Capítulo 03. Harta estoy.

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Lunes, a las 8:00am me levantaba y comenzaba mi rutina, ir al baño, lavarme la cara, comer un poco de fruta, lavarme los dientes, vestirme (acción que era una odisea todos los días) este día estaba decidida llevaría un vestido azul de lunares blancos, tenía un escote no tan pronunciado pero mi físico lo hacía ver más pronunciado de lo normal, labial rojo, tenis blancos, tomé mi mochila y salí de casa en búsqueda de café.

A unas cuantas cuadras de la oficina había un café llamado "Velvet" decidí llegar, al entrar al lugar sonaba una melodía muy alegre pero tranquila a la vez, la chica detrás del mostrador preguntó mi pedido y sin pensarlo pedí mi café favorito, un americano cargado con un sobrecito de Splenda, algo fuerte pero un leve toque de dulzura.

Mientras esperaba mi café tomé asiento en una esquina, veía mi teléfono celular en espera de algún mensaje interesante o al menos algún correo del trabajo, pero no... no había ni una cosa ni otra, bloqueé mi teléfono y me puse a observar el suelo del lugar tenía baldosas negras y blancas, éstas seguían un patrón o eso debería haber sido, hasta que escuche una notificación.

- Algunas baldosas no siguen el patrón, me da mucha ansiedad ver que no siguen un orden, ¿a ti no te pasa?

- Sí, sí me pasa, que estrés. Respondí mientras levantaba la cabeza para encontrarme con el sujeto que me había dicho eso.

- Aaah, eres tú, jajaja buenos días Eris.

- Buenos días Aurora.

- Chica, ya está tu café, son $25. Nos interrumpe abruptamente la señorita de la cafetería.

- Gracias, aquí está...

- No te preocupes Aurora, yo te invito, Kenvri yo lo pago.

- No, no como crees, Eris, no así estoy bien, en serio.

De repente tomó mi mano, viéndome fijamente a los ojos me dijo:

- Entiende Aurora, yo te quiero invitar el café.

- Ok Eris, está bien, muchas gracias.

Empecé a sentir como la cara se me ponía hirviendo, no sabía si se me notaba, pero sentir la calidez de su piel sobre la mía, sus ojos fijos en los míos me transportaban a otro mundo, un mundo de color dorado.

- Perfecto Eris, entonces, ¿te lo cobro a ti?

- Si por fa.

- ¿Vas a llevar lo mismo de siempre?

- Sí, un té de manzana – canela, con una cucharada de azúcar mascabada.

- Perfecto.

Mientras ellos tenían esa charla Eris, no soltaba mi mano, sentía su calidez, pero también el sudor que brotaba de él, era un poco incomodo así que quite mi mano de la suya.

- ¿Ya te vas a ir a la oficina? Me preguntó con la mirada un poco distraída-

- No, te espero para irnos juntos, es lo menos que puedo hacer por haberme invitado mi café.

- Está bien – Miró su reloj – Igual, faltan 15 minutos para el horario de entrada.

- Si, así que puedo esperar tranquilamente, gracias por invitarme el café.

- No agradezcas, lo hago porque me nace – Dijo, esbozando esa maldita sonrisa de lado que tanto me encantaba, sus ojos se hicieron pequeñas ventanas con arrugas, pero no dejaba de salir brillo de ellos.

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⏰ Última actualización: Feb 03, 2023 ⏰

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