Era Odín.
— Espero que no esté interrumpiendo nada importante. —dijo Odín con una sonrisa apenada.
— No, para nada —dije cambiando mi expresión y fingiendo mi mejor sonrisa.
— Sólo quería disculparme por el... —hizo una pausa rápida escogiendo cuidadosamente sus palabras.— Comportamiento de Heimdall. Ha sido intolerable y muy irrespetuoso por su parte. Vengo de "charlar" con él. No volverá a ocurrir. Te doy mi palabra.
— No hacía falta. Le conozco lo suficiente como para saber que era algo de esperar.
— Y eso es lo que tenemos que cambiar. —dijo esta vez con un tono más serio.— Pero, basta de Heimdall ¿Tu estás bien Sigyn?
No. Estaba echa polvo. Sólo quería volver atrás en el tiempo y no haber mencionado esa estúpida carta ¿Será muy tarde para volver a casa?
— Sí, no te preocupes. Sólo estoy un poco cansada.
Odín me miró detenidamente durante unos segundos antes de continuar.
—En ese caso, ¿Que tal si os cuento una historia? Será como en los viejos tiempos, ¿Os acordáis? —preguntó acercandose a nosotras con una sonrisa.
Thrúd y yo, esta vez un poco más alegres, preparamos rápidamente la cama abajo de la de Thrúd, la que sería mi nueva cama, y nos sentamos para escuchar la historia de Odín. Éste, se sentó al borde de una de las camas y comenzó.
— "Había una vez, un jóven ciervo que vivía en un bosque. Un bosque, con altos árboles, abundante comida y una gran fauna. Allí, todo era colorido; las flores, los arbustos... incluso sus criaturas. Al caer la noche, el bosque era hasta aún más asombroso. La luna, iluminaba el bosque con su tenue luz; el viento, componía melodías al pasar entre los árboles, y la tranquilidad reinaba en el bosque.
Hasta que un día, el jóven ciervo se encontró con un leñador. Era alto y fuerte, pero aún así, parecía inofensivo. Al darse cuenta de la presencia del ciervo, el leñador sacó de una bolsa un par de manzanas rojas y las tiró al suelo invitando al ciervo a comer. Hambriento, el ciervo decidió acercarse a probar una de aquellas manzanas. Eran deliciosas, las mejores que el ciervo había provado. Todo parecía ir bien hasta que, de pronto, el leñador sacó una red de su bolsillo e intentó atrapar al ciervo. Con suerte, este fue mucho más rápido que el leñador y pudo escapar sin problemas.
Lo normal ante esta situación sería no volver a acercarse al leñador y evitar cualquier tipo de interacción con él, pero aquél jóven ciervo quedó tan cautivado por aquéllas manzanas rojas que, al día siguiente, se dirigió nuevamente a aquella antigua cabañ-
—Un momento. Eso es completamente absurdo. —interrumpió Thrúd.
— Así es, pero te sorprenderías con la cantidad de personas que se encuentran en esta situación. —respondió Odín antes de continuar no sin dedicarme una rápida mirada
¿Que ha sido eso? Miré a Thrúd en busca de respuestas pero estaba igual de confundida que yo.
— "Para aquél ciervo, con tal de poder experimentar el placer que sintió al probar esas manzanas, estaba dispuesto a correr cualquier riesgo.
El leñador, viendo que el ciervo había vuelto a través de una ventana, corrió hacia la despensa a por más de aquellas manzanas rojas. El joven ciervo pensó; «Esta vez será diferente. Soy mucho más rápido que él y le he visto varias veces en el bosque. No parece ser alguien que quisiera hacerme daño. Quizás, sólo quería protegerme o le he malinterpretado. Si no, ¿Por qué me daría de aquellas manzanas rojas tan ricas? »
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[𝐁𝐑𝐔𝐉𝐔𝐋𝐀] || 𝙰𝚝𝚛𝚎𝚞𝚜 𝚢 𝚝𝚞́ ||
Romance-"𝑷𝒆𝒓𝒅𝒐́𝒏, 𝒔𝒐𝒚 𝒖𝒏 𝒅𝒆𝒔𝒂𝒔𝒕𝒓𝒆" -"𝑨𝒍𝒈𝒖𝒏𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒔𝒂𝒔𝒕𝒓𝒆𝒔 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆𝒏 𝒃𝒐𝒏𝒊𝒕𝒂 𝒔𝒐𝒏𝒓𝒊𝒔𝒂" ꧁༄❦︎༄꧂ __ ᴍᴀ́s ᴄᴏɴᴏᴄɪᴅᴀ ᴄᴏᴍᴏ sɪɢʏɴ, ᴇs ᴜɴᴀ ᴀᴅᴏʟᴇsᴄᴇɴᴛᴇ ᴀsɢᴀʀᴅɪᴀɴᴀ ǫᴜᴇ, ᴀ ᴘᴇsᴀʀ ᴅᴇʟ ᴀᴍʙɪᴇɴᴛ...