Never be the same VOL.2

¿Orden?

Olía a azahar, aquella hermosa flor caía hasta acariciar mi rostro, era calma y tranquilidad, y de pronto, una melodía de piano dulce sonaba alrededor, abrí los ojos, estaba en un prado lleno de margaritas, limoneros y naranjos, tumbada en el suelo, sobre la hierba verde, bien regada con el rocío de la mañana, aquella melodía se me hacía conocida, miré por todos los lados para saber de donde provenía, y no veía nada, ni una casa, decidí levantarme del suelo e investigar que estaba sucediendo, avancé por un pequeño camino que conducían los limoneros, cuanto más avanzaba la música se hacía más notoria y fue en ese momento que vi hago resplandeciente, era alguien, iba completamente vestido de negro y lo que más me sorprendía era su máscara dorada que brillaba con gran fulgor, seguí avanzando sin miedo alguno y la música sonaba cada vez más fuerte, la melodía cambió, ya no era relajante, era una melodía pesada en la que se aporreaban con fuerza las teclas y cuando creí que solo había cambiado la melodía también estaba cambiando el clima, todo el cielo se volvió gris por completo, había demasiado viento que creí que iba a volar, y una temperatura tan fría que creí que me iba a helar.

Derrepente todo desapareció y abrí mis ojos nuevamente, estaba tumbada en la cama de aquella cabaña rústica, sin embargo, no todo había desaparecido se seguía escuchando esa melodía pesada del piano, el corazón me iba a mil, era un sueño muy raro y tenía la duda de quién era ese señor con máscara. Me levanté lo más rápido posible para ver de dónde provenía esa dichosa melodía, salí de mi habitación y vi la puerta de la habitación de Ilán medio abierta, miré de reojo por el pequeño espacio y vi a Ilán tocando el piano, ensimismado en su burbuja, expresando lo que sentía aporreando las teclas.

—Sé que estás ahí—Soltó

Me sorprendí, ni siquiera había hecho ruido.

—Sal—ordenó— si necesitas algo dime

Abrí la puerta y entre sin remordimientos, Ilán se veía espléndido sentado en el piano mientras la luz de la mañana golpeaba su rostro, entonces se giró y me contempló, esperaba a que dijese algo

—No crees que es muy pronto para tocar el piano, en esa intensidad. —me quejé mientras llevaba mi mano a la cabeza

Ilán me miro expectante y encarnó una ceja

—Pues no se que término tiene "Pronto" en dónde quieras que has salido tu—inquirió en tanto levantaba ambas cejas

—¿Por qué dices eso?—lo miré tan confundida que mi cara era para plasmarla

Derrepente me tira un reloj de mano, este reloj apuntaba las dos de la tarde, lo contemplé tan avergonzada que me sonrojé.

—Perdón, mi despertador no había sonado— acaricié la parte trasera de la cabeza

—Ya, ya veo— Miró de arriba a abajo y luego desvió la mirada.

—Entonces...—hice una pausa— gracias por levantarme — me acerqué hasta el piano y dejé su reloj encima de el.

–Vio mi mano de reojo y me agarró de la muñeca y me sentó al lado de él en el piano— Azahara... no he podido dormir —Tragó grueso— hay algo en ti que me llama

–Si, ayer dijiste que te sonaba familiar, fue muy raro y además tuviste un comportamiento extraño –lo miré a los ojos con duda

–Pues lo cierto es que te siento muy cercana a mí, pero no logro comprenderlo, así sucedió desde el día que te vi, pero nunca he visto tu rostro en Mainstring y eso que en este pueblo se conocen todos

–Seguramente solo es una extraña sensación de este pueblo– traté de evitar preocuparme

–No lo entiendes... Hablas como si vivieras aquí años pero no sabes nada, en Mainstring todo lo nuevo te debe de resultar a primera vista desconocido y un misterio, pero tú... me resultas conocida, como si hubiese vivido contigo toda mi vida

–Pero no es cierto –le llevé la contraria– sigo siendo una desconocida para ti, no conoces nada sobre mí, ni siquiera yo misma sé algo sobre mi, por lo que sigo siendo un misterio

–Ilán asintió con la cabeza– no sé si podría decir lo mismo, te conozco más que tu propia conciencia –rió con nerviosismo

–¿Qué dices? —Lo miré confundida

—Que a lo mejor todo esto te controla. Me recuerdas a un pequeño cristal, frágil y expuesto.
Eres muy fácil de dejarte de guiar

–No te entiendo

–Señaló mi cabeza– Todo está aquí, solo que aún no lo sabes, pareces desconocerlo, pero aún sigue ahí, hay algo en ti que me dice que quieres vivir otra vida, quieres ser una nota aguda y grave a la vez, pero todo tiene su equilibrio, tan solo encuentra el orden.

–Eres raro –Bufé tratando de descifrar sus palabras

–¿No paras de repetirlo, eh? A lo mejor ese es tu problema que estás atascada en un bucle –Desvió la mirada– tu desayuno está en la cocina, seguramente ya esté frío, caliéntalo en el microondas si quieres –Suspiró– Ah, sí y una cosa más, si Ossian te molesta ignóralo

–¿Por qué? –cuestioné extrañada

–No me cuestiones, no me gusta, solo haz lo que te pido, que yo al menos sé de lo que hablo

–Puse los ojos en blanco– Oh, si...