Un par de tontos Enamorados

Amigos

El reloj marcaba las ocho de la noche, Toge leía su libro de matemáticas, mientras un vampiro muy aburrido llamado Yuta, flotaba por la habitación mirándolo terminar su tarea.
—¿Por qué lees un libro con tantos números? —dijo Yuta.
—Se llama matemáticas —explico Toge.
—¿Para que debes aprender esas matemáticas?
—Es más que nada para que no se te muera el cerebro y no te estafen con los vueltos o el salario a futuro.

—¿Por qué debes estudiar matemáticas en casa? ¿No esta para eso tu escuela?
—Se llama tarea, es una forma muy buena para estresar y hacer llorar a jóvenes y niños.
—En mis tiempos a eso se le llamaba tortura.
—Jaja en los tiempos modernos les dicen tareas o estudio complementario.
—Con razón terminan todos traumados —dijo Yuta, por fin saliendo de una de sus dudas existenciales—¿Te vas a tardar mucho?
—No, ya estoy terminando.

Pasado cinco minutos Toge termino su trabajo de matemáticas y se centro en su querido amigo Yuta, que ya estaba pegado al techo como un murciélago.
—Baja de allí, ya termine.
—Al fin. Pensé que no tendrías tiempo para tu mejor amigo.
—No seas dramático.
—Tengo que contarte algo personal ¿Se puede?
—Por supuesto somos amigos, dime.
—Tengo una persona especial, estoy enamorado.
Pobre Toge Inumaki, casi le da un infarto, no podía creerlo, el hombre que más quería estaba enamorado de otra persona, suerte la suya, pensó.
—y...¿Cómo es? —pregunto, torturándose. Como si no hubiese sido suficiente la trizadura en su corazón y quisiera acabar por romperlo.
—Bueno...es amable, dulce, algo travieso y ayuda a sus amigos cuando estos lo necesitan—dijo Yuta, poniéndose cada vez más nervioso.
—Esa persona debe ser genial, debes amarla mucho para hablar tan bien, como si no tuviera defectos.
—Mmm...
—¿La conozco? ¿Es Rika? Tu amiga vampira ¿No es así?
—¿Qué?
—No se me imagina nadie más.
—Las matemáticas te fundieron los sesos en vez de ayudarte.
—No te enojes conmigo, no es mi culpa ser malo adivinando. Ya se. Es Maki.
—NO.
—¿Quién? ¿Panda?
— ¡NO! ES...es...un...un chico.
—Si es por eso no hay drama, estamos en el siglo veintiuno nadie dirá nada.
—Toge...¿Lo haces a propósito?
—¿El que?
—Toge ¿Te gustan los vampiros?
—Por supuesto, te tengo a ti, eres mi mejor amigo.
El despistado de Inumaki no sabia que se estaba mandando solito a la friendzone y peor aún, no se daba cuenta de los nervios de Yuta y que realmente lo que quería era confesarse.
—¿Serias capaz de amar a un vampiro? —pregunto Yuta.
—No tengo problemas con ello ¿Por?
—Curiosidad.
—Bueno voy a dormir, mañana tengo clases.
Yuta y Toge vivían en el mismo departamento, habían comprado un camarote y lo habían adecuado para dormir ambos cómodamente. El cual la cama de arriba era normal (para Inumaki) y la de abajo era un ataúd.
—Iré a cazar con Rika. Nos vemos.
—Claro cuídate Yuta.
Tan bonito que sonaba su nombre con la voz de Inumaki pensaba Yuta. Pero nada podía ser perfecto. Toge era un dechado de virtudes, pero era tan denso como la sangre coagulada.
Por el otro lado Toge sufría de celos por Rika. Estaba seguro que eso de que le gustaban los hombres era para despistar.

Ambos eran unos completos bobos.