accidentalmente me llevo una pulsera de diamantes.

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-quieres dejar de joder con esa cámara y ayudarme con las pizzas? Preguntó yoko frunciendo el ceño mientras la grababa haciendo malabares con las cuatro pizzas que tenía en sus manos.

Reí apagando la cámara y colgandomela en el cuello. Tome las dos pizzas que mi amiga malhumorada me había indicado

-se supone que soy la repartidora, no tu asistente personal.

-callate y ayuda. Ordenó haciendo que riera

En mi pequeña distracción, no me di cuenta que ya había llegado a la mesa y había embarrado la pizza sobre una chica.

-puta vida... musité dejando las pizzas sobre la mesa donde las 3 chicas miraban sorprendidas a su amiga

-¡¿ESTAS DEMENTE!? Grito la chica mientras se levantaba.

Era un poco más alta que yo, tenía el cabello rubio, ondulado y tenía unos ojos azules muy lindos, pero ahora tenía la cara roja y hacia una mueca, muy gracioso si me lo preguntan.

-lo siento, si quieres pasa al baño de empleados y te doy unas toallas. Dije en un intento de contener la risa.

La chica se fue refunfuñando al baño, y mi cabeza giro hacia las chicas que no paraban de mirarme a mí.

-¿Siempre es así de gruñona?
Pregunté sonriendo.

-no siempre, la mayoría de veces se queja.

-mantiene en el suelo, entonces se queja por que es muy torpe. Se encogió de hombros haciéndome reír.

-lo tendré en cuenta. Caminé hacia la cocina y tome unas toallas para llevárselas a la chica.


Entré al baño y prácticamente estaba echando fuego por la boca.

-estupida chica, acaso no sabes lo costosa que es mi ropa Victoria's secret? Refunfuñó mirando su blusa.

-no, no se cuan costosa es tu ropa, Victoria's secret. Dije en voz alta lanzándole las toallas que la chica dejo caer. Rodé los ojos caminando hasta ella esquivando el letrero de piso mojado, recogí las toallas y se las entregué.

Ella siguió con la mirada como me sentaba en la base de lavamanos y me quedaba mirándole

-no me llamo Victoria's secret... Se limpio la salsa de su blusa y yo sonreí.

-almenos dime tu nombre a menos que te siga diciendo Victoria's secret.

-soy enid, enid sinclair. Contestó sin mirarme.

-sinclair? Tu apellido se me hace conocido, fruncí el ceño intentando recordar, pero como tengo la memoria de Dory, no logré recordarlo. No, lo siento, no lo conozco.

-¿Mi padre es Seung sinclair? Ahora sí me miró, y lo hizo como si no se creyera que alguien no supiera quien era seunoseque sinclair.

Me encogí de hombros despreocupadamente y seguí balanceando mis pies tranquilamente. Ella suspiró tomando su bolso dejando las toallas a mi lado.

-Gracias por las toallas, y por ensuciarme...

-no te preocupes, cuando quieras lo repetimos. Conteste en broma bajandome del lavamanos.

-ja, ja. Muy graciosa. siguió caminando hasta la salida, pero la muy torpe no vio el cartel de piso mojado, y se resbaló. Alcance a atraparla pero eso no evito que se diera un buen porrazo en el trasero.

-¡Auch!. Gimió mientras yo la levantaba con algo de dificultad la chica no era tan pesada, pero tampoco era peso pluma. Así que tenía un peso promedio.

-tu amiga no se equivocó al decir que eras torpe. Dije levantándola totalmente.

-bueno ya, gracias por ensuciarme, por las toallas y por salvarme. Acomodó su bolso nuevamente.

-no te preocupes Victoria's secret, lo volveremos a repetir algún día. Le guiñe un ojo mientras ella salía refunfuñando y tocándose el lado adolorido de su trasero.

Gire riendo para agarrar las toallas, pero un destello al agacharme me di cuenta que era una pulsera de diamantes con una E en el centro.

-¡Joder! Grite levantandome apresuradamente del suelo.

Yoko entro corriendo con una escoba en la mano y mirando para todos lados.

-¿Que sucede?

No respondí y me quedé mirando la pulsera y la letra que tenía grabada. Esperen... ¿Cómo se llamaba la chica? ¿Emma? ¿Emilia? ¿Elena? ¡¿Cómo, es mujer, cómo!? En..Enid ¡Enid, perdió su pulsera! Salí corriendo con aquella pulsera en mano fuera del restaurante, lastimosamente no encontré rastro de la chica gracias a la gente que transitaba por las calles de new york. volví a entrar al restaurante donde yoko me esperaba aún con la escoba en mano.

-¿Puedes decirme qué carajos sucede? Dijo caminando hacia mi.

-Encontré unos diamantes en el piso del baño. Susurré mostrándole la hermosa pulsera

-¡SANTA VIRGEN DE LA PAPAYA! ¡SOMOS RICAS! ¡NO VOLVERE A TRABAJAR EN TODA MI VIDA! Grito quitándose el delantal y tirándolo hacia el suelo bajo las antenas miradas de los clientes.

-yoko... Susurré apretando los dientes.

-¡JEFE, RENUNCIO, YO NO NACÍ PARA HACER PIZZAS, NACÍ PARA QUITAR HETEROSEXUALIDADES!
Le dijo al hombre barbón que salía de la cocina y nos miraba a amabas con cara de pocos amigos.

-¡Yoko! Grite ganándome su atención

-Si wednesday? Preguntó con una amplia sonrisa.

-se de quien son los diamantes y los devolveré. Afirme casi riendo al ver su rostro.

_¡Pensadolo bien jefe! ¿No necesita una mesera? (...) -y cómo devolverás esos Hermosos... Y sensuales... Y muy codiciables... Yoko con cada palabra acerco su mano a los diamantes y yo la aleje tirándole agua. Gruñó cómo gato y al fin se quedó quieta. Diamantes... Finalizó mirándome mal.

-yo que se, solo se que se llama enid. Me encogí de hombros guardado la pulsera en mi chaqueta.

-¿Eso es todo? ¿No te dijo su apellido?

-creo que si, pero sabes cómo soy cuando se trata de nombres.

-de fechas, números y direcciones.

-hey! Si me cuando de direcciones.

-dime una y te creo.

-P. Sherman calle wallaby 4-2 Sidney. Sonreí triunfante

Yoko golpeó su frente con la palma de su mano y empezó a reír.

-hablemos de esto mañana, vamos a dormir. Yoko me ayudó a levantar y juntas entramos a nuestro piso.

pizza (wenclair g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora