PATRI
Llevaba unas cuantas horas dormida en el sofá de Yana, cuándo unas voces desde la cocina, me despiertan. Deben de ser las ocho o ocho y media de la mañana, pero no parece ser temprano para las dos chicas que tengo delante. Inés y Celtia están revolviendo toda la cocina, en busca de un cuenco para hacer algo. Tienen toda la cocina patas arriba, y de tantas cosas que tienen en la encimera, no se aprecia ni el mármol del fondo.
- Tía, dónde están los cuencos de cristal en esta casa?- pregunta Celtia arrodillándose para buscar en un armario de la isla.
- Ni idea, ayer Yana sólo nos dijo dónde estaba la vajilla.- le contesta Inés mientras coge mantequilla de la nevera.- Pero da igual tía, hacemos la masa en este bol mismo.- añade señalando el cuenco que tiene al lado.
- ¿Qué estáis haciendo?- pregunto yo, levantándome del sofá para cotillear.
- ¡Ostia que susto!- grita Inés dándose la vuelta, con una mano en el pecho.- ¿Cuándo te has despertado tú?
- Hace un rato la verdad.- le contesto mientras busco zumo en la nevera.- Gritáis demasiado.- añado.
- Y que lo digas.- contesta una voz desde el Sofá. Es Andy, quien también ha dormido en uno de los Chaise Longues.- Seguro que todos los vecinos ya nos han denunciado por exceso de ruido.- añade bostezando y frotándose la cara.
- Ja, ja. Que gracioso eres Andy.- responde Celtia con una mueca.- Ni siquiera estábamos hablando alto. ¿Verdad que no Inés?
Antes de que a ella le dé tiempo de contestar, Yana entra por la puerta del salón con una mueca de alarma.
- ¿Por qué cojones huele a quemado?- pregunta a nadie en concreto.
- ¡MIEEEERDA!- chilla Inés mientras corre hacia el horno.- ¡Las magdalenas!.-
Celtia y yo nos acercamos para ayudar, pero cuándo Inés saca la bandeja del horno, lo único que queda son 20 bolas negras chamuscadas.
- Es que ya me jodería. No saber hacer ni unas magdalenas.- dice Andy asomándose por encima de mi hombro.- ¿Porque no os habéis ceñido a hacer solo leche con colacao?- les pregunta.- Eso es prácticamente imposible de quemar.
- Andy, cállate.- contesta Inés, poniendo los ojos en blanco.
- ¡Encima que queríamos haceros tortitas y magdalenas para desayunar!- exclama Celtia.- Ya no vuelvo a cocinaros nada nunca más.- añade sentándose en una silla.
- Gracias a dios.- responde Andy; a lo que Yana responde dándole un codazo.
Un eructo desde el sofá, hace que todos nos giremos hacia Andrés sorprendidos. Debe haberse despertado con todo este ruido, porque al pobre aún no le ha dado tiempo ni a peinarse un poco el pelo con las manos.
- Buenos días a ti también.- lo saluda Yana riéndose.- Bonita alcachofa mañanera.- añade señalando su pelo.
- Ay marica, ¿Que hora es? ¿Y por qué ya están todos despiertos?- pregunta tapándose la cara con la almohada.
- Son casi las 9- le contesto yo.- ¡Arriba!- añado lanzándole un cojín.
- ¡EEEH!- grita él.
Sin embargo, justo en ese momento, aparecen Mel y Enelvia por la puerta del pasillo.
- ¡Buenos díaaas!- saluda alegremente Melanny.- ¿Cómo amanecieron hoy?
