Vos y yo contra el mundo

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—La misión falló. —le avisa a su superior, llena de vergüenza y amargura, acompañado de un poco de rabia. ¿Desde cuando la gran espía y asesina falla en una misión?

Hay que aclarar que no fue una mision fácil. Tratar de capturar a un científico loco que se robó un arma química en proceso de construcción y que además es peligrosa, no es nada fácil que digamos. Especialmente cuando éste está rodeado de miles de custodios que lo protegen.

Sí, es difícil, pero no imposible para una gran espía.

Una mujer con pelo corto y ojos claros está parada en frente de ella, moviendo su pie con impaciencia y con los brazos cruzados. Quiere el reporte de la misión fallida. Y si hay de algo que la agente no quiere hablar, es del fracaso de su misión; una de las pocas en todo su historial.

Natasha se obliga a hablar. Le cuenta todo con lujo de detalle, como siempre lo hace. Y remarca su gran error, se reprende a ella misma por la estupidez que había cometido, y no pudo evitar sentir vergüenza por eso.

Maria Hill está ahí, parada a unos escasos metros de la camilla, escuchándola sin decir una palabra e incluso cuando la gran agente termina de hablar, no emite palabra alguna. Solo se queda en silencio pensando: ¿cómo pudo Natasha fallar en eso?

Sabe Natasha que esa pregunta ronda en la cabeza de Hill con tan solo verla a la cara. Agradece que esa persona no es Nick Fury, porque sino va a tener que hablar de eso, sí o sí.

—Se lo voy hacer saber a Fury. —Le dice esa mujer después de segundos eternos y desaparece por la puerta.

Y de repente una oleada de dolor cubre el cuerpo de la espía. Sufrió, desafortunademanete, heridas durante la batalla. Una bala se incrustó en su hombro y un cuchillo se encargó de dejarle una cicatriz horrenda en su pierna. La herida de bala le duele y mucho, pero se recuerda: «Podria haber sido peor, Natasha.»

El doctor que la está curando ejerce presión sobre el hombro, y ella apreta los dientes con fuerza para reprimir un grito de dolor.

«Podria haber sido peor, podría haber sido peor, podría haber sido peor.» Se repite una y otra vez a medida que el dolor aumentaba. Eso la ayuda a concentrarse en otra cosa. Cuando completa sus misiones, esa pequeña frase la alienta un poco, le recuerda que hizo un gran trabajo y que justamente, podría haber muerto en aquella misión. Eso también le recuerda que era una excelente agente, la mejor en todo S.H.I.E.L.D.

Pero esta vez no fue así. Falló, y la oleada de dolor ahora se convierte en una de vergüenza.

—Descanso por una semana —le avisa el médico, después de curarle todas sus heridas y de vendarla—. Hay una cama libre, es mejor que se quedé acá para controlar su mejoría.

—Eso no es necesario —le dice ella—. Ya me siento mejor.

—Sí quiere mejorarse rápido y seguir siendo una agente eficaz, va a ser mejor que se quede haciendo reposo, acá. —el doctor ahora trata de sacar su tono autoritario, pero teniendo a la gran agente y asesina en frente, le es un poco dificil.

—No puedo quedarme acá por tanto tiempo. —y se levanta de la camilla, sin hacer evidente todo lo que le duele el cuerpo. Natasha puede ser cualquier cosa, y una de ellas es que es orgullosa. No le gusta demostrar debilidad—Me necesitan para otra misión.

—Eso no es verdad. —dice el hombre vestido completamente de negro mientras entra a la habitación—Necesito que descanses. Necesito que te recuperes para la próxima semana.

El tono autoritario de ese hombre es más fuerte que cualquier sentimiento o necesidad de Natasha, así que vuelve a sentarse en la camilla.

—Estoy bien. —le reprocha al hombre, sin mirarlo a la cara. Está dolorida, frustrada, cansada y llena de vergüenza, no quiere lidiar con nada, ni nadie más.

Vos y yo contra el mundo - ClintashaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora