-¡Sal ya! Si sigo esperando me haré viejo -se quejó Niall.
Estaba en el probador en una de las tiendas del centro de Londres. Habíamos recorrido otras cuantas pero desde que entramos aquí no he podido parar de probarme ropa. Niall cogía prendas de todas las estanterías y me las daba como si fuera el último día de mi vida y tuviese que escoger el atuendo perfecto para el momento.
¿Para qué necesitaba yo tanta ropa? Y una pregunta curiosa ¿¡por qué Niall se queja si es el quien fue el que me dio toda la ropa!?
Un momento. ¿Desde cuándo Niall sabe sobre ropa? Osea es un tío es algo raro que sepa de ropa de chicas y además...
-¡Daniiiiiiii! -la voz del rubio me interrumpió mis pensamientos.
-¡Que ya voy pesado! -subí la cremallera del vestido y abrí el probador. Al salir Niall me miró sonriente, supongo que se alegraría de que haya salido por fin, yo solo le fulminé con la mirada.
-Estas genial-exclamó.
-¿De verdad necesito un vestido? No es que vaya a ir a muchos sitios. Seguramente la policía me este buscando. -el rodó los ojos y se acercó a mi, cogió de mi mano y me acercó al espejo que había a dos pasos de la entrada del probador.
-Una chica tiene que estar espléndida siempre.
-Niall suenas como un maricón ¿cómo sabes tanto de ropa sobre chicas?
-¿Qué? A ver, a ver ¡No! Osea no soy gay ¿vale?-dijo rapidamente- mi hermana pequeña me ha arrastrado con ella muchas veces de compras y pues la experiencia -se encogió de hombros.
-Oye Niall si eres gay dímelo, no hace falta que pongas excusas-dije apoyando una de mis manos en su hombro y mirándole de manera divertida.
-¡Qué no soy gay, dios! Centrate en el vestido no en mi orientación sexual -comencé a reírme y el me miró serio pero luego al contagiarle la risa me siguió.
Una vez que terminamos nuestro pequeño ataque de risa miré frente al espejo. El vestido era un rosa chicle con vuelo en la parte de abajo.
Era de media manga y la espalda estaba algo descubierta. Para que engañarnos, me sentía guapa.
Hacía mucho tiempo que no vestía ropa normal ya que he pasado casi toda mi vida, por no decir la mayor parte de ella, con la bata del hospital.
Una vez volver al probador para quitarme el vestido y volverme a poner la ropa que me prestó Niall nos dirigimos a la caja para pagar.
Me sentía mal por el ya que tenía que gastarse mucho en mi pero el rubio me repitió por décima vez que no le importaba, que gastaría dinero en mi cuantas veces haga falta.
Aunque el no estuviera de acuerdo en mi mente tenía pensado devolverle todo en cuanto pueda.
-¿Qué te parece ir a tomar algo? Tengo un hambre de la leche -me ofreció Niall al salir de la tienda. Iba a negarme porque no quería que se gastara más en mi pero mis tripas rugieron delatandome.- Creo que eso es un si -rió
-Lo siento -me disculpé- no me siento cómoda que tengas que gastar tanto por mi, ni si quiera me conoces de tres días.
-Deja ese tema tonta -rió- no importa. ¿Qué te parece ir a una cafetería que esta a la vuelta de la esquina? Es mi preferida y te aconsejo que pruebes la tortilla, la hace esquisita
-Bueno, si tu me lo propones es que debe ser la leche -reí en mi interior por la palabra que utilecé en la frase igual que el también la usó hace unos minutos atrás. Me resultaba graciosa.
Caminamos unos pasos más hasta llegar a la cafetería de la que me había hablado. Era genial, había música de los 70 saliendo de los altavoces y los muebles tenían una caracterización que me recordaba a la película de Grease.
