໒✦❫⋮ Inoportuno

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En todos sus años trabajando en la empresa, Yoongi nunca había dudado tanto en si ir hasta allá. Amaba su trabajo, siempre ha sido algo que le enorgullece decir; trabajar en WDW era un sueño para muchos, y una realidad para él. Sin embargo, no estaba tan seguro con ir.

Los últimos acontecimientos en su vida lo ponían de cabeza, y estar divagando en sus pensamientos intentando entender el comportamiento de terceros era su nuevo pasatiempo. No lo entendía, y le aterraba el llegar a hacerlo.

Se giró sobre su cama, mirando por la ventana. Su departamento estaba silencioso y cálido, ¿por qué salir de la comodidad? Ah, sí, por su arraigada personalidad responsable. El reloj marcaba las siete de la mañana, y él entraba a trabajar a las ocho, considerando que su departamento quedaba cerca de la empresa aún había tiempo.

Pero Yoongi dudaba si realmente quería ir.

Suspiró largo y tendido, volviendo a acostarse sobre su espalda, ocultando sus ojos detrás de su brazo. Sentía a su lobo ansioso, e hizo una mueca por eso. Su Alfa sí quería ir a la empresa, pero él no. El solo pensamiento de Hoseok calando profundo en su ser era algo que erizaba su piel. De igual modo, el ser envuelto en la sensualidad casi ilegal que poseía Jimin no era algo que debía disfrutar como lo hacía. La diferencia que había entre ambos era algo que, secretamente, llamaba su atención. Hoseok era demandante, dominando todo de él con una facilidad que aturdía. Su lobo lo dejaba ser, dándole el permiso a Hoseok de hacer de él lo que quisiera. Lo volvía débil, sumiso, y eso no debía ser así.

Jimin, por otro lado, era coqueto, sutil, irradiando sensualidad y belleza que eclipsaba a Yoongi. Sentía la necesidad de cuidarlo y protegerlo, decirle sin cansancio lo hermoso que era, adular aquel precioso rostro que poseía. Se volvía posesivo, superior, y eso tampoco debía ser así. No debía reclamar un Omega que no era suyo y que presumía de su marca como un premio.

Pero ellos... Yoongi no lo entendía.

Jugaban con su mente, su razonamiento, su lógica, moral y, para qué negarlo, su corazón de igual modo. Lo hacían morir de miedo, pero al mismo tiempo lo aliviaban con actos que bien podrían considerarse como prohibidos. Hoseok lo tomaba y lo elevaba, lo apresaba entre sus brazos, apegándolo a él como si fuera suyo, y luego lo soltaba, dejándolo caer en los dulces brazos de Jimin, recibiendo una que otra caricia a modo de consuelo. Quería respuestas, pero ellos solo reían, y simplemente se alejaban, dejando su vida totalmente desordenada.

A sus veintiocho años no debería de estar viviendo algo como eso.

El sonido de su celular anunciando una llamada lo sacó de sus pensamientos. Quitó el brazo de su rostro y lo estiró hasta la mesa de noche para tomar el aparato, abriendo sus ojos con ligereza por la sorpresa que le ocasionaba mirar el nombre de quién lo llamaba. Se sentó en la cama y contestó. —¿Bueno?

Buenos días, hijo.

Yoongi sonrió sin poder evitarlo, sintiendo cálido su pecho. —Buenos días, señor Wang.

La risa grave del hombre se escuchó por la línea, y Yoongi no sabía cuánto la había extrañado hasta que la volvió a escuchar.

Aún sigues siendo el mismo muchacho educado de siempre, eso es bueno. ¿Cómo va el trabajo? ¿ya estás en la empresa?

—Oh, no aún no salgo de mi departamento. El trabajo va bien, su hijo hace un excelente trabajo.

Me alegra escuchar eso. Hace poco hablé con Jia Mei, está encantado contigo —las mejillas de Yoongi quemaron levemente por lo escuchado, y se reprendió a sí mismo por ese detalle—. Dice que eres un excelente trabajador, y que está agradecido de tenerte a su lado. Su única queja es que no le tienes la confianza para llamarlo por su nombre, pero no le hagas caso.

¡𝗗𝗘𝗟TA! ៚ 𝗦𝗘𝗢𝗞YOON𝗠𝗜𝗡 [VN#4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora