El campamento 2/2 (9,687)

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Ya era de dia. La luz del sol atravesaba la carpa y nos acobijaba del calor de la madrugada. Me di la vuelta algo adolorido ya que de igual forma podía sentir el suelo duro, y ahí estaba. Sonreí y de inmediato mi corazón se cargó de alegría, subía y subía la alegría, la emoción de amanecer junto a él. Tenía la boca entreabierta, su cabello desordenado y en su frente, tenía su mano derecha en su brazo izquierdo, y su mano izquierda estaba en ese espacio donde nos dividía, quise tocar su mano pero temí despertarlo, asustarlo y que me rechazara, así que escondí mis manos mientras seguía mirándolo sonriente. Se veía tan hermoso, y yo, pues tenía baba en todo el suelo, y creo que tenía algo de sangre en mi boca, y un muy mal aliento, no quería que me viera así, entonces me levante con cuidado y vi que eran las seis de la mañana en el reloj que deje en un tronco, y que cuya alarma sonara suficientemente fuerte a las siete en punto para todos. Era un buen amanecer. Los pájaros cantaban, los rayos del sol cálido estaban, me gustaba estar, es tan tranquilo.

-¡AAAHHHH!

O así lo era. El grito de Parkinson despertó a todos, incluso a mi bello durmiente, se vio tan lindo desordenado y con su pijama negra, se vio hermoso.

-¡AAAAHHH!

Pero Parkinson no me dejaba contemplarlo. Todos fueron a verla y ella estaba corriendo hacia abajo donde estábamos notros con sus manos aleteando y cerrando los ojos, no creo que haya visto hacia donde iba porque la muy bruta choco conmigo.

-¡¿Parkinson estas bien?!

¿Y yo que o qué? Mi amado ni me miro, solo recogía a esa loca.

-¡¿Qué te pasa?! ¡Ya cállate, deja de gritar, pareces loca!

Le grite mientras Draco la sostenía de los hombros, y Parvati le decía que abriera los ojos, y yo me limpiaba la tierra que tenía en toda mi ropa, los únicos que se reían eran los otros amigos de Draco Vincent Crable y Greogry Goyle, era chistoso, sí, pero no estaba de humor porque quería que Draco me viera a mí, a mí me empujaron no a ella.

-Cálmense todos. Parkinson, abre los ojos, vamos, abre los ojos, todo está bien. Eso.

El profesor Lupin tiene esa voz de miel que puede persuadir a cualquier ser humano, incluso hasta a un asesino si fuera el caso. Parkinson abrió los ojos verdes enormes y se pegó a Draco que le acariciaba su cabeza de hongo negro.

-¿Qué paso? ¿Por qué gritabas?

Todos hicimos las mismas preguntas que el profesor Snape y la miramos como ella tomaba aire para relatar lo que le paso.

-Estaba... quería hacer mis necesidades... y pues.... Tome el balde y... ay... cuando termine, me di cuenta que me faltaba mi reloj, y... fue horrible... no estaba y... comencé a buscarlo y.... lo encontré... ay fue asqueroso profesor, era asqueroso, creo que ni animal era. Era una cosa negra, cola pequeña, tenía boca de pato, pelaje negro, y ojos negros separados, patas de con uñas afiladas, fue tan rápido, no pude ni atraparlo. Pero eso no fue lo raro, lo raro fue que...

-¿Qué fue lo raro?

Lavender como muchos se le habían acercado como las vecinas chismosas que se sientan afuera a mirar todo.

-Que... metió mi reloj... en su pansa.

-¡Ay ¿es enserio?!

-¡Weasley!

-¿Qué profesor Lupin? Es falso. Seguramente tenías mucho sueño y lo que se llevó tu collar...

-Reloj...

-Como sea, habrá sido una rata, eso paso, no seas tan dramática.

-Se mas empático, Weasley.

El Weasley de la voz de mí amado salió más enfático, dejándome en claro que al parecer no quería llamarme por mi nombre, ¿será por esto? Sería una estupidez.

Mi amor hacía tí ; DraronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora