Un par de días después Nick se encuentra desempacando las últimas cajas. La tardanza se debió a muchas cosas: ni su madre, Tara ni Darcy llegaron a ayudarlo, su trabajo le estaba consumiendo el poco tiempo que le dejaba la universidad y cada vez que veía una caja por abrir se deprimía. Entonces solo tenía vacía la caja de ropa de invierno, la de utensilios de cocina y la de las cosas de Nellie.
Era muy afortunado de haber encontrado un lugar donde aceptaban perros, buscó durante mucho tiempo con determinación, ninguna duda en su mente de que Nellie viviría con él. En retrospectiva podía ver que quizás la mejor idea hubiera sido dejarla en casa con un patio enorme en la compañía de su madre pero le partía el corazón pensar en abandonarla. Por eso buscó un departamento grande en donde estuviera permitido tenerla, cerca de un parque. Era caro, sí, pero por primera vez le sirvió tener un padre abandónico con mucha culpa, un trabajo decente y la madre más generosa de la historia. Nellie parecía estar cómoda y contenta, el parque le gustaba al menos.
Está guardando el último pantalón de su caja de invierno cuando oye conmoción en la cocina. No sería extraño si Nellie no estuviese dormida sobre su cama.
Nick guarda el pantalón como puede, su madre no va a verlo de cualquier forma, y se dirige hacia donde proviene el ruido, una caja al lado del balcón que empezó a abrir pero dejó a la mitad. Está apenas cerrada, moviéndose ligeramente, la etiqueta lee "nellie" pero es una caja pequeña por lo que Nick sabe que es donde guardó los juguetes de su perra.
Extrañado por el movimiento, secretamente asustado de que se haya metido una araña o un pájaro se arrodilla junto a la caja y la abre, revelando a un gatito gris mordiendo un viejo peluche de pingüino.
La cara de Nick automáticamente cambia al reconocerlo. Siempre ha preferido a los perros, quizás porque es lo único que conoce, pero no puede negar la ternura que el gato de su vecino le provoca. El pelaje tan suave, sus pequeñas patitas y sus enormes ojos. No había manera de resistirse, acercó su mano al gato lentamente para no ahuyentarlo, cuando éste vio que no había peligro soltó el peluche de Nellie y se enfocó en la mano de Nick. Lo olfateó ligeramente antes de decidir envolver sus patas entre sus dedos y mordisquear uno de ellos, claro que con sus dientecitos apenas si le hacía cosquillas.
—¿Otra vez te pasaste a mi balcón?— El gato lo mira y maulla, como si le estuviera respondiendo. Nick solo puede sonreír ante tal acción, le recuerda a cuando Nellie lo hace, como si estuvieran manteniendo una conversación.
Ante el sonido Nick puede oír las patas de su perra en el suelo llegando a su lado, solo para alterarse cuando ve al gatito en la caja. Nick le acaricia la cabeza con la mano libre.
—Está bien, Nel. No te va a robar al Señor Pingüino.
Pero Nellie está más enfocada en olfatear al gato y lamerle la mitad de la cabeza cuando ve que no es un peligro. Patroclo maulla otra vez y mira a Nick, no sabe si es una señal para pedir ayuda o si está sobre analizando a los animales.
—Nellie, creo que a Charlie no le va a gustar recibir a su gato cubierto de saliva.—Pero no la detiene, ella lo ignora.—Como quieras, vas a tener que darle tus explicaciones.
Nick toma al gato entre sus brazos con intenciones de devolverlo, planteándose si debería colgarse en los hombros la bandera que tiene en una caja solo para dejarle cosas en claro a su vecino. Desiste.
Guarda la llave en su bolsillo y toma la correa de Nellie.—Vamos, chica. Devolvemos al gato y damos un paseo.
Nellie se pone como loca al oír la palabra con p, por lo que sigue a Nick en un segundo. Ambos salen del departamento y se dirigen al de al lado.
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Patroclo Spring se escapó de casa // Heartstopper
FanfictionEn donde el gato de Charlie se escapa al balcón de su vecino y éste va a devolvérselo.