Condenado | Merlina Addams

CAPÍTULO 4

Ahora vamos los tres dentro del coche, Merlina y Weems en la parte de delante y yo en la parte de atrás mirando por la ventana.

- Tu primer día y el Sheriff Galpin ya te tiene en la mira – dice Weems – ojalá me sorprendiera

- ¿Qué fue eso sobre mi padre? – pregunta confundida

- No tengo la menor idea, pero te voy a dar un consejo: Deja de hacer enemigos y empieza a conseguir amigos. Vas a necesitarlos – dice Weems

- Tengo a Alex – dice Merlina y yo la miro por el retrovisor

- Que bien, los dos imanes de problemas son amigos – dice Weems divertida – Alex – me mira – no vuelvas a hacer lo que hiciste en la cafetería, no retes al Sheriff Galpin, no necesitamos más miras sobre Nunca Más – dice seria

- Estaba traspasando limites directora, no me arrepiento y lo volvería a hacer, por llevar una placa no es un tipo de dios – digo serio, pero sin mirarla

- Eso parece un accidente – dice Weems y veo una camioneta estrellada contra un camión – espero que el conductor esté bien

- Una camioneta se ha comido un camión, esto es como una mosca contra un parabrisas, obviamente no va a estar bien - respondo

- Está muerto, se ha roto el cuello - dice merlina y la miro confundido

- ¿Cómo puedes saberlo? – pregunta Weems, pero Merlina no responde

Llegamos a la habitación y junto con Dedos ayudo a Merlina a sacar su chelo a la terraza, mientras ella toca yo me siento en la barandilla de la terraza a escucharla y por un momento me siento completamente en paz.

- No, no me siento mejor – dice Merlina y la miro – hay algo extraño en esta academia y no solo por ser un colegio

- ¿Cómo narices has sacado este pedazo violín por la ventana? – pregunta Enid

- Es un violonchelo – ambas me miran – me callo

- Me echaron una mano – dice Merlina y Dedos y yo saludamos

- Vale – dice con cara de asco - ¿Y el resto del cuerpo?

- Uno de los grandes misterios de la familia Addams – Dedos salta desde la partitura hasta mi hombro y nos saludamos con un saludo especial – vosotros sois muy amigos – dice Merlina

- ¿Qué puedo decir? – me encojo de hombros – soy bastante sociable – sonrío y escuchamos aullidos

- ¿Por qué tu no aúllas? – pregunta Merlina

- Porque no puedo – saca sus garras – solo tengo esto – se apoya a mi lado en la barandilla y deja que su cabeza caiga en mi hombro – mi madre dice que a algunos les cuesta más, pero he ido al mejor licanólogo. Tuve que ir hasta Milwakee, ¿Te imaginas? – levanto mi brazo y le sobo la espalda mientras ella se recuesta en mi clavícula – y me dijo de que existe la posibilidad de que nunca – mira a Merlina – ya sabes

- ¿Y qué te pasará entonces? – pregunta Merlina poniéndose en el otro lado de la barandilla dejándome a mí en medio

- Seré una loba solitaria – dice triste

- Suena muy bien – y yo sonrío, típico de Merlina

- ¿Estás de broma? – pregunta incrédula – mi vida se acabaría del todo, me echarían de la manada familiar sin posibilidad de encontrar pareja