomando su espada de hierro, decidio salir. Quiera despejar su mente ¿Adoptar una oveja como mascota? Era tonto, quiza un gato... pero eso no reemplazaría lo que buscan.

Talando un pino se encontró con huellas que se alejaban, era imposible que alguien los haya encontrado, apretando el mango de su espada se fue acercando hasta donde las pisadas eran mas erráticas. 

-Quien....-Miro debajo de un gran roble, en un hoyo dos pequeños cuerpos, un niño con alas amarillas cubriéndose junto a otro pequeño con una mascara de calavera.