Elizabeth estaba siendo arreglada por sus dos damas de compañía, Lizza y Johana, Elizabeth estaba esperando a que estás terminarán para poder pedir un carruaje y irse al imperio oriente lo más pronto.
— Listo su alteza, ¡Quedó hermosa! — chillo Lizza con emoción y con un rubor en sus mejillas.
— Gracias Lizza — contesto Elizabeth con simpleza.
— Su alteza, ¿Ya quiere que pidamos el carruaje? — hablo Johana.
— Si no es molestia porfavor Johanna, y Lizza ve subiendo mis cosas a el carruaje — ordeno Elizabeth.
Las dos damas de compañía asintieron y hicieron una reverencia para luego salir de la habitación rápidamente dejando a Elizabeth sola en la gran habitación.
— No te preocupes Navier, no dejaré que esa amante te haga menos.. — murmuró Elizabeth algo bajo.
Elizabeth y sus damas de compañía ya estaban pisando en las tierras de oriente, pues ya habían llegado a el imperio dejando a los pueblerinos de ahí sorprendidos pues no era muy común ver a un miembro del imperio Drowel y era más sorprendente ver a la princesa.
— ¡Habrán paso a la princesa del imperio Drowel! — grito un guardia llamando la atención de todos.
Elizabeth bajo con elegancia del carruaje con sus dos damas de compañía causando murmullos sobre su belleza.
— Sus majestades..— Elizabeth se inclino hacia sus dos amigos de infancia.
— Tranquila puedes llamarnos solo sovieshu y Navier, nos alegra verte Eli — dijo el pelinegro con una sonrisa.
— ¡Eli! Cuánto tiempo — Navier abrazo con dulzura a la más alta de las dos.
Elizabeth sonrió enternecida por el acto de su amiga, ya hacía tiempo que no se veían físicamente y le alegraba verla.
— Espero no causar molestias por mi visita inesperada.
— No para nada, nos alegra tener aquí — sovieshu sonrió.
Navier rio — Estoy de acuerdo con sovieshu ¡Vamos adentro, es de mala educación dejar a alguien esperando!.
Elizabeth y sovieshu se sorprendieron un poco por la actitud de Navier, ella mayormente era fría y cortante y aveces daba diminutas sonrisas que se podían apreciar solo un segundo, en cambio cuando llegó Elizabeth su sonrisa se podía apreciar por minutos más largos y no era para nada fría y cortante.
— Claro... Johanna, Lizza caminen no se vallan a dormir, ya descansarán — murmuró Elizabeth.
Lizza suspiro cansada — ¡Su alteza me duelen los pies! — se quejo en un susurro Lizza.
— No exageres estuviste parada solo unos minutos, dentro del carruaje te quedaste olgasaniando.
— Tsk, Su alteza tiene razón, estabas de floja, asi que no te quejes — regaño Johanna dándole un pequeño golpe en la cabeza a Lizza.
— ¡Auch!.
Palabras 421
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𝐇𝐄𝐑𝐌𝐎𝐒𝐀 -𝐋𝐚 𝐄𝐦𝐩𝐞𝐫𝐚𝐭𝐫𝐢𝐳 𝐝𝐢𝐯𝐨𝐫𝐜𝐢𝐚𝐝𝐚
Fiksi Penggemar➳ 𝙃𝙀𝙍𝙈𝙊𝙎𝘼 - ¡Ja! No me hagas reír querida, todos sabemos que yo soy simplemente 𝙃𝙚𝙧𝙢𝙤𝙨𝙖. 𝘌𝘭𝘪𝘻𝘢𝘣𝘦𝘵𝘩 𝘞𝘢𝘵𝘩𝘢𝘣𝘢𝘯𝘦 𝘒𝘢𝘵ō, 𝘭𝘢 ú𝘯𝘪𝘤𝘢 𝘩𝘦𝘳𝘦𝘥𝘦𝘳𝘢 𝘢𝘭 𝘵𝘳𝘰𝘯𝘰 𝘥𝘦 𝘌𝘮𝘱𝘦𝘳𝘢𝘵𝘳𝘪𝘻 𝘥𝘦𝘭 𝘪𝘮𝘱𝘦𝘳𝘪𝘰 𝘋�...