Quériendote. (11,249)

214 14 7
                                    

¿Quién diría que el pasto fuese tan suave al ser aplastado tanto tiempo? ¿Quién diría que despertar con los cantos de los pájaros seria como una caricia de una madre despertando a su hijo? Es una dicha hacerlo, es una dicha de la vida despertar a su lado, verlo dormir, ver como respiraba tan lentamente, ver como la paz se pincelaba en su rostro, ver como el viento acariciaba su cabello, ver su boquita entreabierta, ver sus pestañas titiritar, su mano derecha deslizándose sobre la mía que felizmente agarro la suya, y movía su cabeza, como queriendo acercarse, y yo con gusto lo hacía, movía más hasta chocar nuestras narices, y sin darme cuenta él ya me estaba mostrando su fila de diente, sonriente despertó a mi lado, sus ojos azules brillosos al despertar, su boca que humedecía con esa lengüita suave que se veía, cerraba sus ojos de vez en cuando y luego los abría, como no hacerlo con este sol que golpeaba suavemente pero iluminaba cada parte del lugar, incluso llegue a creer que Draco brillaba, pero solo es su esencia, el sí en brilla.

-Hola…

-Hola…

Su voz rasposa gruesa lleno de alegría mi corazón y sin evitarlo sonreía como bufón, solo para el que de verdad estaba feliz.

-Tu mano es suave.

Dije con rasposa voz de no haber hidratado lo suficiente.

-Lo sé.

Su sonrisa de lado como invitándome a robarle un beso me dejaba sin aire.

-Engreído.

-Aun así te gusto. Lo sé, en tu poema lo decía.

Cuan feliz me hace al oír que se dio el tiempo de leer un poema tan básico como el mío.

-La leíste.

-Sí, una y otra vez, como la otra, me escribes bonitos.

-Solo para ti.

Su risita fue tan tierna, tan pura, tan irreal que creí que tenía a un elfo de los ‘’El señor de los anillos’’ frente de mí y ninfas y hadas saldrían revoleteando solo al oír su canto.

-Gracias.

-¿Por?

Pregunte tras procesar lo que dijo, no entendí.

-Por quererme.

-No agradezcas, no hagas eso, todos te aman por lo que eres.

-Pero nadie me mira como tú.

-¿Y cómo te miro?

-Con delicadeza, como si me fuera a romper.

-Es que pareces una flor.

No pude evitar la confesión que es real para mí, lo veo tan delicado, tan puro, tan sano que temo romperlo con mi torpeza y mi aceleramiento.

-¿Flor? ¿Qué tipo de flor seria?

Me pregunto cómo niño pequeño que le pregunta a su abuelo de que sabor es tal dulce.

-Una margarita, son puras, transmiten tranquilidad, amor, paz, tú me transmite eso y más.

-¿Una margarita?

Si, una margarita por lo chiquitas que se ven pero son tan hermosas que dan cosa cortarlas.

-Sí.

-¿Tengo olor a margarita?

-A muchas flores.

-¿A si?

-Si…

-¿Has comido una flor?

-No…

Mi amor hacía tí ; DraronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora