sólo después de ganar

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emiliano estaba sonriendo desde la noche anterior.
cuando logró dormirse, estaba sonriendo. cuando despertó, mantenía la misma sonrisa.

y el único causante era lionel y sus auriculares.

además de que no podía dejar de tarear peperina, al punto de pegarsela a otamendi esa misma mañana, tampoco podía dejar de pensar en aquellos cortos pero cautivantes besos.

¿significaba que tenía el permiso de lionel para mirarlo con esos ojos? de solo pensarlo, su piel se erizaba y más ganas de sonreír tenía.

──¿podés dejar de sonreír así? me estás dando miedo. ──nicolás le habló, mientras salía del baño.

era temprano por la mañana y se estaban preparando para desayunar e ir al entrenamiento.

martínez volvió a una expresión neutral al haber sido descubierto. se aclaró la garganta y se levantó para dirigirse al baño. tenía que ducharse.

después de salir, temía por lo que podía encontrarse al otro lado de la puerta. si bien estaba contento con los últimos sucesos, no tenía la seguridad de que lionel se sientiera igual. aunque, si lo pensaba bien, había sido el contrario el que comenzó aquel encuentro. pero yo se lo pedí, meditaba emiliano.

sin darle muchas más vueltas, salió encaminado hacia las escaleras. le sorprendió haber sido el último, los pasillos estaban vacios.

bajó y no tardó en escuchar el ruido proviniente del comedor. tan temprano y ya estaban jodiendo.

apenas divisó la cantidad de gente que había, pudo ubicar a messi rápidamente. tal vez fue su intensa mirada, o su figura llamativamente alta lo que hizo que lionel lograra sentirlo. giró su cabeza y sus miradas se encontraron. estaban lejos, pero aún así el ser conscientes de la presencia del otro los hizo apartar la vista al instante.

lionel estaba sentado en una punta de la mesa con kun, papu, rodri y lea. charlaban animadamente. no obstante, al echarle un segundo vistazo, emiliano notó que el delantero parecía estar en otro mundo. demasiado distraído.

──flaco sentate ──lisandro le habló desde abajo, llamando su atención. dibu asintió rápidamente y se sentó a su lado. esperaba que no hubieran notado que le estaba clavando la mirada al diez.

durante toda la primera mitad del año, dibu había entablado muy buena relación con cuti, licha y ota, o como le decían cariñosamente ahora: "osito". era habitual que se sentara con ellos y pasara más tiempo con ellos. sin embargo, ahora mismo estaba deseando no tener esa extraña relación con messi, porque le invadían las ganas de acercarse a él y hablarle como si fueran buenos amigos.

──che estás re volado vos ──otamendi le habló, chasqueando los dedos en su cara. ──recién que no parabas de sonreír y ahora parece que te querés matar.

──¿eh? no, no. es que tengo hambre. ──los tres chicos lo miraron extrañados. no le creían nada.

──'tas raro, eh. ──el cuti comentó. ──¿seguro que todo bien? ──ahora se escuchaba más serio y preocupado. emiliano sonrió tímidamente, era una faceta de cristian que no acostumbraba a ver.

──nah, posta. gracias por preocuparse pero estoy joya ──aseguró con un pulgar arriba. lisandro le dio unas palmaditas en la espalda, como animándolo.

dibu se sentía contenido. no pudo evitar comparar los últimos cinco meses en la selección con los últimos cinco años vividos en reino unido.
cómo en aquellos años se sintió tan... fuera de lugar. y acá, en tan solo unos meses, sentía que el plantel era como su segunda familia. sonrió bobamente ante el pensamiento.

𝗘𝗧𝗘𝗥𝗡𝗔 𝗝𝗨𝗩𝗘𝗡𝗧𝗨𝗗 messi, dibuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora